“Gabo: tu serías un excelente gobernador, pero mi corazón está con Beto”, dicen que le dijo hace seis años el entonces gobernador Félix González Canto al actual secretario de Gobierno Gabriel Mendicuti Loría, cuando le llamó para decirle que se había inclinado por Roberto Borge como candidato del PRI al gobierno del estado.
Eran tiempos en los que los gobernadores priistas tenían totalmente la decisión en sus manos, pues no estaban condicionados a ninguna fuerza central, partidista o presidencial, ya que en Los Pinos mandaba un presidente panista.
Al final, Roberto Borge y Mendicuti Loría acordaron trabajar juntos y hoy el secretario de Gobierno está considerado como una de las cartas del PRI para buscar retener al gobierno del estado ante la mayor competencia que representaría ahora tener enfrente un candidato respaldado por los que han sido tradicionalmente los dos adversarios más fuertes del PRI, el PAN y PRD.
A diferencia de hace seis años, el gobernador en turno, Borge Angulo, comparte con otros protagonistas importantes la facultad de decidir al candidato de su partido, pero contra lo que dicta la tradición política mexicana, llega fuerte en la recta final de su mandato, con el control de los signos vitales de la vida pública quintanarroense en sus manos.
Y justamente esa fuerza le permitió diseñar un proceso de acuerdo con el calendario electoral quintanarroense, sin adelantar nada a pesar de las presiones para hacerlo, pero la decisión ya tiene que anunciarse.
Algunos afirman la decisión se anunciará el 5 de marzo próximo, pero otras voces aseguran que es cuestión de horas y es que el PRI publicará en el transcurso de la mañana de este jueves su convocatoria y en el segundo siguiente a que ello ocurra puede dar a conocer al precandidato que será declarado candidato “de unidad” en una convención de delegados a principios del próximo mes.
Y mientras, todo está sumido en un mar de especulaciones y cada quien quiere ver señales de acuerdo con sus intereses, pero en realidad todo puede suceder.
No es un secreto que así como González Canto lo tuvo en su corazón, el gobernador Borge tiene en el suyo al diputado federal José Luis “Chanito” Toledo, quien también goza de la simpatía de su líder en la Cámara baja, César Camacho Quiroz, pero los demás aspirantes también apuestan a sus “conectes” con quienes tienen una parte del peso de la decisión.
Por lo menos tres presidenciables tienen interés en la decisión y pueden influir. Raymundo King de la Rosa le apuesta a su cercanía con Manlio Fabio Beltrones, líder del PRI nacional; Mendicuti Loría se siente fuerte con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray y dicen que José Antonio Meade, de Desarrollo Social, no lo ve mal.
Otros afirman que el presidente Enrique Peña Nieto pregunta por el alcalde de Benito Juárez Paul Carrillo de Cáceres siempre que viene a Quintana Roo y que Mauricio Góngora Escalante, de Solidaridad, cuenta también con el respaldo de Borge Angulo y de importantes figuras de la política nacional involucrados en la toma de decisiones.
El alcalde de Othón P. Blanco, Eduardo Espinosa Abuxapqui también se siente arropado por las figuras priistas con quienes coincidió en la Cámara de Diputados y que hoy forman parte de la “burbuja” en la que se toman muchas de las decisiones en este país.
Hay quienes afirman que puede ser que en lugar de “caballo negro” haya “yegua negra” por la reciente inclusión de la rebelde ex alcaldesa capitalina, Cora Amalia Castilla Madrid. Sin embargo, también se dice que una eventual postulación de la prima de Mario Villanueva Madrid significaría una anticipada capitulación priísta, pues la también diputada local con licencia no la conocen más allá de Bacalar.
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