Chile, 21 de mayo.- Los contagios del coronavirus no dan tregua en Chile y el jueves se informó que —durante la última jornada— cada 32 minutos murió una persona. En total se acumularon 49 fallecidos, lo que llevó el total de decesos a 589 desde la llegada del virus hace dos meses y medio a un país que tiene 57.581 contagiados.
El incremento de nuevos infectados diarios, unos 3.750 los últimos días, de los cuales unos 37 necesitarán camas de cuidados intensivos y ventiladores mecánicos, es una de las mayores preocupaciones de las autoridades, que el jueves anunciaron que a fin de mes el país contará con 3.311 unidades de uso crítico, el triple de las disponibles a comienzos de marzo en el sistema público.
El sector privado, por su parte, deberán aumentar en 150 sus camas críticas el fin de semana y en 720 a mediados de junio. Si no acatan la orden, “no dudaremos en tomar el control de las instituciones que no cumplan”, advirtió el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga.
El ministro de Salud, Jaime Mañalich, informó que ya se están usando las unidades pediátricas de los hospitales del gran Santiago.
Una cuarentena total en el gran Santiago, que concentra los muertos e infectados, cumple una semana el viernes e inicia una segunda, sin que de momento se observe una disminución de las infecciones. Varios especialistas opinan que los ocho millones de santiaguinos deberán estar más tiempo en aislamiento.
Desde Bolivia, los contagios seguían en acelerado ascenso mientras que la cuarentena obligatoria se relajaba por la presión en los barrios populares tras dos meses de encierro.
En el país sudamericano la pandemia además ha intensificado las tensiones políticas porque la emergencia sanitaria llevó a suspender las elecciones presidenciales que estaban programadas para el 3 de mayo. Por un lado, la presidenta interina Jeanine Áñez hace frente a protestas que reclaman el fin de la cuarentena y por el otro exigen convocar a elecciones.
Al de por sí complicado panorama que encara la mandataria, que además es candidata, esta semana se sumó un escándalo por la compra de respiradores con sobreprecio que le ha costado el cargo al ministro de Salud, Marcelo Navajas.
Dos regiones del oriente, Santa Cruz y Beni, que concentran el 80% de los contagios, ya están al límite de su capacidad hospitalaria, según las autoridades. Hasta el jueves el país registraba 4.720 casos positivos y 199 decesos.
La buena noticia es que el histórico líder indígena de la amazonia boliviana, Marcial Fabricano, de 77 años, regresó a su casa el tras vencer a la epidemia. “Por la gracias del Creador todavía estoy con vida”, dijo a la prensa.
Por su parte, Venezuela envió 3.000 funcionarios de las fuerzas de seguridad al estado occidental de Táchira, fronterizo con Colombia, para elevar los controles ante el masivo retorno de venezolanos, algunos de los cuales tendrían coronavirus desatando un brote del virus en los estados fronterizos que hizo saltar esta semana en más de 50% la cifra de contagios que ya alcanza 814.
El dirigente oficialista Freddy Bernal dijo el miércoles en su cuenta de Twitter que siguiendo instrucciones del presidente Nicolás Maduro fueron desplegados los efectivos. Bernal, quien es identificado como “protector del Táchira”, afirmó que 78% de los casos de COVID-19 en Venezuela provienen de Colombia.
Maduro acusó la víspera al mandatario colombiano Iván Duque de haber dado la orden para que entren al país venezolanos sin el debido control para que “contaminen a toda Venezuela”, pero no mostró pruebas.
El mandatario decretó a inicios de semana un toque de queda en el municipio Páez del estado occidental de Apure, fronterizo con Colombia, para hacer frente al brote del virus en esa localidad.
Al respecto, Migración Colombia dijo el jueves que hasta el momento 62 mil migrantes venezolanos han regreso a su país, lo que representa un 3.4% de los 1.8 millones que se encuentran en Colombia. En los últimos cuatro días han salido por la ciudad de Cúcuta —fronteriza con Venezuela— al menos 2.736.
En otros temas, un miembro de la seguridad de la presidencia colombiana y 13 soldados del batallón guardia presidencial fueron detectados con coronavirus, y ahora cumplen una cuarentena obligatoria. El presidente Iván Duque se ha realizado dos veces la prueba de COVID-19 y ha salido negativa.
En el país el virus ha dejado 17.687 contagios y 630 muertes.
De otra parte, centenares de aves —incluyendo colibrís— están en peligro de morir debido a la cuarentena que finalizaría el 31 de mayo. Los animales están en una finca cerca de la ciudad de Cali y su manutención depende de la ayuda y presencia de las personas que asisten a esa lugar. Según Raúl Nieto, propietario del lugar, ya no cuenta con recursos para mantenerlos.
“Dependemos del ecoturismo para sostener la finca. Tiene 60 cebaderos, los cuales consumen 380 litros de agua diario y un total de 750 kilos de azúcar por mes. Aquí no solamente estamos enfocados en el cuidado y la alimentación de las aves, sino también hemos contribuido al crecimiento de la población de ellas”, señaló Nieto.
En América Latina se han registrado a la fecha más de 511.000 contagios y más de 32.500 muertos, con Brasil con la mayor cantidad de infecciones y decesos.
A nivel mundial se han infectado más de 4,8 millones de personas y muerto más de 329.000, según el Centro de Ciencias e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins, que basa sus datos en los informes de los gobiernos y las autoridades de salud de cada país.
En la mayoría de la gente este virus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. Pero en algunas personas, sobre todo los adultos mayores y quienes padecen trastornos de salud subyacentes, puede causar enfermedades más graves e incluso la muerte.