“El INE no se toca”: hacia un movimiento nacional antiobradorista

Jorge Manriquez Centeno |
Jorge Manriquez Centeno |

Impactos de la movilización “El INE no se toca

Los efectos de la marcha “El INE no se toca”, efectuada el 13 de noviembre de 2022, están a la vista:
El primero de ellos radica en la oportunidad que ha surgido para los adversarios del presidente de la República de crear un nuevo y fuerte movimiento social ciudadano anti-AMLO que los articule, sin injerencia de las cúpulas de las dirigencias partidistas opositoras a Morena, lo que podría derivar, a su vez, en nuevos liderazgos que tanto les urge encontrar.
Es decir, pasar de una marcha en defensa de la autonomía de las instituciones electorales, a una organización o movimiento que aglutine a las ciudadanas y los ciudadanos antiobradoristas. Ese es el reto y camino que podrían optar los organizadores de la marcha.
Un segundo efecto de esa movilización es que orilló al presidente Andrés Manuel López Obrador a reconocer por adelantado que en el Poder Legislativo su iniciativa de reforma electoral a nivel constitucional no pasará, obligándolo a anunciar un plan “B”, significando un golpe político.
Finalmente, la marcha multitudinaria fue un mensaje claro para el PRI, partido considerado como “bisagra”, dado que los acuerdos bajo la mesa, intuían que le daría los votos necesarios a Morena para la aprobación de la iniciativa presidencial en materia electoral.
Queda claro que a nivel legislativo el presidente no alcanzará la mayoría calificada para una reforma constitucional de gran calado, con la que pretendía, desde su enfoque, transformar el sistema político.
Así, el movimiento -de incipiente articulación y presencia física en las calles no garantizada- mostró músculo y éxito en redes sociales, lo que generó también, el enojo del presidente y su consecuente convocatoria a una movilización masiva de sus seguidores que culminará en un mitin en el Zócalo de la Ciudad de México con la clara intención de mostrar también el músculo ya conocido de su movimiento.
En este contexto, se revelan dos escenarios de lucha política en México:
En las calles mediante las movilizaciones y en el poder legislativo entre los partidos. Ambos con vasos comunicantes. Frenos y contrafrenos.
En el primer escenario, es decir, en las calles, los antiobradoristas, sin duda, la tienen perdida, pero en el segundo, entre los grupos parlamentarios, ganan la lucha porque los legisladores morenistas requieren urgentemente el apoyo de sus homólogos opositores para modificar la constitución federal, a fin de contar con las dos terceras partes de votos que les abra las puertas para reformar la constitución.

En ese sentido y como se comentó, la movilización “El INE no se toca”, trascendiendo ese propósito (importante sin duda), podría convertirse en una plataforma política para articular a los antiobradoristas y frenar a aquellos diputados de la oposición que estaban a punto de inclinar la balanza a favor de la aprobación de la iniciativa presidencial.
Como se ha anunciado, ese intentó de aprobar la reforma electoral a nivel constitucional, se volverá a repetir por parte de los morenistas y aliados. Por ello, si continua el movimiento “El INE no se toca” o como se vaya a llamar, seguirá siendo un freno de mano para los legisladores opositores, sobre todo los priístas.
Con ese llamado los legisladores de la oposición han cohesionado su rechazo a la reforma electoral. Al menos, hasta este momento, 18 de noviembre, lo que presupondría que los morenistas, al no alcanzar la mayoría calificada de la reforma constitucional, opten por el plan “B” (reforma legal) anunciado por el presidente.
Habría que analizar los términos de la reforma legal que propondrá el presidente de la República, y el replanteamiento de la lucha del movimiento “El INE no se toca”, que analizamos más adelante.
Woldenberg, líder indiscutible del movimiento “El INE no se toca”
El movimiento “El INE no se toca”, está encauzado en la figura emblemática de José Woldenberg, quien tiene ante así, la disyuntiva de continuar lidereando ese movimiento, dándole forma y estructura. Es una oportunidad que se le presenta al movimiento para que, a través de una figura emblemática, articular la inconformidad de un sector importante de las y los mexicanos que no están a favor de las reformas que propone el presidente de México.

