La especialista del Cinvestav, centro que pertenece al IPN, indicó que el estudio de los arrecifes coralinos permite saber qué ocurre en ese ambiente, pues muchos organismos marinos ayudan a que el ecosistema funcione.
Un grupo de investigadores del Cinvestav desarrolla una investigación en robótica submarina que implica tomar videos de los arrecifes coralinos de Mahahual, Quintana Roo, con el objetivo de conocer las condiciones de estos ecosistemas.
El proyecto utiliza sistemas robóticos acuáticos cognitivos que involucran la transferencia de habilidades motoras perceptivas de humanos, así como de sistemas biológicos marinos, explicó la investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), unidad Saltillo, Luz Abril Torres Méndez.
La especialista del Cinvestav, centro que pertenece al Instituto Politécnico Nacional (IPN), indicó que el estudio de los arrecifes coralinos permite saber qué ocurre en ese ambiente, pues muchos organismos marinos ayudan a que el ecosistema funcione.
La también integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel I, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), detalló que la transferencia de habilidades se relaciona con los procesos que utiliza una persona para moverse sin darse cuenta, los cuáles se integraron en el robot.
“Es decir, lo que hacemos naturalmente y de manera inmediata; vemos qué nos llama la atención, hacia dónde queremos ir y con base en eso nos vamos moviendo, Es lo mismo con el robot en el agua”, detalló la investigadora en una entrevista con la Agencia Informativa del Conacyt.
En primer lugar, el robot tiene que usar un conjunto de algoritmos que se basan en información visual en tiempo real que le permiten saber qué objeto analizar, a dónde se va dirigir y con la capacidad de evadir obstáculos y evitar colisiones.
“Para eso hacemos modelos de atención visual e incorporamos información del color. Son sistemas basados en cómo el cerebro se activa con ciertas características”, dijo Torres Méndez.
La investigadora y su equipo realizaron pruebas con el robot denominado Mexibot, en Mahahual, Quintana Roo, lugar donde se encuentra el segundo arrecife coralino más grande del mundo.
“Empezamos con pruebas en alberca. Es un proceso de varias semanas antes de irnos al arrecife. Es la parte que más me apasiona. Mexibot tiene aletas y no es tan ruidoso porque solo usa cámaras y sensores internos para saber sus orientaciones”, mencionó.
La grabación que hace el robot, el cual puede estar hasta cuatro horas bajo el mar, es en tiempo real y las imágenes se pueden ver hasta que la máquina sale del agua. Todas las capturas se almacenan en equipos de cómputo.
“Obviamente no lo podemos dejar porque es un riesgo, hay factores que están fuera de control; es un ambiente muy delicado, son seres vivos muy pequeños. Uno dijera que no pasa nada, pero sí, hay que tener esa precaución”, indicó.
Torres Méndez admitió que pese a que se eligieron zonas del arrecife coralino que tal vez no sean de tanto interés para un biólogo, los videos captados por Mexibot sí son importantes porque se logró percibir algunos cambios en el fondo del mar.
“Lo difícil es encontrar una zona explorada tiempo atrás; al ser un ambiente sin una estructura ‘normal’ es complicado y se requiere de un mapa para identificar dicha zona”, dijo la investigadora.
“Estamos en eso: realizar un mapa del arrecife coralino de Mahahual para ver de manera más eficiente esos cambios, sin dañar el ambiente ni ser invasivos”, añadió.