“Quiero seguirle metiendo a la cultura”, me dijo el gobernador Roberto Borge Angulo poco después de que se anunció la construcción del Centro Estatal de las Artes, proyecto en el que se invierten $16 millones de pesos
Ese y otros proyectos, como la red estatal de planetarios y el rescate del teatro “8 de octubre” que apenas se reinauguró esta semana en Cancún son una muestra de la promoción de la cultura, actividad en la que el Gobernador ha encontrado cómplices como los alcaldes de Solidaridad, Benito Juárez e Isla Mujeres, Mauricio Góngora Escalante, Paul Carrillo de Cáceres y Agapito Magaña Sánchez, respectivamente, quienes se han ocupado de impulsar y financiar con recursos municipales actividades e infraestructura relacionada con ese importante rubro.
Y justamente el rescate del Festival de Cultura del Caribe, tal como se concibió de manera original y que se inauguró el miércoles pasado, confirma las intenciones de una nueva generación de gobernantes que busca impulsar elementos que enriquezcan la vida cotidiana de los quintanarroenses, pero también sumar a la “atractividad” del Caribe mexicano.
La presencia de uno de los principales escritores contemporáneos de México, el intelectual más importante en la historia de Quintana Roo, el chetumaleño Héctor Aguilar Camín y una feria internacional del libro promovida por el Instituto Politécnico Nacional son botón de muestra del reencauce que se le dio al Festival de Cultura del Caribe a partir de este año.
En 1988 el Festival surgió como un espacio de intercambio de conocimientos, de promoción de las distintas artes entre las naciones de la cuenca caribeña. Se buscó insertar a México en la dinámica de la región a través de Quintana Roo.
Sí, en sus primeros años el Festival tuvo mucha música, pero no era lo único. Sin embargo, con el paso de los años y de los gobiernos el evento derivó en pura pachanga. Se limitaba a la presentación de grupos musicales y se convirtió en eso, en un negocio privado con el que se contrataban con erario quintanarroense grupos de cumbia y merengue para amenizar fiestas en salones de baile del Distrito Federal y de paso se presentaban en alguna plaza de Quintana Roo.
Hoy el Festival de Cultura del Caribe ha vuelto a ser lo que fue en sus orígenes. El escenario para la promoción de las ideas, la vitrina de las artes, la ventana de México a un mundo que hasta antes de la creación de Cancún le era muy ajeno, le resultaba lejano, pero ahora el protagonismo de Quintana Roo es imprescindible en la definición de las relaciones entre mexicanos y la región caribeña.
La industria turística del Caribe fue referente de México para impulsar esa actividad inicialmente con Cancún, pero ahora el liderazgo latinoamericano de Quintana Roo es el espejo en el que toda la región quiere verse.
Platea
En esta semana a Televisa se le cayó parcialmente el sistema de su servicio de Call Center. Como parte de la guerra en las telecomunicaciones, el consorcio televisivo acusó a Telmex de sabotaje.
La telefónica desmintió que el desperfecto haya sido intencional y afirmó que se reparó en poco más de tres horas, 60 minutos antes del límite que se maneja en esa industria.
¿En alguna ocasión la telefónica podrá actuar con la misma rapidez para reparar los desperfectos que se registran en su servicio de internet y que afecta a miles de usuarios en Cancún? Hay quienes llevan más de un año reportando fallas en el servicio, sin que éste mejore a pesar de que los técnicos ya saben de qué se trata el problema. Simplemente en cada reporte pelotean por 72 horas el tema, apostando al fastidio del usuario que termina rindiéndose y añorando alguna otra opción que no se ve por ningún lado.
¿La reciente reforma en telecomunicaciones traerá la solución el próximo año?
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