El oscuro historial de corrupción y vínculos con el narcotráfico de Genaro García Luna sale a la luz

 

Ciudad de México, 18 de octubre de 2024 – Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón, sigue acaparando titulares tras ser condenado en Nueva York a 38 años de prisión por sus vínculos con el Cártel de Sinaloa. Desde su ascenso en los años 2000, cuando fue nombrado jefe de la Policía Judicial Federal y luego director de la Agencia Federal de Investigación (AFI), ya existían indicios de complicidad con el crimen organizado, que solo se agravaron con el tiempo.

En su paso por el gobierno, varios de los principales colaboradores de García Luna terminaron muertos, prófugos o en prisión, mientras que el propio funcionario fue acusado de múltiples delitos de corrupción, incluyendo desvíos millonarios, protección a narcotraficantes, y violaciones a los derechos humanos.

Uno de los primeros indicios públicos de corrupción se remonta a 2001, cuando la Contraloría denunció irregularidades en la compra de aeronaves y vehículos por parte de la Policía Federal Preventiva, en la que García Luna estaba involucrado. Aunque logró evitar cargos en aquel momento, las acusaciones y sospechas continuaron creciendo.

Entre los casos más graves que lo involucran destaca su relación con altos mandos del narcotráfico. En 2003, testigos protegidos señalaron que Edgar Valdés Villarreal, alias “La Barbie”, entregó un soborno de 1.5 millones de dólares a Domingo González, colaborador cercano de García Luna, para filtrar información sobre operativos antidrogas. Además, se le acusó de proteger al “súper policía” Alberto Pliego Fuentes, quien fue vinculado a secuestradores y narcotraficantes.

Durante su gestión, episodios como la Operación Limpieza en 2008 y el ataque a agentes de la CIA en Tres Marías en 2012 ensombrecieron aún más su carrera. El círculo cercano de García Luna no escapó de la violencia: varios de sus colaboradores fueron asesinados o encarcelados, mientras que otros lograron evadir la justicia.

Con su condena en Estados Unidos, el caso de García Luna marca uno de los episodios más oscuros en la historia reciente de México, revelando una profunda complicidad entre el narcotráfico y las altas esferas de poder que dirigieron la llamada “guerra contra el narcotráfico”.

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