San José.— La muerte, a manos de la policía, del abogado Javier Humberto Ordóñez Bermúdez, activó la ira de los colombianos, que por la tarde salieron a protestar y se enfrentaron a los efectivos. Se registraron, además, ataques contra el transporte y algunas estaciones policiales.
Al grito de “asesinos, asesinos”, unas 300 personas, en su mayoría jóvenes, lanzaron piedras, pintura y otros objetos contra el Comando de Acción Inmediata (CAI, la estación policial) del barrio Villaluz, en el oeste de Bogotá, al que estaban asignados los dos policías implicados en el hecho. Una motocicleta fue incendiada y un vehículo del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General fue atacado.
Doce policías resultaron heridos en el barrio Villa Luz, de acuerdo con el diario colombiano El Tiempo, que reportó además que fue incendiada la sede del CAI en Suba. Por la noche, un CAI en Patio Bonito, en otra zona de la capital, fue vandalizado y algunos manifestantes intentaron atacar a la fuerza pública, detalló el diario.
El caso de Ordóñez, quien murió la madrugada de este miércoles por la brutalidad policial en una golpiza en el piso de una calle de Bogotá, con las rodillas de dos efectivos sobre su pecho y con los fuertes ataques de una pistola de electrochoques, conmocionó al país.
Un video exhibió que, indefenso y casi sin poder hablar, el colombiano imploró “¡por favor, por favor!”, sin lograr que los dos policías cesaran la agresión, mientras testigos clamaban a la policía que dejara de pegar al detenido. La muerte de Ordóñez, de 43 años, con dos hijos (Javier, de, 15 y Nicolás, de 11), separado de su esposa, Angélica Garzón, de 36, abogado y taxista, ocurrió en el occidente de Bogotá.
Según los testigos, todo comenzó por un reclamo policial a Ordóñez y a sus amigos por beber licor en un sitio público en las afueras del condominio donde el abogado vivía.
La inquietante escena recordó el mortal ataque policial del 25 de mayo en contra del afroestadounidense George Floyd que desató la violencia antirracista en EU.
Sin mencionar a Ordóñez ni dar condolencias, el presidente de Colombia, Iván Duque, sólo citó “hechos dolorosos”, alabó la “actitud gallarda” de la cúpula policial para que indague, “avance con celeridad” y “aplique las normas”, sin tolerar a los que “deshonran el uniforme y abusan”.
Un video que el colombiano Juan Uribe, amigo de Ordóñez, grabó con su celular permitió observar cuando el abogado fue arrastrado por la acera y agredido en el pavimento por los policías, sin que otros agentes en el sitio intervinieran. Uribe narró a medios colombianos que él, Ordóñez y otros amigos estuvieron tomando licor en casa de la víctima, en un quinto piso y bajaron en grupo a “comprar más trago”.
El coronel Alexander Amaya, uno de los jefes policiales de Bogotá, dijo que los efectivos hallaron en el sitio a personas que, con “bebidas embriagantes”, se tornaron agresivas. Tras “someterlas” y llevarlas a la base, una “presenta molestias de salud física y de inmediato es trasladada al centro médico más cercano. Lastimosamente llega sin signos vitales”. La fiscalía inició una pesquisa y ambos policías fueron separados de sus cargos.