Como lo hace en cada estado al que visita en su actual campaña para recabar firmas “de unidad”, la virtual candidata presidencial de la Cuarta Transformación, Claudia Sheinbaum, pidió el jueves en Playa del Carmen abrir las puertas del movimiento dirigido por el presidente Andrés Manuel López Obrador a panistas, priistas, perredistas y a cualquier persona de pensamiento diverso que quiera sumarse.
La petición, hecha en una reunión “en corto” con unos 200 líderes del morenismo, fue recibida entre azul y buenas noches.
Cuando la exgobernante de la Ciudad de México ha planteado lo mismo en otros estados, ha obtenido respuestas similares, pero en Oaxaca las cosas se complicaron, ya que entre los seguidores del movimiento saben que la llegada de “extraños” con ideas ajenas a la 4T por lo general significa que serán relegados.
Ya les ocurrió una vez en 2018, cuando López Obrador decidió sumar a cualquiera con tal de ganar la presidencia. Así como llegaron políticos y políticas con prestigio, también resultaron beneficiadas personas que son todo lo contrario de lo que la 4T promulga: mienten, roban y traicionan, pero allí están hoy en día ocupando posiciones privilegiadas.
La línea para el 2024 es la misma que la del 2018: sumar a quien quiera integrarse, sin filtros, y lo más probable es que ocurra lo mismo que hace seis años: quienes trabajaron en la calle promoviendo las ideas de López Obrador, aquellos que instalaron bocinas, cargaron sillas y se trasnocharon montando tarimas con la esperanza de obtener algún cargo, sean nuevamente relegados.
Por ejemplo, en Isla Mujeres, ¿cómo verían los morenistas a Atenea Gómez Ricalde, quien en 2021 ganó la presidencia municipal con las siglas del PAN, PRI y PRD, arrebatándole la candidatura morenista a, por ejemplo, Edgar Gasca? ¿O cómo se tomarían que Carmen Joaquín, sobrina del exgobernador Carlos Joaquín, sea candidata a diputada en algún distrito, luego de que en 2021 abanderó las causas del PRI y el PAN como candidata a diputada federal, con discursos en contra de la 4T?
¿Y si Iris Mora, hasta el año pasado candidata a diputada del PAN-PRD, y que todavía tiene en sus redes sociales su imagen perredista, le roba un espacio a un verde, morenista o petista? ¿La respaldarán? ¿También les exigirán que ofrezcan disculpas, como lo hicieron a un ex priista destacado que ahora es un operador morenista?
Quizá por eso, cuando Claudia Sheinbaum dio la línea para abrir la Cuarta Transformación, hubo quienes en el anonimato que brinda la multitud le gritaron: “¡Que se formen!” Y es que la cola es larga, muy larga.
Pero además, Claudia Sheinbaum ya ha dicho a los suyos que estar cerca de ella, el hecho de haberla ayudado a llegar hasta donde está, no les garantiza candidaturas.
Por lo tanto, los recién llegados tampoco tendrían garantizado nada, incluyendo a Atenea Gómez Ricalde y José Contreras Méndez, alcalde de Bacalar, quienes abandonaron sus alianzas originales para unirse a la 4T en busca de la reelección con esta bandera.
Pudiendo ser cabeza de ratón, podrían terminar siendo cola de león.
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