Nathan Chen acababa de batir el récord mundial de puntuación en el programa corto de patinaje artístico, que celebró con un desafiante puño al aire en una rara muestra de emoción, cuando le preguntaron cómo pasará las próximas 48 horas hasta su esperada coronación olímpica.
“Llevo aquí un tiempo. Tengo que lavar algo de ropa, algunas otras cosas que limpiar en mi habitación. Solo tareas ordinarias, en realidad. Nada loco”, respondió el martes el as estadounidense, de 22 años, encogiéndose de hombro.
La locura, la verdaderamente impresionante, la dejó para el hielo del histórico Pabellón de la Capital de Beijing. Con una sonrisa de confianza, Chen se vengó del mal programa corto que ejecutó hace cuatro años en los Juegos de Pyeongchang de la mejor forma posible. Inició el ejercicio con un cuádruple salto perfecto, superó el triple axel que a veces le da problemas y bordó la combinación de salto cuádruple y toe loop triple.
La rutina que le dio la medalla de oro.
Los jueces valoraron su actuación con 113,97 puntos, casi dos por encima del anterior récord mundial que ostentaba su rival, el japonés Yuzuru Hanyu, y seis por encima del segundo clasificado, el también japonés Yuma Kagiyama, antes del programa libre del jueves.
“Estaba exultante”, dijo Chen, quien ya ayudó a Estados Unidos a colgarse una presea de plata antes esta semana. “En los últimos Juegos, ninguno de los programas cortos salió como yo quería. Tener por fin la oportunidad de patinar los programas que quería me hace sentir muy bien”.
Kagiyama clavó un par de cuádruples y un triple axel durante su dinámico programa corto para terminar con 108,2 puntos, y su compatriota Shoma Uno, actual subcampeón olímpico, fue tercero con 105,90.
Su ídolo, Hanyu, no realizó el salchow cuádruple que tenía previsto para abrir la prueba y no recibió puntos por el salto, un error enorme que le costó la posibilidad de poder colgarse su tercera medalla olímpica de oro. Tras un ciclo olímpico marcado por las lesiones, terminó octavo con 95,15 puntos, un déficit tan grande que ni el cuádruple axel que incluye su programa libre podría compensar.
“Estoy realmente sorprendido”, afirmó Hanyu, añadiendo que su patín pudo haber golpeado un agujero en el hielo, “pero tengo una oportunidad más”.