Julio César Silva Cetina
Desde el Palco
El ejemplo de Guatemala
Las elecciones presidenciales del domingo en Guatemala son, desde el punto de vista de la Organización de Estados Americanos (OEA), un ejemplo para Latinoamérica por la forma en que ese país centroamericano superó la crisis política tras la renuncia del presidente Otto Pérez acusado de corrupción.
Y es que además de pacíficas, las elecciones en ese territorio que hasta finales de los 80 estaba convulsionada por la guerra, golpes y autogolpes de Estado, tuvieron una participación estimada en el 70%.
En México, que tiene mucho que aprender de su vecino del sur, sólo en las elecciones presidenciales de 1994 se registró una participación del 77% alentada por la búsqueda de soluciones al ambiente de guerra que había en Chiapas y la crisis política que se derivó del asesinato de Luis Donaldo Colosio.
Pero antes y después de esa elección, la participación de los mexicanos es crecientemente raquítica, como lo es en su protagonismo para reclamar y exigir cuentas a los gobernantes, que especialmente en los últimos 20 años han hecho lo que han querido con las finanzas de los municipios y los estados.
La forma rápida y eficiente con la que actuaron las instituciones guatemaltecas la semana pasada, como consecuencia de una exigencia social que se pronunció en las calles con protestas, es envidiable.
Ante la evidencia de que como presidente Otto Pérez cometió actos de corrupción, los guatemaltecos exigieron en las calles su dimisión. Con los elementos que tenía en su poder, la Fiscalía General pidió al Congreso retirar el fuero al Presidente para someterlo a juicio.
El Poder Legislativo cumplió con la solicitud. Sin fuero Pérez se vio forzado a renunciar y en cuestión de horas estaba en la cárcel.
Justamente una fiscalía totalmente independiente del Ejecutivo, por lo menos como la guatemalteca, es la que siempre se ha pedido a los políticos mexicanos que no la han querido concretar.
Participación social y fiscalías independientes podrían combatir la impunidad creciente no solo en la política, sino en otras esferas de la convivencia diaria.
Con ambos elementos casos como los de Coahuila, donde se dio un enriquecimiento de la clase gobernante encabezada por Humberto Moreira, pudieron quedar sin la protección de la impunidad, al igual que el escándalo de la llamada Casa Blanca del presidente Enrique Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera o la de Luis Videgaray, secretario de Hacienda.
Tampoco seguirían presentándose casos como el del líder petrolero Carlos Romero Deschamps y muchos más en la elite política mexicana, pero también en los estados y municipios.
En México, como quedó demostrado con el caso de la Casa Blanca, los hombres del poder cuestionados ponen a sus amigos a investigarlos y, al final, éstos concluyen, como ha ocurrido infinidad de ocasiones, que no hay delito que perseguir.
En ese sentido hay una continuidad en la forma como los del poder se burlan de los mexicanos que, acostumbrados ya a ello, preferimos no protestar como lo ponen de ejemplo los guatemaltecos.
Pareciera que a los mexicanos nos sometieron a una manipulación genética en la que nos inhabilitaron la capacidad de protestar.
Guatemala apenas tiene una democracia estable desde hace 25 años. México goza de una estabilidad desde 1936, pero las instituciones en ese país centroamericano parecen ser funcionales, a diferencia de las nuestras y de eso hay que aprender.
Platea
El presidente municipal de Solidaridad, Mauricio Góngora Escalante y el diputado federal José Luis Toledo Medina, los dos aspirantes más fuertes a la candidatura del PRI al gobierno de Quintana Roo, acompañaron la noche de este domingo al gobernador de esa entidad en el parque Kukulcán, donde los Tigres se coronaron campeones de la zona sur de la Liga Mexicana de Béisbol.
Los tres políticos convivieron de manera cercana durante todo el partido, en el que estuvieron alentando a los Tigres para conseguir la victoria ante los Leones de Yucatán. Al término del partido, bajaron al dugout de los Tigres para felicitar a los jugadores.
¿Será que sólo hablaban del partido?
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