El monopolio de la venganza

El triunfo de Carlos Joaquín González el 5 de junio pasado es en escencia una venganza social.

La sociedad se cobró las afrentas de un grupo de políticos que vieron en el ejercicio público un negocio antes que una responsabilidad con su comunidad.
La sociedad que propició el cambio se encarnó en Carlos Joaquín, a quien vio como uno de los suyos que había sido perseguido y ofendido y contaba con la fuerza para arrebatar el poder a sus victimarios.
Pero así como el estado tiene el monopolio de la fuerza pública, la sociedad detenta le exclusividad de la venganza.
Esa parte de la sociedad que se desprende de ésta para formar gobierno no puede ni debe ejecutar actos de venganza.
La única responsabilidad y potestad que tienen aquellos que están en el gobierno es la de aplicar responsablemente la ley.
Si antes de ellos hubo funcionarios que abusaron, robaron y enriquecieron ilícitamente tienen la obligación de investigar, fundamentar y probar para castigar a los responsables de esos ilícitos.
Es en ello en lo que debe trabajar, por ejemplo, la alcaldesa de Cozumel Perla Tun. A ello deben avocarse también otros funcionarios del gobierno del estado en cuya área de competencia recae directamente esa responsabilidad.
Hay muchos personajes que trabajaron directamente con el gobierno anterior que se han sumado al gobierno del cambio. Está bien, pero deben escuchar a la sociedad que clama justicia y al Gobernador que una y otra vez ha dicho que busca la aplicación estricta de la ley y no una venganza.
Sin embargo, esos personajes del anterior régimen que se han sumado al cambio entiende éste como un acto de venganza personal. Hacen gala de un rencor inexplicable, persiguen, exhiben a otros que como ellos tuvieron algún tipo relación con el régimen anterior.
Estigmatizan, discriminan y se asumen como como una especie de elegidos, impolutos, que no fueron tocados ni por el pecado original.
Tan cegados están por la venganza, que han dejado a un lado su verdadera responsabilidad: organizar y hacer gobierno.
Con su actitud comprometen el proyecto del Gobernador y lejos de abonar a su plan, son en estos momentos la principal barrera que Carlos Joaquín debe franquear.

Platea

Pedro Solís, quien el viernes rindió protesta como nuevo líder del PRI en Puerto Morelos, tiene el perfil que deben tener quienes aspiren al rescate de ese partido en los demás municipios y el estado.

Deben ser, como Pedro Solís, políticos cercanos con la gente, apreciados por su comunidad y no líderes distantes y fríos. En Puerto Morelos hay un buen principio en el proceso de renovación del PRI.

Correo: jsilva@palcoquintanarroense.com

Twitter: @JulioCsar | PalcoQR

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