El 2 de diciembre de 2012, el presidente Enrique Peña Nieto y los tres principales partidos políticos mexicanos -PRI, PAN y PRD- firmaron un pacto con 95 propuestas y un calendario de resolución para encauzar la reforma política del país. Las primeras han ido avanzando en las cámaras y han sido rubricadas con señales de firmeza gubernamental. En el segundo semestre de este año se están afrontando las más importantes, la reforma fiscal y la de Pemex, íntimamente relacionadas. Creo que son momentos claves para conocer si seadoptaran reformas estructurales históricas o si las medidas se quedarán en un programa de gobierno en un primer “año de gracia” presidencial.
Los analistas señalan que el antecedente de este acuerdo son los Pactos de la Moncloa firmados en Madrid en octubre de 1977 cuando las principales fuerzas políticas españolas, organizaciones empresariales y un sindicato, acordaron un programa político y económico para estabilizar el proceso de transición.
El Pacto por México ha repartido su trabajo en cinco grandes áreas: sociedad de derechos y libertades; crecimiento económico, empleo y competitividad; seguridad y justicia; transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción; y gobernabilidad democrática. En la academia y en los mundos político y económico hay optimismo porque destacan que México ha entrado en una nueva etapa de diálogo. El sociólogo Nicolás Loza se felicita de los vínculos de comunicación constructiva creados entre las fuerzas políticas. Según él, el PRI supo leer las circunstancias y buscar de forma muy discreta, muy inteligente, “ integrar temas pendientes de la agenda de seis meses, seis años, 12 años”.
Vicente Fox y Jorge Castañeda
A nivel nacional hay pocos antecedentes. Durante 71 años de gobierno interrumpido el PRI no dio juego a la oposición. Sólo en el mandato de Ernesto Zedillo, éste nombró a Antonio Lozano -del PAN- procurador general de la República. El Pacto por México sorprendió porque llegaba tras 12 años de confrontación entre oposición y gobierno y ni Vicente Fox ni Felipe Calderón pudieron implementar cambios estructurales. Parece que algo ha cambiado. Los actuales dirigentes del PRD no querían reeditar lo sucedido tras las elecciones de 2006. Jesús Zambrano comentaba : “No nos íbamos a quedar en el rincón gritándole a Enrique Peña Nieto que era un usurpador”. Según él, quisieron mandar una señal de tranquilidad a los empresarios nacionales y extranjeros, “para dejar constancia de su compromiso con el futuro del país”.
El que pudiera haber sido presidente de México y nunca lo será, el perredista Marcelo Ebrard, no tuvo la valentía de enfrentarse a su entonces compañero de partido, AMLO -hoy fuera de él, tras promover una nueva formación izquierdista, Morena, sencillamente para pasar la pelota de su otra nueva derrota, esta vez, ante el ‘ilegítimo’ priista Enrique Peña Nieto, a la formación de los ‘Chuchos’-. El ex alcalde Marcelo,sigue ‘descentrado’ estos días, dando por “muerto” el Pacto por México, en declaraciones a Proceso. No ha asimilado que su ‘momento’ pasó. Se ha convertido en un ‘electrón suelto’ de la izquierda de este país, reproduciendo viejos esquemas, que aburren a buena parte de la ciudadanía de este país. No se da cuenta que se respiran nuevos aires de cambio.
Cancún, ciudad perredista, cansada de Gregorios y Julianes, optó por mandar al ‘limbo de los justos’ a los amarillos de sol azteca. El PRI, con Paul Carrillo, como Cristiano Rolando, derrotó por una goleada histórica al PRD. Los ciudadanos que unos meses antes habían apoyado al PRD lo hizo masivamente al PRI. Es importante que los priistas no se duerman en sus laureles. Los ciudadanos quieren resultados. Están hartos de frases ‘revolucionarias’ y acciones ‘conservadoras’, ligadas a nuestras eternas ineficacia y corrupción. La gente aspira a mejorar sus condiciones de vida y de futuro. El que fuera ‘mediático’ Marcelo Ebrard, con boda incluida en su tiempo, se atrevió meses atrás a retarle al presidente Enrique Peña Nieto a un debate televisivo. Todos le ignoraron. ¿No terminará Marcelo Ebrard en el equipo pro marihuana de los también ‘ex’ presidente y canciller, Vicente Fox y Jorge Castañeda, en Guanajuato, intentando marcar los programas y tiempos de la acción política de este país? Los mexicanos, se olvidan los despistados de Vicente y Jorge, queremos legalizar y superar, antes que la ‘mota’ otras ‘asignaturas pendientes’: igualar nuestro salario mínimo profesional al de nuestros socios norteamericanos; universalizar la seguridad social y el seguro de desempleo; promover la educación como vehículo para redistribuir la riqueza del país; solucionar la violencia que nos azota pero con nuevas medidas que superen a las adoptadas por el también ‘ex’, esta vez panista, Felipe Calderón que vendió al mundo una imagen exclusiva de México, la de la ‘guerra contra el narco’… México está harta de necrofilias y ‘depres’.
