En Contexto
De la candidez al egoísmo extremo
Por Rodrigo Navarro
Me gustan las tormentas. Antes de la tormentas el cielo es gris, todo parece antiguo y huele a podrido. Después de que han pasado todo parece recién lavado y renovado, huele a tierra mojada. La fuerza de la naturaleza es imparable.
Así le dicta un ángel (diablo) a Zowie (1997) cuya encomienda es limpiar el mundo destruyendo el existente para reemplazarlo por uno nuevo. La obra Zowie del dramaturgo y actor Sergi Pompermayer (España) trata del proceso de locura de un detective de la policía víctima de su propia psicología torturada.
El marco: un mundo suburbano y marginal. Bares de mala nota, callejones en penumbra, espacios pequeños y asfixiantes, los personajes son seres solitarios y extraviados, imposibilitados para la comunicación. Policías, ladrones, prostitutas, un agente teatral, un barman homosexual y el ángel diabólico.
Zowie tiene un nuevo compañero, un cándido y tartamudo novato a quién le dice cuando asesina a sangre fría a un ladrón, “¿para qué encarcelarlos?, es como si al barrer pones la basura bajo la alfombra. Al final, saldrá a la luz”.
Algo por el estilo debieron pensar los policías que entregaron a los 42 jóvenes desaparecidos en Guerrero al crimen organizado. Para qué dejarlos vivir, si puedo eliminarlos es el mensaje alienado de Zowie que imita una realidad nacional donde la locura se ha vuelto la razón de estado. Al menos del estado de Guerrero… de Michoacán… de Tamaulipas… de los que, por desgracia, se acumulen esta semana.
Zowie (interpretado por Roberto Ochoa) mata y destruye todo lo que no esté en función de un mundo que ha creado dentro de su propia mente, al cual pertenece una hermana quien es en realidad su hermano al que ha convertido en mujer. Un actor desempleado que no tiene más opción que actuar en bares de mala muerte como travestida
Hay un par de personajes de contraste, el policía novato tartamudo y su madre una anciana exprostituta (pero como ella bien dice aunque lo hayas sido una sola vez, lo eres para siempre) y aparentemente confinada a una silla de ruedas. El efecto es maravilloso en este sórdido tratamiento de Pompermayer no exento de humor e ironía sobre todo en los labios de la madre. Radha (una encantadora Coral Tate) la productora teatral que quiere ayudar a Ziggy, el hermano travestido de Zowie, es no solo víctima de la sociedad, su aislamiento, las presiones cotidianas (igual que en los demás personajes que son seres marginados del proceso social) sino del proceso de locura del propio Zowie.
La relación desprecio amor de la madre y el policía novato (buena revelación Julio César (O.H.) contrapuntea el ritmo de la obra. La relación de Zowie con su hermano(a) es asfixiante y amorosa como toda relación enfermiza. La relación Zowie con su “diablo guardián” es muy importante en la estructura de la obra y es lo que le da un ritmo torturado a la trama que va creciendo conforme aumenta el proceso de “enviciamiento” del ángel-deidad diabólico (caracterizado correctamente por Marco Mason).
Los diálogos entre la madre (una genial Anabel Himbernon) relajan la sordidez de la obra y la densidad del discurso entre Zowie y el Ángel. Pero siempre la tormenta arrecia y la fuerza de la naturaleza es imparable, como bien dice el Ángel en el clímax de la obra.
Como dijo Sergi Pompermayer en una entrevista a Efe: por suerte el teatro es un muerto que resucita periódicamente. Gracias al trabajo de Sustantiah Teatro agregaría yo. Una excelente opción para una comunidad que en rara ocasión disfruta este tipo de espectáculos que se prestan para una discusión sobre la alienación de nuestra sociedad actual. Saludos felices a un muy loable esfuerzo que debemos apoyar para que se repita en nuestra isla.
Pero, ¿qué nos hizo cambiar de ser una sociedad cándida hacia el individualismo extremo? Se pregunta el historiador Jean Meyer. Un poco antes con motivo del anuncio en donde ganó el premio Cosío Villegas, el historiador declaró a la prensa, “vivimos durante muchos años como avestruces, barriendo y echando el polvo bajo el tapete, volteando la cara para no ver el clima violento que se avecinaba”. No era nada nuevo, explica, la violencia es un hecho permanente desde la Independencia, sólo que ahora el cáncer “ha hecho metástasis en todas partes”.
