Italia, 4 de abril.- El número de pacientes hospitalizados en cuidados intensivos en Italia disminuyó por primera vez este sábado, lo que avivó la esperanza de poder atajar la propagación del coronavirus dentro de poco.
La cifra descendió por debajo de los 4.000 (3.994, frente a los 4.068 de la víspera). No había bajado de ahí desde finales de febrero, cuando la pandemia se disparó en el país, que sigue siendo el más castigado del mundo, según las cifras oficiales (más de 15.000 muertos).
Esta bajada inédita “es una noticia importante porque permite que nuestros hospitales puedan respirar. Es la primera vez que esta cifra está a la baja desde que gestionamos esta emergencia”, declaró el jefe de la protección civil, Angelo Borrelli.
El descenso se registró sobre todo en Lombardía (norte), la región de Milán, la más afectada, cuyos hospitales son no obstante de excelente calidad, aunque están desbordados. En la actualidad, hay 1.326 pacientes en cuidados intensivos, una cincuentena menos que la víspera.
Según el balance diario, 681 personas murieron en las últimas 24 horas en Italia, una cifra que si bien sigue siendo alta, muestra un descenso, de más del 10% respecto al viernes (766).
En algunos sectores, el impresionante aumento de la mortalidad respecto a otros años muestra que los balances de las autoridades solo reflejan una parte de la tragedia.
Aún así, la cifra oficial de decesos está “en disminución constante, quiero recordar que [el 27 de marzo] alcanzamos un máximo con 1.000 muertos”, recalcó Angelo Borrelli.
“Es un mensaje fuerte que no debe interpretarse, en absoluto, como una señal de que habríamos superado la fase crítica. Muestra que lo que se puso en marcha fue útil”, señaló por su parte el jefe del Consejo de Seguridad de Salud, Franco Locatelli.
El responsable también se congratuló de que la pandemia no hubiera incidido más en el sur, donde las infraestructuras sanitarias son mucho más deficientes: “nada garantizaba que fuéramos a obtener este resultado”.
Las señales de desaceleración constatadas desde hace una semana en Italia estuvieron acompañadas, no obstante, de reiterados llamados por parte de las autoridades a “no bajar la guardia”.