Yucatán.- Sin hacer un levantamiento ni evaluación de los daños que causarán las obras del Tren Maya en el Tramo 3-Golfo —que va de Calkiní (Campeche) a Izamal (Yucatán)— empleados de la Constructora Barrientos iniciaron trabajos que ponen en riesgo casi una decena de casas colindantes con el derecho de vía, por lo que pobladores de Maxcanú les obligaron pacíficamente a detenerse desde el sábado.
La organización “Indignación” dio la voz de alerta, al informar que la maquinaria “amenazaba” con destruir al menos nueve casas y 50 parcelas, sin que ninguna autoridad involucrada estuviese presente para aclarar la situación.
“Los pobladores de la villa exigen que Fonatur y el comisariado ejidal, aclaren los pagos efectuados”, indicaron los inconformes en un breve comunicado, sin aportar mayores detalles.
Maxcanú es un municipio de Yucatán ubicado a 60 kilómetros de Mérida. El tramo 3 del Tren Maya abarca alrededor de 172 kilómetros e incluye el ramal hacia la capital yucateca.
Las obras fueron licitadas el 21 de febrero pasado y el fallo se dio a conocer en mayo.
El consorcio Construcciones Urales, asociado con la constructora mexicana GAMI Ingeniería e Instalaciones y la empresa española AZVI, ganó el contrato con una oferta económica por 10 mil 192 millones 938 mil 694 pesos.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Alfredo Sánchez, miembro de la comunidad, explicó que, en mayo, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) extendió un cheque por 13 millones de pesos por la ampliación de 10 a 20 metros del derecho de vía. El cheque se entregó al comisario ejidal, José Alfredo Argáez, quien lo repartió al núcleo ejidal.
Posteriormente, Fonatur expidió otro cheque por tres millones 111 mil pesos para indemnizar a los propietarios de una decena de casas que serán directamente afectadas por la ampliación del derecho de vía, por donde pasará el ferrocarril.
Ese dinero no se ha entregado. De acuerdo con Alfredo Sánchez, quien brinda acompañamiento a sus vecinos afectados, el comisariado ejidal ha dado largas, pues pretende entregar el dinero de forma discrecional, llevando a un albañil para que haga los cálculos.
El conflicto fue comunicado en aquel momento al director general, Rogelio Jiménez Pons, quien viajó al poblado de San Bernardo para solucionar la situación y dejó el tema en manos de Aarón Rosado, encargado del Tren Maya en Yucatán.
Semanas después el comisario ejidal organizó una asamblea express para entregar el dinero, nuevamente de forma discrecional, sin mediar un levantamiento de los daños que permitiera definir los montos de indemnización por familia afectada.
Otra vez se buscó la intervención del Fonatur, que nombró a un nuevo emisario de apellido “Basurto”, prosiguió Alfredo.
Fuente El Universal