“Viva la vida”
“Viva la vida” gritó el escritor vasco de la Generación del 98 y rector de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno, cuando un general de Francisco Franco, José Millán Astray, fundador de la Legión, gritó “Viva la Muerte” en un acto en el paraninfo universitario. Esto le supuso el destierro. Los falangistas exigieron su fusilamiento. La señora del dictador Carmen Polo y Martínez Valdés, ‘Carmen collares’, medió por Miguel. Este apodo de ‘Carmen Collares’ le viene de la época en la que Francisco Franco, su familia y sus ministros veraneaban en San Sebastián, en el País Vasco. Recuerdo en mi niñez que la ciudad estaba tomada. Carmen Polo se paseaba por las calles cercanas a La Concha y su Hotel Londres de Inglaterra. Los joyeros más osados cerraban sus establecimientos nada más enterarse de la llegada de la comitiva de la primera dama. Amante de las joyas y sobre todo de los collares de perlas ‘Majorica’, entraba en las joyerías, elegía no menos de diez piezas, exigía la facturas oficial… Ante la ausencia de tarjetas de débito y crédito por aquel entonces, anunciaba la llegada en un par de horas de su secretario para liquidar la compra. Su sonrisa estafadora rubricaba un claro mensaje al propietario: “Nosotros mandamos en España, nuestra finca. Lo tuyo no es tuyo, sino nuestro. Nadie va a venir a pagar. Si osaras comentar te mando a mis ayudantes para que rieguen tu local de pasquines comunistas, judíos o masones…”. La única venganza de los impotentes estafados fue ese sobrenombre de ‘Carmen Collares’.
El preámbulo del Pacto por México empieza por defender a las instituciones frente a los poderes fácticos. Gustavo Madero, del PAN, aclaró que no deseaban ni fortalecer ni perjudicar al gobierno sino ver un Estado mexicano fuerte que hiciera frente “a los grandes privilegiados y a los que tienen el statu quo”. Jesús Zambrano, del PRD, entendía que era necesaria una plataforma para relanzar la política y recuperar la vigencia del Estado en las decisiones importantes y en todo el territorio: “O los poderes fácticos iban a continuar arrastrando a las autoridades”.
Los sindicatos
Para Alberto Olvera, de la Universidad de Veracruz, por primera vez se reconocía la pérdida de soberanía. Dos días antes de la detención de Elba Esther Gordillo, dirigente histórica del Sindicato de Maestros, Olvera señalaba que los sindicatos eran los principales poderes fácticos y veía muy difícil un cambio sustantivo: “al sindicato petrolero lo necesitan para privatizar. No van a tocar su monopolio laboral”. Creía que con el sindicato de la educación se iban a enfrentar a una resistencia monumental y se preguntaba hasta dónde estaría dispuesto a llegar el Estado. En las últimas semanas, las catastróficas y asesinas tormentas Ingrid y Manuel que nos llegaron a la vez desde el Atlántico y Pacífico, no lograron apaciguar a los maestros, muchos originarios de los estados más afectados, retando al ejecutivo de Enrique Peña Nieto, a diario, a cada hora…, en los aledaños del Zócalo de México DF. Hasta el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador se olvidó de los desaparecidos, muertos, heridos, damnificados…, obsesionándose por el ‘agrupémonos todos en la lucha final’ de los profesores, principalmente los de Oaxaca, los más ‘internacionalistas’. Estos se olvidaron también de los alumnos. Nunca los mencionaron en su ‘cuerpo a cuerpo’ con el Gobierno de México y su secretario de Educación, Emilio Chuayffet.
