Pueden describirla como “flat” y “fría”, pero es innegable la conexión de Claudia Sheinbaum Pardo con la esencia de la 4T.
Desde el principio, el presidente López Obrador se fijó en la mente que Cláudia Sheinbaum sería su sucesora, reconociendo en ella la mejor intérprete de la visión de la transformación que ha liderado. Sin embargo, al asumir la precandidatura presidencial, la ex jefa de gobierno de la ciudad de México no solo heredó esta responsabilidad, sino que también le imprimió su propio estilo.
Su discurso, especialmente durante el cierre de precampaña en el Monumento a la Revolución, se destacó por ofrecer un tono fuerte de continuidad y de poner especial énfasis en la consolidación de la 4T con proyectos de inversión estratégicos, pero también fue conciliador, mandó mensajes de tranquilidad a los sectores que ideológicamente pudieran estar en su contra.
Fue un discurso que, de manera estratégica, buscó calmar las inquietudes del “círculo rojo” y los poderes fácticos. Fue enfática en la defensa de la democracia, la independencia del Banco de México y la garantía de libertades individuales.
El mensaje de inclusividad y unidad resonó en sus palabras, prometiendo un proyecto de nación basado en principios, en cuya elaboración trabaja un grupo plural de personas de todas las corrientes de pensamiento, entre los que se encuentra, por ejemplo, Javier Corral, ex gobernador de Chihuahua y exmilitante del PAN, quien, a pesar de enfrentamientos previos con López Obrador, se ha confesado amigo de Claudia Sheinbaum y últimamente ha mantenido una relación fluida con el presidente.
El discurso de Claudia Sheinbaum aborda 16 ejes estratégicos, enfocándose en la promoción de inversiones privadas, y la importancia de un estado regulador que corrija distorsiones económicas. Se aleja de ideas de “mano dura”, abogando por el fortalecimiento del sistema de justicia en el país.
El proyecto de nación que propone Sheinbaum es inclusivo y promete un futuro promisorio para México. Destaca la disminución de la desigualdad por ingreso durante la administración actual, buscando consolidar un México donde la prosperidad sea compartida por todos.
El énfasis en la austeridad republicana, la disciplina financiera, y el fortalecimiento de programas sociales refuerzan su compromiso con el proyecto original de la 4T.
A lo largo de su precampaña de nueve semanas, Claudia recorrió 24,000 kilómetros y se reunió con más de 800,000 personas de 82 municipios.
Su mensaje es claro: seguir haciendo historia, consolidar la transformación y, sobre todo, asegurar que la 4T continúe su marcha hacia adelante en 2024.
En conclusión, Claudia Sheinbaum Pardo se presenta como la voz que no solo hereda la visión de López Obrador, sino que también le pone su propio estilo y enfoque.
Su discurso apunta hacia la construcción de un México más incluyente, en el que se acabe la polarización; basado en principios democráticos, libertades individuales y el continuo impulso de la transformación.
La contienda por la presidencia en 2024 será crucial en la evolución del proyecto de la 4T, y Claudia Sheinbaum afirma que “ganaremos porque ganaremos”, porque la precampaña terminó “en el peor de los casos” con 20 puntos arriba de Xóchilt Gálvez.
“Somos la única opción”, afirmó.
La moneda está al aire, a punto de caer y todo parece indicar que con el rostro de Claudia Sheinbaum de cara al sol.
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