Descubren en Etiopía al humano jamás hallado; tiene 2.8 millones de años

Una mandíbula hallada en la localidad de Ledi-Gararu, en Etiopía, remite a los orígenes mismos del género Homo, hace unos 2.8 millones de años, un período clave para los antropólogos.

La confirmación de los datos de los restos óseos (una mandíbula y cinco dientes), abre camino a la investigación sobre los descendientes del Australopithecus afarensis (cuyo más popular exponente es “Lucy”), y de cuya rama genealógica proceden los primeros humanoides conocidos que desarrollaron herramientas.

El descubrimiento que antecede la data de la Humanidad en al menos medio millón de años, fue realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Arizona, que en principio reconocieron haber quedado “pasmados”, al encontrar restos humanoides, en una capa de sedimentos tan antigua. Hasta ahora, la historia del género humano como tal, concluía alrededor de los 2,3 millones de años de antigüedad.

Reconstruyendo las raíces mismas del árbol genealógico

Para la ciencia se trata de un importante avance, en tanto el homínido es el antecesor del Homo erectus, que se enderazará definitivamente y abandonará los árboles como hábitat constante, está emparentado directamente con los fósiles más antiguos hasta ahora conocidos: los del Homo habilis, capaz de fabricar herramientas de piedra.

El fósil es una suerte de eslabón en la cadena que une a los australopitecos con los habilis, un espacio de medio millón de años aproximadamente del cual no existían elementos del género hasta ahora.

“El fósil tiene una interesante mezcla de rasgos modernos y primitivos: mientras sus dientes son más pequeños como los del género Homo, su barbilla es aún australopiteca”, detalla Chalachew Seyoum, el etíope estudiante en la Universidad de Arizona, que hizo el descubrimiento y cuyos detalles publica la revista Science.

La publicación científica añade en este número, un trabajo que respalda la hipótesis de que éste es el primer miembro de los Homos, descubierto. Se trata de un estudio de fósiles animales, en la misma área y contemporáneo adonde se encontró al Homo, que pauta como en esa época ya no había selva en el lugar, sino sabana y arbustos. Ello sería la clave para que los australopitecos hubieran cambiado de dieta y de forma de vida, dejando los árboles que desaparecieron, y bajando a tierra. Sus dientes dejaron de masticar hojas constantemente y se achicaron; comenzó a comer carne y alimentó así un cerebro que se diferenció del anterior.

En mayo pasado el Instituto Nacional de Antropología e Historia anunció el hallazgo del esqueleto de una mujer con más de 12 mil años de antigüedad en el cenote de Hoyo Negro, en Tulum, Quintana Roo, y por los años de antigüedad que tiene, se convierte en el resto fósil más antiguo del continente.

El fósil, nombrado como “Naia” o “Joven de Hoyo Negro”, pertenece a una joven de entre 15 y 16 años de edad, de origen asiático, y es identificada con las migraciones de Siberia hacia América.

De acuerdo con las investigaciones que se darán a conocer por la revista Science en su edición de este mes, la joven murió dentro de una cueva localizada en el actual estado de Quintana Roo.

Para lograr identificar la antigüedad del fósil, los científicos realizaron análisis de ADN mitocondrial, Carbono 14 y Uranio/Torio. Además de que los resultados fueron confirmados por otros análisis realizados en semillas, carbón, guano de murciélago frutero, racimos de calcita y espeleotemas, y tomando en cuenta aspectos de la formación del sitio y medición de los cambios en el nivel del mar.

La información para los análisis realizados fue obtenida a partir de fotografías, videos y muestras tomadas por los espeleobuzos a petición de los especialistas.

La investigación se realiza a través del Proyecto Arqueológico Subacuático Hoyo Negro, Tulum, Quintana Roo, co-dirigido principalmente por la arqueóloga Pilar Luna Erreguerena, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

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