El precio de la gasolina y del gasóleo ha alcanzado esta semana nuevos récords históricos para ambos carburantes, impulsado por el alza en el precio del petróleo, que cotiza ya por encima de la cota de los 100 dólares (89,6 euros) por barril tras el inicio de los ataques de Rusia a Ucrania.
En concreto, ambos carburantes han encadenado esta semana su octava subida consecutiva. En el caso del diésel, acumula ya un encarecimiento del 9,8% en lo que va año, mientras que en el de la gasolina es del 7,57%.
El precio medio del litro de gasolina se ha situado en los 1,591 euros, sumado así su cuarto récord histórico seguido, tras encarecerse un 1,01% con respecto a la pasada semana, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea recogidos por Europa Press.
Por su parte, el precio medio del litro de gasóleo se ha situado esta semana en los 1,479 euros, remontando un 1,16% frente a hace siete días y estableciendo así su segundo máximo histórico consecutivo.
De esta manera, el precio de los carburantes, tras la tregua dada en el final de 2021, cuando encadenó hasta cinco semanas de caídas, prosigue con la escalada que empezó con en el arranque de 2022.
Subidas impulsadas por el alza del petróleo
Este nuevo encarecimiento en el precio de los combustibles se produce a rebufo de la escalada en el precio del crudo tras el inicio de los ataques de Rusia a Ucrania, a lo que se suma el bajo nivel de oferta global, que ha llevado al petróleo a superar el umbral de los 100 dólares (89,6 euros) el barril este mismo jueves, unos niveles que no se veían desde agosto de 2014.
El precio de los carburantes depende de múltiples factores, como los impuestos, el coste de la materia prima y de la logística y los márgenes brutos.
Este jueves, el barril de Brent, de referencia en Europa, se intercambiaba a 103 dólares (92,2 euros), mientras que el West Texas Intermediate (WTI) americano cotizaba a casi 98 dólares (87,7 euros).
Con esta nueva subida en el precio de los carburantes, el llenado del depósito esta semana es un 25,5% más caro que hace un año para el caso de la gasolina y un 28,5% superior en el caso del gasóleo.
Llenar el depósito, casi 18 euros más que hace un año
Así, llenar un depósito medio de gasolina de 55 litros cuesta ahora en torno a 87,5 euros, unos 17,8 euros más que hace un año, mientras que en el caso de repostar con gasóleo asciende a unos 81,34 euros, unos 18,1 euros más que en la misma semana de 2021.
A pesar de estos niveles, el precio de la gasolina sin plomo de 95 está en España por debajo de la media de la Unión Europea, situada en 1,71 euros el litro, y de la zona euro, con un precio medio de 1,788 euros. En el caso del diésel ocurre algo similar, ya que el precio en la UE es de 1,591 y de 1,643 en la zona euro.
El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal, en general, que la media comunitaria.
Ribera garantiza el suministro de energía
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha asegurado este jueves en Lugo que está «garantizado» el suministro de energía, pero alerta del encarecimiento del mismo por las hostilidades entre Rusia y Ucrania.
«En España la garantía de seguridad de suministro está garantizada por otras vías. Rusia no es de nuestros principales suministradores ni por tubo, ni por barco. La gran capacidad de acogida de gas natural licuado en nuestras terminales de gasificación nos permite ser muy flexibles», ha explicado.
Y ha avanzado que para «el próximo mes está previsto que vengan más de veinte cargos» para el país, tras apuntar que en febrero se «han producido dos desembarcos de dos cargueros rusos que han garantizado el suministro de GNL (gas natural licuado) en España».
Refuerzo de la coordinación a nivel europeo
Ribera ha añadido que «una de las cosas que es importante es que se está reforzando la coordinación a nivel europeo, es decir si España cuenta con un tercio de la capacidad de regasificación del conjunto de Europa, el resto de países que se pueden ver afectados, en mayor medida, por esa incidencia de la procedencia del gas ruso hace imprescindible reforzar la coordinación sobre donde deben descargar los cargueros procedentes de terceros países».
Seguidamente ha avisado de que «España puede verse afectada por los precios de la energía, en todos sus frentes«, puntualizando que «nosotros no somos ajenos a los mecanismos de configuración de precios en los mercados internacionales y esto incide en nuestros precios energéticos», ha admitido.
En opinión de Levon Kameryan, analista de Scope Ratings, «es probable que la UE pueda soportar una interrupción a gran escala del suministro de gas ruso a corto plazo, mediante una combinación de mayores importaciones de gas natural licuado (GNL), como las procedentes de EE UU y Qatar, el uso del gas de reserva almacenado y alguna medida de racionamiento».
No obstante, el experto puntualiza que el total de gas europeo almacenado «ya es reducido», por lo que una interrupción prolongada del suministro de gas ruso «podría agotar rápidamente las reservas restantes».
En el caso de que las reservas se agoten, cree que el aumento de los precios de los productos energéticos «afectaría significativamente a la recuperación europea», ya que Rusia suministra alrededor del 35% del gas que se consume en la UE anualmente. Sin embargo, el impacto no sería igual en cada una de las regiones y dependería «del nivel de exposición al gas ruso y de la estructura de consumo energético».
«Países como Alemania, Hungría y Eslovaquia tienen una alta proporción de gas natural en la combinación de energía que consumen y dependen en gran medida de las importaciones de gas de Rusia. En cambio, España depende mucho menos del gas ruso, ya que importa más gas de otros países, como Argelia. España es, junto con Francia, el mayor importador de GNL de la UE», asegura el analista de Scope Ratings.