“Difícil, es una situación muy difícil”, dice y se lanza a aventurar que si Daniel Cosío Villegas viviera, “no le sorprendería la situación, porque hubiera estado escribiendo en los últimos 20 años sobre la lenta conquista, la perforación del aparato estatal mexicano por el crimen organizado”. No quisimos ver la violencia, remató el historiador. Solo soy un padre y un abuelo preocupado porque tiene a su familia en México.
La semana pasada quedó pendiente hacer un análisis de la política ambiental durante el sexenio de Felipe Calderón. Presentó a mediados de septiembre por encargo del Programa para el Medio Ambiente de la ONU, PNUMA un informe titulado Mejor Crecimiento, Mejor Clima. Ahí sostiene la tesis de que es posible que la economía crezca y al mismo tiempo se realice un desarrollo sustentable en donde se ponga fin al deterioro de los recursos naturales: aire, agua, suelo que posibilitan nuestra existencia.
En este proyecto de Comunicar para Conservar sostenemos la tesis contraria porque este modelo individualista económico propone un derroche de los recursos naturales, vive de un excesivo gasto energético y de contaminar el aire con Gases de Efecto Invernadero, GEI que han derramado la gota del vaso del clima y sus efectos en los asentamientos humanos y sobre todo en la vida no humana.
El 30 de Noviembre del 2012 en los últimos minutos de su sexenio Felipe Calderón sorprendió a todos con una serie de decretos en materia ambiental: la veda de extracción de Agua en Cuatro Ciénegas; en la Paz BCS, decretó en un manglar llamado La Balandra, un Área de Protección de la Flora y la Fauna; En la Reserva de la Biosfera de Sian Ka´an creó una serie de refugios pesqueros para evitar la pesca sobe todo de crías de peces de importancia comercial.
Y sorprendió a todos sobre todo porque un día antes, el 29 había transformado el polígono del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano para permitir la ampliación del Puerto. Es un buen ejemplo de la administración calderonista, un paso adelante y uno para atrás.
Y lo escribo no por el chisme sino para ejemplificar como fue la gestión de FC ahora que se ha convertido en el adalid internacional de la conservación. Calderón fue candil de la calle y vamos a decirlo suavecito, penumbra en su casa.
Ahora visto a la distancia fue maravilloso comparado al retroceso en materia de política de conservación que ha dado la actual administración federal. Trató de crear un legado “ambiental cuya semilla” como el 90% de los árboles que sembró con Pro Árbol, se marchitó. Pero, por ejemplo, aumento casi en un 100% el presupuesto de la CONANP respecto al último año de Fox.
No solo no funcionó Pro Árbol, sino que no alcanzó las metas en materia de saneamiento de agua, quedó muy lejano al 70% propuesto. No se alcanzó la cifra de producción de energía limpia ya que como hoy día con la reforma energética no se propone un plan de eficiencia energética para PEMEX y CFE, los dos grandes productores de GEI en nuestro país. El programa de ahorro energético (cambiar focos ahorradores y aparatos eléctricos por otros más eficientes), solo sirvió, como Pro Árbol para producir bonos de carbono que fueron vendidos muy baratos a los norteamericanos y beneficiar empresas extranjeras.
La creación de la ley federal de Cambio Climático así como su Instituto, el Fondo Verde, etc. fue más para el lucimiento del propio presidente ante la comunidad internacional. Pro Árbol recibió un reconocimiento del PNUMA a pesar de que el Observatorio Ciudadano para la Vigilancia Ambiental advirtió de la muerte de las plántulas tras el primer año y que se estaban sembrando plantas exóticas en lugar de nativas. En suma estaba condenado al fracaso.
Mejor crecimiento, mejor clima ofrece diez directrices (nada nuevo, el fondo verde, reforestación, tecnología cero emisiones, etc.) que en el mejor de los casos sirve como modelo para países como Noruega, Suiza, Holanda en los ejemplos que puso el propio Calderón cuando lo presentó. ¿Y México, y Colombia y los demás países en desarrollo? Dejados a su suerte en el mejor de los casos. De la candidez al egoísmo extremo.