En lo personal, José Woldenberg, deberá de reflexionar sobre esa decisión.
Por el lado de los partidos, el PRI, PAN y PRD atraviesan por falta credibilidad y de afianzamiento de la alianza “Va por México”, que, al parecer, es el camino inmediato a seguir. En el caso de Movimiento Ciudadano, está a la espera, como acechando por donde transitar, aunque han mostrado congruencia en rechazar los términos de la iniciativa presidencial en materia electoral. Morena y sus aliados están afianzados en el respaldo de la figura, aprobación presidencial y del activismo social de AMLO. Así, los caminos a seguir por las cúpulas de los partidos están a la vista, pero las alianzas o rompimientos de los pactos debajo de la mesa son cambiantes, más en materia electoral.
En este contexto, los organizadores de la marcha tienen el reto de evitar que se disipe el movimiento y lograr sentarse en la mesa legislativa, para no perderse en la inercia de los días.
Así, lo que parecía no tener “ni pies ni cabeza”, ahora se presenta como una oportunidad para articular una estructura de base y construcción de liderazgos.
Todo parece indicar que lograrían ese objetivo si y solo sí, por un lado, cuidan con esmero que no se inmiscuyan en el movimiento las cúpulas del PAN, PRI y PRD y, por el otro, si conforman comités u equivalentes, que los representen políticamente.
Panorama
* Andrés Manuel López Obrador ha minimizada la importancia de la marcha, y la ha tratado de vincular con sectores y grupos “conservadores”, que la promovieron y son “la mano que mece la cuna”.
* El anuncio presidencial del plan “B”, presupone un reconocimiento de que no se alcanzará la mayoría legislativa calificada para su reforma constitucional. Por ello, dicho plan, se enfocará a readecuar el marco legal en la materia.
* Hay desinformación existente sobre la reforma electoral, que reconoce el presidente de la República, y la explica desde su enfoque.
* La realización de una contra marcha a realizarse el 27 de noviembre de 2022, que iría del Ángel de la Independencia al Zócalo, a efecto de informar sobre los 4 años de transformación, presupone un evento masivo.
Duelo de vencidas
Ante el embate presidencial y las consecuentes réplicas de sus seguidores, los organizadores de la marcha ·El INE no se toca” deben reorganizarse.

En segundo lugar, aunque la marcha del 13 de noviembre mostró músculo y sí fue una protesta multitudinaria, las huestes obradoristas cuentan con más recursos y mayor margen de acción para ese tipo de movilizaciones. Eso está más que probado. Así, ostentan la titularidad del gobierno federal, 20 gubernaturas y AMLO tiene una alta aprobación. Con esa fuerza y el mecanismo de comunicación social de las “Mañaneras”, se prevé una alta concentración ciudadana el día 27 de noviembre de 2022. El mensaje es claro: es una muestra de poder de convocatoria, a efecto de opacar o dilucidar los efectos de la marcha del “INE no se toca”
Inclusive pueden hacer esa y otras marchas.
En esa guerra de vencidas, indudablemente llevan las de perder los simpatizantes del movimiento “El INE no se toca”. AMLO lo sabe, y por ello, recurre a una de sus estrategias que le ha dado permanencia en el tiempo: la protesta social.
En tercer lugar, debe subrayarse que los simpatizantes del movimiento “El INE no se toca”, tienen en contra el paso de los días y el advenimiento del mundial de futbol que, naturalmente, acaparará la atención.
Finalmente, en la “Mañanera” del 16 de noviembre, AMLO destacó que, aunque no pase su propuesta de reforma electoral a nivel constitucional, seguirá pugnando por su aprobación y, sobre todo, para dejar constancia que la presentó para desterrar fraudes y erradicar la corrupción en las instituciones electorales.
Necesaria reorganización del movimiento “El INE no se toca”
En este marco surge la siguiente cuestión: ¿Cuáles son los pasos a seguir por parte de los organizadores de la marcha “El INE no se toca”?
Considero que una de las opciones sería conformar un comité u órgano equivalente, que surja bajo las directrices de José Woldenberg, como figura emblemática de la transición a nuestra democracia procedimental.

