Palco Quintanarroense
El gozo al pozo
Julio César Silva Cetina
Durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa el gobierno federal entregó a los gobernadores millonarias sumas de dinero para ejercerlos como ellos quisieran, incluso sin necesidad de comprobar el destino de esos recursos, que provenían de los excedentes petroleros.
Sin duda eran años en los que en el gobierno, y sólo allí, había una bonanza por los altos precios del petróleo. Era lo soñó José López Portillo.
“Vamos a administrar la bonanza”, dijo quien gobernó al país de 1976 a 1982, período en el que se descubrió los mayores yacimientos de petróleo, que colocaron a México entre los principales productores a nivel mundial.
Pero la bonanza se dilapidó.
En abril de 2011 el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) alertó sobre esa situación y propuso crear con esos excedentes reservas que permitan enfrentar necesidades extraordinarias y no para gasto corriente.
Pero no pasó nada. Casi cuatro años después, la visión premonitoria del IMEF está enfrente de todos. Las necesidades extraordinarias están a la vuelta de la esquina provocadas justamente por la volatilidad en el precio del petróleo.
Sólo un seguro que cubre posibles disminuciones en el precio del petróleo y que garantiza al gobierno federal el pago por algún tiempo de lo que deje de recibir por la venta del hidrocarburo, evita que la administración de Peña Nieto tenga que tomar medidas inmediatas para reducir el gasto, que sería muy malo, o buscar por otras vías los ingresos que se están dejando de percibir, lo que sería peor, pues implicaría nuevos impuestos.
Financieramente México camina al borde del desfiladero por un mal manejo de los recursos petroleros, pero dirán algunos: “lo bailado nadie nos lo quita”.
Paradójicamente, a partir de este año, cuando ya no hay excedentes, entrará en funcionamiento el Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo. Según la ley que le dio vida con la reforma energética del año pasado, ese organismo debe administrar los recursos adicionales que se reciban por concepto de la venta del petróleo.
El 40% de esos recursos deben destinarse a ahorro de largo plazo y el 60% para invertir en infraestructura, financiar becas universitarias e investigaciones científicas y para programas como la llamada pensión universal. Al parecer, todo eso se esfumó.
Tan solo en 2012, el gobierno federal canalizó a los estados $19,600 millones de pesos de excedentes petroleros que, en el mejor de los casos, se usaron en gasto corriente.
El gozo se fue al pozo. Ahora sólo resta esperar a que se recupere el mercado petrolero y que el gobierno haga de una vez por todas la tarea largamente pospuesta, para evitar que la economía siga dependiendo en exceso de la industria petrolera.
Platea
Arlet Mólgora Glóver no pudo tener mejor sinodal que Cora Amalia Castilla Madrid en la competencia por la candidatura priista a diputada en el Distrito II, en la que la joven legisladora con licencia no debe tener problemas para obtener la nominación.
La competencia interna ante la suplente de Félix González en el Senado le dará a Arlet Mólgora el “ponch” que necesita para enfrentar la campaña.
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