Ayer pude observar cómo los adultos mayores gozan cada momento de su vida, porque durante los Juegos Estatales de DIF para las personas de la tercera edad, las y los participantes gozaron al máximo la competición llevada a cabo en las instalaciones del Cedar (Cetro de alto rendimiento) de Cancún.
Independientemente de los resultados que tuvo cada DIF Municipal participante, que por cierto no llegó nadie de Felipe Carrillo Puerto, la alegría de vivir de las personas se vio reflejada en cada acto, en cada competencia, hasta en la hora de la comida, pude observar la colaboración que tiene cada uno de ellos, donde olvidaron clases sociales y estratos económicos o profesionales.
Pensé en toda esa experiencia acumulada, en todos los sinsabores que llevaron, en las caídas y el proceso de levantarse, en una vida matrimonial, en la crianza de los hijos; pero principalmente en el tiempo que le dedicaron a tal o cual empresa o institución donde trabajaron durante 30 o más años, a la que le dedicaron más de la mitad de su vida y, en muchas ocasiones su labor no fue bien retribuida.
Al ver esos rostros felices, al compartir el pan y la sal, al bailar al son que le tocaran, no pude evitar pensar en cuántos de ellos tienen hijos e hijas, nietos y bisnietos, quienes pueden encargarse de ellos o de ellas, pero por el egoísmo de no hacerlo, los dejan al abandono, en el olvido y en ocasiones hasta en la calle.
Vino a mi mente la responsabilidad que tenemos como sociedad de cuidar de nuestras personas adultas mayores, pues no es solo responsabilidad de las instituciones del gobierno hacerse cargo de ellas y de ellos, sino que desde el seno de la familia debemos sentir ese agradecimiento hacia las y los ancianitos, porque no solo nos dieron la vida, sino que también nos cuidaron, nos criaron, nos orientaron y seguiremos siendo sus “niños” aunque ya también estemos rayando la tercera edad.
Es más, ahora es constitucional que ellos reciban una pensión de parte del gobierno; los gobiernos en turno deben generar mecanismos que garanticen que planes, programas, políticas públicas y cualquier trabajo que se realice para el pleno ejercicio de los derechos humanos de las personas adultas mayores.
Nuestros adultos mayores tienen derecho a la igualdad de oportunidades sin importar su lugar de origen, género, edad, discapacidad, condición social o de salud, religión, preferencias, estado civil, tienen derecho a toda oportunidad de formación y realización, así como a la alimentación, el agua, la vivienda, vestido, atención sanitaria, oportunidad de un trabajo remunerado, educación y capacitación, a vivir en un entorno seguro y adaptado a sus necesidades, que privilegie su integridad física, su salud y su vida.
Tienen derecho a la participación activa en la aplicación de las políticas que incidan directamente en su bienestar, a compartir sus conocimientos y habilidades con las generaciones más jóvenes y a formar movimientos o asociaciones.
Tienen derecho a beneficiarse de los cuidados de su familia, a tener acceso a servicios sanitarios y a disfrutar de los derechos humanos y libertades fundamentales cuando residan en hogares y en instituciones donde se les brinden cuidados y tratamiento.
Ellas y ellos tienen derecho a aprovechar las oportunidades para desarrollar plenamente su potencial, mediante el acceso a los recursos educativos, culturales, espirituales, recreativos y a la participación política. Tienen derecho a vivir con seguridad, ser libres de cualquier forma de explotación, maltrato físico o mental y recibir un trato digno.
Porque el enfoque de ciclo de vida y visión prospectiva, debe garantizar el envejecimiento y que valoren los efectos de las acciones que se realizaron en etapas anteriores de la vida y elaborar alternativas que consideren escenarios futuros para la población. Si hacemos esto, seremos una sociedad que ha evolucionado a respetar y aprender de las personas adultas mayores. Ahí se las dejo…
SASCAB
El diputado local Ricardo Velazco Rodríguez, puso el dedo en la llaga al reconocer la labor de las autoridades de justicia para detener el abuso de los taxistas, pues dijo que ellos han operado con “un velo de impunidad”, que ya terminó con la llegada de la primerea mujer gobernadora, Mara Lezama, quien no tolerará que los prestadores del servicio público abusen de la sociedad.
Primero las autoridades pusieron orden en los taxistas de Tulum, luego en los de Cancún y, ahora en los de Playa del Carmen, lo había dicho. Indistintamente del orden, siguen los de Chetumal y los de Cozumel. Al tiempo…