La Maestra
No tardamos mucho en conocer la primera señal del Gobierno priista sobre los poderes fácticos, los sindicatos. El lunes 25 de febrero se promulgaba la reforma educativa. El 26 se detenía a Gordillo, acusada de desviar 2.000 millones de pesos de las cuotas del sindicato. La medida fue aplaudida por todas las fuerzas políticas. Francisca Corrales, diputada del PRI, advertía que más que un aviso, era una muestra de que imperaba el Estado de Derecho: “Hay leyes que se tienen que respetar, sin pasar por delante ningún interés personal. Hay gobierno en este país”. Dos días antes, Luis Castro, de Alianza Nacional, el partido bisagra fundado por Gordillo, comentaba su disposición de entrar en el Pacto y advertía que hay un interés histórico de la derecha mexicana por intervenir en la educación. Por su dimensión el sistema educativo supone un gran negocio, y cree que algunos grupos buscan incidir en la parte ideológica. El PAN, estando en el gobierno, no había logrado reformarlo por su alianza con Gordillo. El secretario de Trabajo Alfonso Navarrete advirtió que si la secretaria de Hacienda había investigado las cuentas del Sindicato de Educación, también podía hacerlo con otros si detectaban movimientos irregulares.
El apoyo a la medida fue masivo -un 86%, según una encuesta de Excélsior- porque Gordillo se había convertido en símbolo de corrupción e impunidad. El encarcelamiento de la maestra respondía más a la lógica del poder que a la de justicia. Y razonaba que el sistema tiene una deuda con la impunidad y el uso discrecional de la procuración de justicia.
Sistema castigador
México lleva 15 años de estabilidad macroeconómica y financiera. Pero el nivel de crecimiento ‘per cápita’ en este tiempo ha sido casi cero. El poder adquisitivo del salario mínimo en 2013 es inferior al de 2000. Manuel Molano, del Instituto Mexicano para la Competitividad, señala la importancia de los estudios de Santiago Levy, del Banco Interamericano de Desarrollo, que denuncian la proliferación de empresas informales, que centran su esfuerzo en preservar su informalidad. Molano critica al sistema fiscal “Que castiga a los ganadores y premia a los perdedores y genera un síndrome de Peter Pan. Las empresas se resisten a crecer. Así no las detectan ni la seguridad social, ni un sindicato”.
México necesita que cada año entren en el mercado laboral más de 1,2 millones de personas. Carlos Serrano, jefe del servicio de estudios del BBVA, comentando los estudios de Levy, revela que la mitad de los trabajadores no contribuyen. El Pacto debe crear una nueva cultura fiscal y propone un gran contrato. Debería garantizar un sistema de seguridad social universal que a la vez permita que los ciudadanos vean con buenos ojos la extensión de la política recaudatoria. Estaríamos pues, frente a una etapa trascendente si los tres partidos firmantes pudieran introducir esta nueva cultura fiscal en México… Los impuestos a las colegiaturas, anunciadas por el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, en la presentación a los congresistas de la reforma fiscal, no van a ser aplicados… Las negociaciones a tres bandas continúan en estos días claves para el futuro de México. Estaremos ante reformas estructurales históricas o, sencillamente, ante ‘maquillajes’ de un primer ‘año de gracia’ presidencial.
Un gran tema, que demostrará si el gobierno de Enrique Peña Nieto es capaz de enfrentar una reforma a gran escala, es si incluirá la anulación o no de la Ley de Consolidación fiscal. Esta normativa permite a los empresarios unificar el pago del impuesto sobre la renta (ISR) de varias de sus compañías, compensando las ganancias de unas con las pérdidas de otras. El presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, Claudio X. González, dejó clara su oposición a eliminarla. En 2008, gracias al régimen de consolidación fiscal, los grandes grupos empresariales acabaron tributando tan solo el 1,7% del total del ISR.
Tres grandes pilares
La reforma fiscal deberá cubrir la parte impositiva que en estos momentos aporta PEMEX, la empresa petrolera nacional, un 40% de los ingresos del Estado. Este es un tema históricamente muy sensible. Todos coinciden en que los hidrocarburos seguirán perteneciendo a los mexicanos y están estudiando como abrir a la inversión privada, nacional y extranjera, en algunas partes de la cadena productiva. Todavía no está claro si en una primera etapa pasaría a cotizar en bolsa. Desde el PRI remarcan que hay voluntad de acuerdo. Francisca Corrales remarcaba que si no hubiera habido disposición de las fuerzas políticas, en los dos puntos centrales, de reforma energética y hacendaria, ya no estarían en el Pacto y no se hubiera firmado el acuerdo.
