Desde el Palco | La inmigración centroamericana | Julio César Silva Cetina

Hace justamente una semana, el presidente Enrique Peña Nieto anunció en la frontera de México con Guatemala un programa para ordenar y controlar el flujo migratorio proveniente de Centroamérica.

La migración centroamericana es un drama con una gran dosis de fatalismo del que Quintana Roo no es ajeno y precisamente por eso estuvo presente el gobernador Roberto Borge Angulo en el acto en el que se anunció el plan.

La estrategia mexicana consiste en otorgar a beliceños y guatemaltecos tarjetas de visitantes, con las cuales podrán estar en Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo hasta por 72 horas, aunque el Instituto Nacional de Migración trabaja en una iniciativa de ley que ampliaría ese plazo a diez días.

Hay quienes ven en esa medida una acción que beneficiaría a la industria turística y quizá tengan razón, pues podrían aprovecharlo los ciudadanos con capacidad económica de esos países vecinos para visitar exclusivamente los estados mencionados, pues de detectárseles en otras entidades, incluyendo Yucatán, se consideraría ilegal su estancia y los deportarían.

Pero quizá la medida de mayor impacto, incluso para Quintana Roo, es la tarjeta de trabajador fronterizo a la que también podrán acceder guatemaltecos y beliceños que quieran trabajar exclusivamente en el caribe mexicano, Campeche, Tabasco y Chiapas.

Desde siempre, especialmente cuando habitantes de la Península colgaron la cuchara, pala y martillo para ponerse el delantal de cocineros o meseros, la mano de obra centroamericana ha estado presente en la industria de la construcción.

Actualmente vecindarios completos de las colonias populares y zonas de la periferia de Cancún y la Riviera Maya están ocupados por centroamericanos, especialmente guatemaltecos que ingresaron de manera ilegal.

Ahora podrán regularizar de manera sencilla su situación migratoria, que sería de beneficio para ellos, pues dejarían de sufrir abusos de todo tipo, incluso en sus centros de trabajo y que sus hijos puedan ir a la escuela, pero también abre la posibilidad para que las autoridades locales conozcan su ubicación y haya un mejor control de ellos, pues así como entra gente trabajadora, con sueños, también vienen delincuentes.

Es común que las policías informen de la aprehensión de centroamericanos que cometer delitos, como robo. El que ahora una buena parte de esos migrantes tramite de manera sencilla una tarjeta para trabajar en la región, implica obtener información básica, incluso sus antecedentes.

Ayudarlos a entrar de manera legal beneficia a todos: a los migrantes y a la sociedad que los acoge. Ojalá funcione el plan y no vaya a tener desviaciones.

Correo: jsilva@palcoquintanarroense.com

Twitter: @JulioCsarSilva y @PalcoQRroense

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