Palco Quintanarroense
Los “juniors” de Quintana Roo
Julio César Silva Cetina
Santiago Loy Menchaca es el botón
El hijo de la ex senadora y actual delegada de la Profepa, Ludivina Menchaca Castellanos, destacada integrante del Partido Verde, agredió físicamente con el apoyo y protección de sus guardaespaldas a un joven que intentó defender a su novia del acoso de Santiago, ampliamente conocido en la socialité del norte de Quintana Roo por sus excesos.
En ocasiones anteriores él y su hermano Ramón han provocado riñas y han sido detenidos en posesión de droga, principalmente marihuana, pero las influencias de su madre los protegió con el manto de la impunidad.
Son fieles representantes del “mirreynato” que describe Ricardo Raphael en el libro que presentó la semana pasada en Guadalajara, en el que bautiza como “mirreyes” a las personas de alto poder adquisitivo que gustan de ostentar y presumir sus bienes y utilizar su condición social para hacer lo que les plazca, aunque esto tenga consecuencias contra la justicia y su propia vida.
En “Mirreynato” Ricardo Raphael analiza conductas de los “mirreyes”, lo que ostentan y las afectaciones que causan no solamente a su familia, como lo padece ahora Ludivina Menchaca, sino a una sociedad tremendamente desigual.
Santiago Loy es la muestra más reciente de mal uso de las posibilidades políticas y económicas de un familiar, en este caso de su madre, pero no el único y, lamentablemente, tampoco será el último.
En los albores de los 80, en Cancún se recuerdan las balaceras trasnochadas de Julio Amaro Betancourt, hijo de Felipe Amaro Santana (q.e.p.d.), quien en esos momentos era presidente municipal de Benito Juárez y más tarde procurador.
En los 90, cuando su padre era gobernador, fueron muy conocidos los excesos y abusos de quien luego sería polémico alcalde capitalino, Carlos Mario Villanueva Tenorio, sin ninguna consecuencia legal.
También fue un escándalo nacional la riña protagonizada por Sergio Terrazas Montes, actual jefe de la Policía de Cozumel, en los primeros minutos del 2001 en Chetumal. Su padre Sergio Terrazas Cervera, recién nombrado titular del Sistema Estatal de Seguridad Pública, tuvo que renunciar para asumir la defensa de su hijo.
El 11 de octubre de 2009 otro caso protagonizado por “verdes” acaparó la atención de media Europa. Iván Ferrat, hermano del entonces diputado y líder estatal del Partido Verde, Alaín, actual asesor en la Semarnat, agredió al turista holandés Free Bronkhorts, pero éste reaccionó a tiempo y se defendió propinándole un golpe a su influyente agresor.
En un rápido procedimiento judicial litigado del lado de los Ferrat por Guillermo Andrés Brahms González, actual síndico municipal en Benito Juárez, el visitante holandés fue condenado a dos años, dos meses y 21 días de prisión y a una multa de $1,558.50. Al final, Bronkhorst recuperó su libertad tras 14 meses en los que enfrentó un proceso plagado de irregularidades, sólo por defenderse de “juniors” poderosos.
O también está el caso de Franco González, hijo del actual delegado del Fonatur Juan Carlos González Hernández, quien a principios de 2013 presumió en redes sociales las vacaciones familiares en Las Vegas, en las que hubo vuelo en jet privado, botellas de whisky Johnnie Walker etiqueta azul, concierto de Usher, fiesta en el antro Tryst, hospedaje en el hotel de lujo “Encore” y compras en tiendas de diseñador como Marc Jacobs.
Todos ellos son hechos que afectan la credibilidad de los políticos, los pone como enemigos públicos y desalienta a la sociedad.
Por lo pronto, en el caso de Loy Menchaca hay una denuncia penal y una investigación en proceso. ¿Cuál será el final? ¿Renunciará Ludivina como lo hizo Terrazas Cervera en 2001?
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