Café Negro
Desbandada sin banda
Óscar González
De la consabida declaración del la dirigencia del PT de Quintana Roo –esa que invariablemente lanzan tronantes todos los partidos cada vez que tienen un conflicto interno–: “no habrá desbandada”, una conclusión en cinco palabras de Gabriela Escamilla ayer en el noticiero Enfoque Radio lo dice todo: no hay desbandada sin banda. Debiera patentarla.
Creemos por supuesto a que no se refería a las “bandas malandras”, que las hay en todos los partidos y no pocas veces están a la cabeza, sino a la militancia, a los seguidores y a los simpatizantes.
El Partido del Trabajo, único de izquierda “químicamente puro” –es decir, revolucionario y marxista-leninista– desde luego está a salvo de desbandadas, pues hace muchos años un pequeño grupo de líderes se turnan en las posiciones de poder tanto al interior como en las candidaturas a puestos de elección popular. Hay que reconocer que en la zona rural de Othón P. Blanco y Bacalar Hernán Villatoro Barrios y Mauricio Morales Beiza –precandidato a diputado por el Distrito Federal 02–, junto a un puñado de militantes, han hecho presencia permanente a través de gestiones concretas en las comunidades, donde son conocidos y tienen seguidores, pero están lejos de haber logrado una estructura significativa. Con trabajo de campo y todo, pero siguen en esa zona de confort de la conservación del registro y una diputación en cada elección local.
Mas con una participación de votantes estimada por las casas encuestadoras en un 45 por ciento, las elecciones federales del 7 de junio serán evidentemente una competencia entre estructuras y clientelas, más que una definición ciudadana.
A nivel nacional las mediciones recientes arrojan tres pisos en las preferencias de los partidos, que efectivamente reflejan sobre todo el voto duro. Arriba está el PRI, seguido por la derecha panista a una distancia de más o menos cinco puntos. Las tribulaciones que aquejan al presidente Enrique Peña Nieto hasta ahora no parecen estar pesando mucho para la elección de diputados. Pero lo más interesante con miras a la conformación de la cámara baja es lo que sucede en el segundo piso: las intenciones de voto están muy parejas entre el PRD, Morena y el Verde, que le tira muy fuerte a convertirse en la tercera fuerza política del país, merced a su alianza con el PRI, que le facilita su estructura electoral, y a una intensa campaña publicitaria, que a pesar de estar frecuentemente en los linderos entre lo legal y lo ilegal y repudiada en las sales de cine, huele mucho a estrategia de Los Pinos para no dejar ir a otras parcelas los votos de castigo al presidente que derivan del pobre desempeño económico y de los escándalos de corrupción y atropellos a los derechos humanos. El votante apolítico e ingenuo, mayoritario y que desconoce las truculencias de la familia y su “Niño Muerde” Jorge Emilio González Martínez, al parecer se está tragando el señuelo ecologista y justiciero del Tucán.
En el último piso –la tabla del descenso diríamos si de futbol se tratase– se sitúan el PT, Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza, el Partido Humanista y Encuentro Social, cuyo único objetivo es la conservación o, en el caso de los dos últimos, la obtención del registro.
El espectro político de Quintana Roo, sin embargo, es singular. El líder real del PRI, el gobernador Roberto Borge Angulo, se ha ocupado de manera permanente en mantener la fuerza territorial en todo el estado. Ya barrió una vez en las elecciones locales anteriores y, de nuevo coaligado con el PVEM, se apresta a rendir similares cuentas al CEN y al presidente.
Si hablamos de estructuras, sólo otros dos partidos conocen y ejercitan dicho concepto, que será determinante en los comicios de este año. A pesar de que el caudillismo de Julián Ricalde Magaña y funestos antecesores le causó severos daños, el Sol Azteca conserva una militancia organizada y de respeto en Cancún, que el dirigente Emiliano Ramos Hernández tiene el reto de revivir. Ahí la pelea será entre la periodista Ivanova Pool o la estrella del futbol Iris Mora, presuntas depositarias del tradicional voto anti-priista, y el tucán Remberto Estrada Barba, que amén del usufructo de la estructura priista cuenta de por sí con un posicionamiento importante. Pudiera ser una elección cerrada.
La única red electoral visible del PAN está en Cozumel, donde ha llegado a derrotar al PRI en elecciones estatales. Sin embargo, dado que el Distrito 01 incluye al bastión priista de Solidaridad, muy bien consolidado por el exitoso alcalde de Playa del Carmen Mauricio Góngora Escalante, las posibilidades blanquiazules lucen muy magras.
Para el PRD no existe el sur y el PAN, con idéntico desprecio, desaprovechó la oportunidad histórica por haber ganado en su momento tres distritos locales en Chetumal. Las dirigencias de José Hadad Estéfano y Sergio Bolio Rosado se plegaron a los intereses del entonces mandamás Gustavo Ortega Joaquín, desencantando a una entusiasta militancia emergente.
Sólo con el Distrito Federal 03 en disputa, todo indica por ahora que Roberto Borge entregará buenas cuentas electorales a Peña Nieto.
GRILLOGAMA
Des-bandidos…
Que sí hay en los partidos
Sostengo aquí, varias bandas
Y si averiguando andas
¡Verás a muchos bandidos!