“El INE no se toca” y el factor Monreal

Jorge Manriquez Centeno |
Jorge Manriquez Centeno |

Nuevos escenarios: le urge a México un equilibrio ciudadano

Ante un México polarizado, con falta de credibilidad en los partidos políticos y un sector importante de la sociedad inconforme, que no logra organizarse ni construir un liderazgo sólido que encabece su lucha, el senador Ricardo Monreal Ávila propone una política de “reconciliación nacional” que tenga como base el respeto mutuo y la inclusión en el proceso transformador hacia un Estado-Nación realmente democrático.

Dice no a la polarización que atiza el gobierno federal y sí a la inclusión y al respeto de todas las fuerzas políticas y sociales para lograr la transformación que requiere el país.

Por otra parte, uno de los factores que le da fuerza al presidente de México es precisamente la incapacidad de la sociedad inconforme de organizarse y la falta de un liderazgo.

En ese sentido, la movilización que logró “El INE no se toca” al convertirse en una protesta ciudadana multitudinaria -como no lo habían hecho en lo que va de este gobierno-, necesita consolidar su movimiento mediante una agenda de acción, de organización y difusión en los medios de comunicación y redes sociales, así como consensuar un grupo de expertos en la materia, encabezados por José Woldenberg, que le permita contar con diagnósticos y propuestas en los temas que están en la mesa de discusión.

Como se comentó en otro texto,¹ la lucha política de “El INE no se toca”, o como se vaya a llamar, debe centrar sus acciones de protesta en las inmediaciones de los recintos legislativos.

Así, debe viralizarse la convocatoria de manifestación en la Cámara de Diputados federal en la víspera de que se reúna el pleno para votar sobre la reforma electoral del presidente y presionar por lo que plantea su lucha. Dicha convocatoria la avalan organizaciones de la sociedad civil, activistas sociales, entre otros.²

Pero este movimiento debe blindarse de la injerencia de las cúpulas partidistas si desea presentarse como verdadera opción y no perder así su esencia ciudadana.

Importante para México que la ciudadanía inconforme se consolide

Fortalecer este movimiento social sería sano para México como factor de equilibrio organizado, legal y legítimo, ante la severa crisis política por la que pasan los partidos de oposición y una fuerza popular del presidente Andrés Manuel López Obrador que no disminuye. Sería un contrapeso.

La marcha de “El INE no se toca”, no tiene precedente en este sexenio, dado que, hasta el día de hoy, es la mayor que se ha realizado en contra, a cuatro años del gobierno en turno; sin embargo, parece disiparse y desaprovecharse en tanto no estructuren su organización y su agenda.

La sociedad mexicana requiere de un sistema de partidos fuerte, de ciudadanos politizados y participativos a fin de mantener un equilibrio de fuerzas como ocurre en los verdaderos regímenes democráticos.

Monreal se desmarca de Morena

En ese contexto, y en aras de la reconciliación, resulta oportuna la posición política del senador Ricardo Monreal que se ha desmarcado de la ruta trazada por el presidente Andrés Manuel López Obrador de realizar una megamarcha el 27 de noviembre en curso y de su orden de proseguir impulsando su reforma electoral.

Monreal no asistirá a tal marcha y ha optado por un mensaje de reconciliación nacional y de respeto a la oposición. Tampoco estuvo de acuerdo con el contenido de la iniciativa presidencial en materia electoral.

Va por otra ruta.

Así, el factor Monreal, abre una nueva lectura al escenario político.

Movilización social

En este escenario, pareciera que la oposición se ha cohesionado en contra de cualquier reforma electoral que modifique la estructura del INE. Sin duda, ese es uno de los logros de la marcha “El INE no se toca”, que fue un llamado de atención al PRI, que pareciera estaba cediendo ante el embate presidencial, pero se ha mantenido, hasta este momento, unido en ese propósito. Ello se confirmó en la “Mañanera” del 24 de noviembre del año en curso, donde el presidente afirmó que ya no se va a poder llevar a cabo la reforma electoral a nivel constitucional.

En el juego de vencidas con el presidente, los organizadores de la marcha “El INE no se toca”, deben calibrar bien sus movimientos de protesta. En ese terreno AMLO lleva las de ganar. También deben mantener su núcleo ciudadano, alejado de la influencia de las cúpulas partidistas. Ello, es la base de su legitimidad.

Paralelamente y como se dijo, deben centrar sus protestas en las inmediaciones de los recintos legislativos.

El momento indicado era el 23 de noviembre, fecha en que las Comisiones Unidas de Reforma Política-Electoral, de Puntos Constitucionales y de Gobernación y Población presentaron el “Proyecto de decreto por el que se reforman, derogan y adicionan diversos artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia electoral”,³ que, en los hechos, contiene los mismos puntos y consideraciones de la iniciativa presidencial, como lo han señalado algunos analistas,⁴ con los cuales coincido.

Lo que falta por hacer al movimiento “El INE no se toca”

Quiérase o no la marcha “El INE no se toca” fue un acto multitudinario. Los videos, cobertura periodística y fotografías lo constatan. Su éxito se derivó de la participación ciudadana. Pero ahora, en la nueva coyuntura que se presenta -realización de una megamarcha, presentación del plan “B” de reforma legal, etc.-, debe reorganizarse para no dejar pasar oportunidades que se le han presentado.

Inclusive deberán analizar cambiar su denominación para que su lucha vaya más allá de la defensa de la autonomía de las autoridades electorales (objetivo importante, indudablemente).

Por ejemplo, y como se señaló, el día 23 de noviembre, en las inmediaciones de la Cámara de Diputados hubieran realizado una manifestación o protesta, a efecto de evidenciar la simulación del “trabajo” legislativo que culminó con la presentación del proyecto de dictamen citado. Esa simulación de trabajo legislativo debe reiterarse.

