Descubren bacteria en el océano con un metabolismo nunca antes visto

Científicos de la Universidad de Goethe de Fráncfort han descubierto una nueva bacteria, cuyo metabolismo es distinto de todo lo que se conoce actualmente.

De acuerdo con los investigadores alemanes, esta especie de bacterias conocida como Acetobacterium woodii es capaz de crear y utilizar hidrógeno y dióxido de carbono para producir energía, incluso sin la necesidad de oxígeno.

“Ya se ha especulado que muchas formas de vida antiguas poseen el tipo de metabolismo que hemos descrito en A. woodii (…) Nuestras investigaciones proporcionan la primera evidencia de que estas rutas metabólicas realmente existen”, explica el microbiólogo Volker Müller a Science Alert.

Las bacterias A. woodii pueden ser encontradas en el fondo del océano, en las plantas de tratamiento de aguas residuales y también en los intestinos de las termitas. Biotopos como estos están llenos de microbios que utilizan de diferentes maneras las sustancias orgánicas existentes en el ambiente para su beneficio.

Existen varias bacterias que fermentan azúcares, ácidos grasos y alcoholes y los transforman en ácido acético, creando también hidrógeno (H2) en el proceso. El problema es que, concentraciones altas de hidrógeno inhiben la fermentación. Debido a esto, bacterias fermentadoras se unen con microbios que dependen precisamente de este hidrógeno para sobrevivir. Esta “amistad”, conocida científicamente como relación sintrófica, es probablemente el tipo dominante de fermentación en las profundidades del mar, pero ahora se sabe que no es el único.

La recién descubierta A. woodi es capaz de hacer los dos procesos: fermentar sustancias orgánicas, transformándolas en ácido acético; como también formar ácido acético a partir de dióxido de carbono e hidrógeno. Es decir, A. woodii es capaz de reciclar el hidrógeno en el interior de su propia celda.

A. woodii posee un máximo de flexibilidad metabólica. En un ciclo, puede crear y utilizar hidrógeno, o utilizar hidrógeno de fuentes externas”, subrayó la  microbióloga molecular Anja Wiechmann, coautora del estudio.

Salir de la versión móvil