Aprovechando esta coyuntura, el comité o grupo de trabajo que seleccione el movimiento “El INE no se toca”, o como se vaya a llamar, debe realizar un análisis profundo de la iniciativa y sus implicaciones, pero, además, proponer acciones para frenar todos los hechos o actitudes negativas, que van más allá de la organización de las elecciones, como la compra y coacción del voto, rediseño y real autonomía de gestión y presupuestal de las fiscalías especializadas para la atención de delitos electorales federal y locales que, a menudo, son utilizadas políticamente, el uso de recursos públicos y programas sociales para el proselitismo político de funcionarios de primer nivel, entre otros, que afectan las contiendas electorales.
Ello, para también dejar constancia.
¿Qué sigue?
En este contexto, la pregunta obligada para los organizadores del movimiento “El INE no se toca”, es: ¿Qué sigue?
Está claro que el presidente de la República movilizará a sus huestes para opacar a los adversarios que osaron salir a las calles a protestar y lograron acaparar la atención ciudadana. En ese contexto, seguramente presente su plan “B” de reforma electoral.
Los organizadores de la marcha tienen ante sí, el desafío de reorganizarse para mantener al movimiento.
En ese sentido, los organizadores, pueden contemplar el siguiente camino a seguir:
1. Comité. Como se comentó, bajo el liderazgo de José Woldenberg, conformar un grupo político directivo, con articulación visible en los Estados, redefiniendo los propósitos del movimiento.
2. Esencia. Un aspecto central es que el movimiento “El INE no se toca”, a partir de su reorganización, determinación de nuevos objetivos y consiguiente integración de su agenda, debe cambiar su denominación para que tenga mayor alcance e impacto ciudadano.
3. Núcleo ciudadano. Dicho movimiento debe mantenerse alejado de las cúpulas partidistas y bajo el liderazgo de Woldenberg. El núcleo ciudadano es lo que le da fortaleza.
4. Agenda y calendarización de acciones. Deben determinarse aspectos relevantes y cronograma de acciones estratégicas a seguir.
5. Compromisos. Públicamente y por escrito, hacer firmar el “compromiso por la democracia” o equivalente, por parte de los legisladores del PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano, para que no avalen la iniciativa presidencial de reforma electoral a nivel constitucional. Ello, para comprometer a la dirigencia priísta, que se ha doblado en otros temas, como la iniciativa relacionada con el traspaso de la Guardia Nacional a la SEDENA.
En el caso del plan “B” presidencial (reforma legal), deben definirse acciones específicas a realizar.
1. Selección de especialistas. Mediante el liderazgo y aprovechando la experiencia de José Woldenberg, seleccionar a especialistas en la materia, a efecto de exigirle a la JUCOPO y a las Comisiones Unidas de Reforma Político-Electoral; Puntos Constitucionales; y Gobernación, para que dichos especialistas participen en los trabajos de análisis, diagnósticos y redacción de la propuesta de dictamen, ya sea del plan “A” (reforma constitucional) o “B” (reforma legal).
2. Alcances de la reforma. La reforma, en cualquiera de sus ámbitos, no debe centrarse únicamente en la iniciativa presidencial, sino abarcar el estudio de las 107 iniciativas presentadas en el rubro. Dicho trabajo de análisis debe considerar las investigaciones y trabajos que se han realizado sobre la materia, así como los planteamientos y propuestas vertidas en los parlamentos “abierto”, “alterno” y de instituciones académicas y organizaciones de la sociedad civil.
3. ¿El INE no se toca? En esta revisión a fondo de todo el sistema electoral y sus instituciones, así como de las instancias que tienen incidencia en la materia, por supuesto que deberá analizarse integralmente el presupuesto asignado al INE y al TEPJF, en relación con las funciones y actividades encomendadas, que, a dicho de Morena y sus aliados, es oneroso y con prebendas exorbitantes para las consejerías y magistraturas que encabezan, respectivamente, a tales instituciones.
Además, deben estudiarse integralmente cuestiones relacionadas con la logística de las elecciones, la necesaria homologación de los calendarios electorales de las elecciones federal y locales, entre otras.
Derivado de ese estudio integral, claro que el “El INE sí se toca”, pero con esta visión. Hacerlo sin un diagnóstico y análisis a fondo sería un retroceso histórico.
1. Desinformación. Debe diseñarse una estrategia de difusión en redes sociales, mediante la cual se informe en forma clara y sencilla a la ciudadanía los aspectos centrales de la reforma presidencial.
2. Propuesta de dictamen. Con ese bagaje se integraría la propuesta de dictamen, la cual posteriormente sería analizada en las comisiones respectivas y sometida al trámite legislativo correspondiente.
Con base en lo anterior, y con miras a las elecciones presidenciales del 2024, el movimiento podría ampliar sus propósitos de lucha política.
Continuar siendo un freno a los diputados de oposición que pretendan avalar, mediante acuerdos debajo de la mesa, la iniciativa presidencial y participar mediante sus especialistas en los trabajos de la reforma es fundamental para consolidar al movimiento.
El anuncio de AMLO sobre la presentación de su plan “B”, les da tiempo para reorganizarse. Participar en tales trabajos es un paso lógico y plausible.
Pero en realidad tienen poco tiempo para replantear su estrategia de lucha.
Al tiempo.

*Jorge Manriquez Centeno es especialista en materia político-electoral, derechos humanos y derecho parlamentario. Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, abogado, con estudios de posgrado en políticas públicas, derechos humanos por la FLACSO y doctorado en Derecho Parlamentario por la Universidad Autónoma del Estado de México. Exconsejero presidente del Instituto Electoral de Quintana Roo (2009 a 2015) y ex director de Partidos Políticos del mismo Instituto (2003 a abril de 2009).

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