También hubiesen instalado alternadamente una mesa de análisis sobre dicho proyecto, para posteriormente realizar conferencias de prensa, videos para difundir en redes, entrevistas con especialistas, entre otras acciones calendarizadas. Incluyendo su convocatoria para que sus simpatizantes vistan de rosa y blanco el día 27 de noviembre, en señal de rechazo a la marcha obradorista.

Es decir, acciones integrales.

Lo que deben hacer

Ahora deberán estar atentos a la convocatoria para la sesión del pleno de la Cámara de Diputados, y prepararse para realizar un acto de protesta, ello como mecanismo de presión, sobre todo a los diputados de la oposición, que, a última instancia, pudieran ceder a las presiones del obradorismo. Ahí sí, debe ser un acto multitudinario. La convocatoria por parte de organizaciones de la sociedad civil, activistas sociales, entre otros, está circulando, siendo necesario viralizarla en redes sociales.

Respecto del plan “B” anunciado por el presidente, deben establecer acciones a seguir, con base en los diagnósticos y análisis proporcionados por especialistas seleccionados por consenso. Sería recomendable que dicho equipo de expertos trabajará bajo el liderazgo de José Woldenberg, figura emblemática de la transición.

Lo que deben enfatizar

En todas esas acciones de protesta, deben subrayar que no es posible que, del 28 de abril de 2022, fecha de presentación de la iniciativa presidencial, a ese 23 de noviembre del año en curso, es decir a casi siete meses, hayan presentado un proyecto de dictamen que contiene los mismos puntos y consideraciones de la iniciativa presidencial, y eso que refiere que tomaron en cuenta las iniciativas interpuestas, los trabajos y propuestas del parlamento abierto (no contemplaron el parlamento alterno organizado por PAN, PRI y PRD), encuestas, entre otros.

También deberán estar atentos al contenido de la reforma legal que presentará el presidente -plan “B”- que se centrará en ahorros presupuestales y acciones para “prohibir de manera terminante la compra del voto”.

Al efecto, el equipo de trabajo referido con anterioridad, deberá analizar estos temas a fondo, y otros que necesariamente deberán ponerse en la mesa de la discusión, como proponer acciones para frenar el uso de recursos públicos y programas sociales para el proselitismo político de funcionarios de primer nivel, así como blindar las elecciones del dinero del narcotráfico que predetermina “exitosas” campañas.

El desafío del movimiento “El INE no se toca”, es la reorganización y el establecimiento de una agenda de trabajo y acciones a seguir,⁵ pasando de la defensa del INE a un programa de trabajo integral en materia político-electoral.

El factor Monreal

Queda claro que el mensaje de reconciliación de Ricardo Monreal lo acerca a esa oposición, que, actualmente, no cuenta con una figura con el peso y ascendencia del político zacatecano que, además, tiene influencia sobre muchos senadores, lo que constituye otro dique para las pretensiones presidenciales en materia electoral.

El factor Monreal, abre un boquete al morenismo, y una opción a futuro para muchos que simpatizan con su ideario y trayectoria politica. De tal forma, la marcha “El INE no se toca” tiene una nueva lectura. Realmente Monreal no era una “corcholata presidencial”. Por ello, sólo faltaba el cómo y cuándo optaría por desmarcarse de AMLO y su proyecto.

Y pareciera ser que la marcha le dio ese camino: ante la descalificación presidencial de la marcha “El INE no se toca”, de inmediato el senador zacatecano, la tomó como ruta de escape para desmarcarse del proyecto político de la 4 T, al señalar que:

“Ahora la división tiene que terminar. Ahora estamos en un momento de decisión, un momento determinante; no somos grupos opuestos, somos el pueblo mexicano, somos México, tenemos que tomar una decisión y esa decisión es la reconciliación, ¡Reconciliemos a México! ¡Reconciliemos a México!”.⁶

Como subrayamos, el camino político del monrealismo es hacia la reconciliación nacional.

El anuncio

“Estoy en condiciones de informarles a ustedes, que Ricardo Monreal estará en las boletas electorales buscando la presidencia de la República y no por el partido Morena” adelantó Marco Levario Turcott, director de esta revista Etcéteravii, quien asimismo consideró que el acto masivo que encabezó recientemente en la Arena México, significó su alejamiento definitivo con el presidente de la República y Morena.

Pinto su raya, como se dice coloquialmente.

Por ello, y conforme a lo expresado, Ricardo Monreal es un potencial candidato presidencial de una coalición opositora.

Ello porque el PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano, no cuentan, hasta este momento, con una figura y peso político como el de Ricardo Monreal, que, además, conoce los recovecos del morenismo, y tiene aliados y amigos políticamente valiosos, como Adán Augusto y otros que, al no verse favorecidos, pudieran sumarse a su proyecto.

Hacia ese camino político parece transitar la reeditada alianza “Va por México”, conformada por PAN, PRI y PRD. La decisión de Movimiento Ciudadano está por verse. En política todo puede pasar, está más que probado.

Mientras, Monreal ya tiene lema de campaña: “¡Reconciliemos a México!”

*Jorge Manriquez Centeno es especialista en materia político-electoral, derechos humanos y derecho parlamentario. Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, abogado, con estudios de posgrado en políticas públicas, derechos humanos por la FLACSO y doctorado en Derecho Parlamentario por la Universidad Autónoma del Estado de México. Exconsejero presidente del Instituto Electoral de Quintana Roo (2009 a 2015) y ex director de Partidos Políticos del mismo Instituto (2003 a abril de 2009).

 

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