El PRD, o lo que queda de aquel histórico movimiento que surgió en 1988 con Cuauhtémoc Cárdenas a la cabeza, cumple este jueves 5 de mayo su cumpleaños número 27 y lo hace en condiciones que sus fundadores y herederos seguramente nunca imaginaron.
Sin un candidato presidencial a la vista, con un presidente interino que no era militante y por el que, incluso, se modificaron los estatutos para nombrarlo y con sus ex candidatos presidenciales fuera, el PRD vive hoy condiciones que seguramente sus fundadores y herederos nunca imaginaron.
El PRD no tiene la fuerza de hace seis o 12 años, cuando tenía figuras y fuerza propia, cuando gobernaba sin alianzas con otros partidos políticos Baja California Sur o Zacatecas, donde ahora ha sido desplazado al tercero o hasta cuarto lugar.
Incluso, en Quintana Roo llegó a gobernar a la mayor parte de la población a través de cinco municipios, incluido Benito Juárez. Ciertamente fue a través de alianzas, pero eran coaliciones en las que claramente decidía qué darle a los demás partidos que la integraban.
Hoy, tras las elecciones federales del año pasado, quedó relegada como cuarta fueza política estatal. Incluso, en Cancún quedó sexto, después del Verde, PRI, Movimiento Ciudadano, Morena y PAN.
De hecho, salvo Zacatecas, donde sigue gobernando solo pegado con alfileres, en el actual proceso electoral no tiene ninguna posibilidad de ganar con fuerza propia ninguna de las otras 11 gubernaturas que están en juego en el actual proceso electoral. En caso que gane alguna, incluso la de Quintana Roo, lo haría de la mano del PAN PAN con el que tiene una alianza por encima de lo que dictan sus estatutos.
Hay quienes dicen que el PRD es como el náufrago que representa en una película el actor estadounidense Tom Hanks: logró fabricarse una balsa hechiza para salir de la isla donde está atrapado y pelear así por su sobeviviencia y esa es la alianza con el PAN.
Y de cara al 2018, que estará a la vuelta de la esquina tan pronto pase la aduana del 5 de junio, al PRD no le queda más remedio que seguir apostándole a su alianza con el PAN o, incluso, valorar un acuerdo similar con el PRD, porque está visto que Andrés Manuel López Obrador aborrece las siglas y no quiere nada con ese estatuto político.
López Obrador podrá aceptar en Morena a perredistas y priistas, pero no acordar una alianza institucional con el PRD y, mucho menos, hacerlo cediendo espacios. El partido del sol azteca sólo, en todo caso, podría aspirar a unas cuantas migajas, si a caso.
Dicen que las alianzas son de los necesitados y el partido más urgido de todos es el PRD.
¡Feliz cumpleaños!
Luneta
Laura Fernández Piña, candidata de la alianza “Somos Quintana Roo” a la presidencia de Puerto Morelos, luce una sonrisa de oreja a oreja. Y no es para menos, pues los astros se están acomodando a su favor.
Se siente cómoda, luce fuerte.
Su campaña ha ido de menos a más. Cada día suma adeptos, sus caminatas se están convirtiendo en auténticos ríos humanos, mientras su principal rival, Manuel García Salas, que buscó fundar una pretendida fortaleza en la diatriba y la guerra sucia en redes sociales, se desinfla como globo que surca errático el aire mientras pierde gas.
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