Desde el gobierno pueden estar estudiando un modelo similar al de la brasileña Petrobrás (68% de inversión privada, pero el gobierno controla el 54% de los votos) o de la noruega Statoil (el Estado participa en un 50% en cada licencia que otorga y e l gobierno noruego es propietario del 67% de las acciones). El Pacto debe concluir con tres grandes anclas: la parte energética; la de salud y seguridad social; y la fiscal. Cree que si no se resuelve la parte energética, difícilmente tendrán recursos para afrontar la parte de la seguridad social. Si resuelven energía y seguridad social, pueden generarse condiciones para un nuevo pacto social. El mexicano estaría dispuesto a pagar más IVA si sabe que va a recibir otros programas sociales. En España cuando decidimos reformar y apoyar la reforma fiscal lo hicimos acompañados de una consigna: “Hacienda somos todos”. Los ciudadanos comenzaron a ver mejoras en sus condiciones de calidad de vida, salud y educación, esencialmente. Comenzó a surgir una sensibilidad fiscal, sobre todo en la clase media.
La obtención de recursos, a través de la reforma fiscal y de Pemex debe evitar que el Estado mexicano pierda el control en algunos territorios. Ante una nueva estrategia de seguridad, con el concepto central de “prevención social” que puede tardar años en fructificar, lo prioritario son los recursos. Hay estados donde es palpable la sensación de desgobierno frente al crimen organizado. Las instituciones deben fortalecerse para evitar que la administración sea irrelevante. En México la delincuencia organizada es el síntoma, no la enfermedad. La enfermedad se llama Estado débil y no solo tiene que ver con delincuencia, sino con la incapacidad recaudar impuestos y los procesos de corrupción.
Desde Morena, Félix Santana advertía del desnivel en la utilización de recursos públicos. En el Estado de México, del total de los presupuestos, se otorga a los municipios el 8%. “Eso provoca, que, en el mejor caso, dependan de grandes familias locales. En el peor, del narco”. El Pacto por México propone crear una gendarmería nacional. Que la policía local asuma la proximidad y que la estatal sea la responsable de la seguridad pública. El reto es reforzar a los municipios. Un nuevo sistema de seguridad necesita recursos, una dirección clara y voluntad política. Que municipios y estados se impliquen para aplicar los controles de confianza, depurar a las corporaciones, establecer políticas de formación, dar condiciones de vida aceptables a los policías y poder implantar la carrera policial. Las principales resistencias radican en las complicidades locales y perjudican la depuración. Las antiguas autoridades se resisten a desaparecer. Es importante fortalecer las áreas de inteligencia y de acción rápida. Un mando único entendido de forma que si la entidad menor no puede asumir la responsabilidad, ésta sea asumida por una entidad superior.
El Congreso y el Senado mexicanos están valorando la creación de una Comisión Nacional Anti- corrupción y debaten sus competencias. El Pacto también propone un Comité Nacional de Ética. Fernando Bohórquez, director de Transparencia Mexicana, apuesta por una reforma ambiciosa. Cree que es necesario un sistema integral de revisión de cuentas, involucrar al sector privado y quitar prejuicios, preconcepciones y pretextos sobre temas de corrupción. “ Volver a recuperar el espíritu de una comunidad que se respeta a ella misma”.
La imagen
En la prensa internacional se respira una cierta euforia. Artículos de ELPAIS y del New York Times aplauden la nueva etapa que se abre en México. Pero debería comprobarse si esa sensación sobre el Pacto ha llegado a la calle. Considero que quizás hace falta tiempo. La gente quiere ver resultados. Si no lo ven no se lo creen como el apóstol católico Santo Tomás. El Pacto por México es una apuesta de las direcciones de los partidos. Tanto Gustavo Madero -del PAN- como Jesús Zambrano -del PRD- son duramente contestados desde sus formaciones. La presentación progresiva de acuerdos en estas semanas juega a su favor. Alberto Olvera cree que la clase política está dispuesta a este camino, con una actitud preventiva, por razones de supervivencia. Pero critica que sea una reforma “desde arriba”: “Yo diría que la sociedad mexicana se siente excluida de ese proceso. Lo ve como un conflicto entre las élites ”. Fernando Bohórquez advierte que al Pacto le haría falta algún contrapunto: “La virtud de las democracias es que es un sistema de equilibrios múltiples. Necesitas que unos y otros estén contrapunteándose”.
