Chetumal, 30 de abril.— Este Día del Niño fue muy diferente para muchos infantes, sin regalos y sin la posibilidad de convivir con otros menores debido al confinamiento obligado por el coronavirus civud-19.
Hay otros niños para los que nada cambió, como en el caso de siete menores, quienes sin haber cometido delito alguno o tener conocimiento de eso, viven con sus madres en el Área Femenil del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Chetumal.
El desamparo y ausencia de familiares no les dejó alternativa, tienen que vivir en prisión, a pesar de que en ese ambiente los riesgos a su integridad y salud son constantes.
De acuerdo con información de las mismas internas y de la Comisión de los Derechos Humanos en Quintana Roo, en el Cereso de Chetumal hay seis internas que viven con sus hijos. Una de ellas tiene dos hijos y las otras sólo uno.
Incluso, hay un bebé que recientemente fue bautizado. Las edades de los seis restantes oscilan entre los cuatro y nueve años. Viven en las celdas con sus madres, donde ya tienen responsabilidades.
La Dirección General del Cereso les permite tener consigo a sus hijos, pero para que eso sea posible deben firmar cartas en las cuales deslindan a la autoridad de toda responsabilidad, a pesar de los riesgos que eso implica.
Dado que está prohibido que los menores permanezcan fuera del Área Femenil, para ellos el Día del Niño siempre pasa inadvertido.