El principal problema del Pacto son los medios con los que van a contar para fortalecer al Estado. Cuánto dinero aportarán los impuestos, cómo combatir la corrupción en el gasto público, cómo establecer un sistema de financiación de partidos y cuál va a ser el sistema de seguridad pública. Hay señales positivas. El presidente Peña Nieto ha demostrado control y el Pacto se fortalecería con el diálogo con la sociedad civil. En los anteriores mandatos del PRI no existía la fuerza de Internet y sus redes sociales, principalmente Twitter.
Apoyo español
En los últimos días hemos asistido a México es el primer destino de las exportaciones españolas en Latinoamérica, por encima de Brasil. También el primer suministrador latinoamericano. Desde la óptica mexicana, España es el primer destino de sus exportaciones en Europa y el tercer suministrador. Hay 42.000 millones de dólares de inversión española en México. México es el sexto inversor en España. Últimamente algunos medios han pedido que las empresas españolas reviertan más sus ganancias en el país. América Latina ha generado parte de las ganancias a empresas españolas que les han permitido reducir el impacto de sus pérdidas en Europa.
No se descarta una futura colaboración de Repsol-Pemex. Ya tienen acuerdos con empresas mexicanas, como, por ejemplo, a través de Dynasol con Kuo, para caucho, y participa en producción y desarrollo de campos de gas o en biocombustibles. “Hay muchas combinaciones que pueden hacerse”. Pemex es accionista en un 9,5% de Repsol y observan que ésta última tiene recursos tecnológicos suficientes para ser socio estratégico. México es el quinto suministrador de petróleo a España por lo que la reforma energética será uno de los compromisos del Pacto que mayor repercusión puede tener. Pueden abrirse oportunidades tanto en la exploración como en la renovación de flota e infraestructuras.
Hay que destacar la importante presencia de empresas españolas en México. Gas Natural Fenosa e Iberdrola producen en torno al 20% de la energía eléctrica del país. Además, Abengoa, Elecnor y ACS han sido también adjudicatarias de contratos de la Comisión Federal de Electricidad para construir centrales. Repsol tiene un contrato de explotación de gas en el Golfo de México y suministra gas licuado a la planta regasificadora de Manzanillo. En el sector eólico Acciona, Iberdrola, Renovalia, Gas Natural, ACS y Gamesa desarrollan más de la mitad de los MW previstos en Oaxaca, principal foco eólico del país. En el sector de las telecomunicaciones, Telefónica actualmente cuenta con una cuota del 21% de la telefonía móvil. En el escenario de apertura que abre el Pacto por México, “las empresas españolas se encuentran muy bien posicionadas y podrían participar muy activamente”.
Los partidos
La gran duda es si con el Pacto por México estamos ante de un programa de gobierno en el tiempo de gracia del inicio de una legislatura o frente a una auténtica transición que busca fortalecer al Estado mexicano. A mi entender, la mayoría de las 95 medidas del Pacto confluyen en una: la ambición o no de la reforma fiscal. En los próximos meses conoceremos si se consigue una reforma que asegure un mínimo Estado del Bienestar para la mayoría y que sirva para afianzar al Estado frente a los poderes fácticos. Podremos ver si simplemente se plantea un aumento del IVA o si se busca esa nueva “cultura fiscal”, de la que hablaban los expertos, que extiende las responsabilidades y a la vez elimina los privilegios. Mayores ingresos permitirán fortalecer a los municipios, algo imprescindible en la lucha contra la inseguridad. Todo ello, como hemos visto, dependerá a la vez de la nueva proyección de Pemex, que debe asegurar el crecimiento. Los partidos deberán esforzarse para acordar una estructura muy transparente que no hiera a la opinión pública en un tema tan sensible como la propiedad de los hidrocarburos. Deberían explicar a sus bases cada logro del Pacto, y también los medios de comunicación. Es necesario un diálogo abierto con la sociedad civil para que el Pacto no se perciba como una reforma impuesta y acabe en la irrelevancia o en la frustración.
Días claves en México, fiscal y Pemex, reformas estructurales históricas o ‘maquillajes’ de un primer ‘año de gracia’ presidencial.