El PRI de Quintana Roo sigue en su duelo y en medio de ello sus directivos todavía no alcanzan a aclarar sus ideas, no hay quien asuma la voz cantante y se convierta en el guía.
Acostumbrados a recibir “línea” desde la Casa de Gobierno, a los priistas se les nota titubeantes, sin iniciativa, sin cohesión. Hay una balcanización, varios grupos que caminan sin avanzar, falsos valientes que promueven acciones “de cambio” que a la mera hora se acobardan.
La situación más patética es el que quizá se vive en el PRI de Benito Juárez, donde las oficinas lucen abandonadas, oscuras porque le cortaron el servicio de energía eléctrica por falta de pagos. Es una situación contradictoria, porque en el papel el PRI cancunense es triunfador, no perdió, ganó la presidencia municipal aliado con el Verde, color al que se convirtió la gran mayoría de los operadores priistas.
Aún como “verdes”, la estructura del PRI, el voto duro priista reconvertido por acuerdos cupulares en activo del partido Verde es la que ganó la presidencia municipal de Benito Juárez.
Es por eso que en la reciente charla en La sobremesa, que conducimos Jorge González y un servidor, el diputado federal José Luis “Chanito” Toledo cuestiona con propiedad ese hecho:
“No entiendo a un partido político que quiera montarse en otro para tomar lo mejor de éste e ir a las urnas con la misma gente”, dijo.
Luego entonces, desde el PRI de Benito Juárez, con la credibilidad que debe tener por ser una estructura ganadora es donde debe iniciar la reorganización y avanzar hacia el resto del estado con la suma de los priistas de Isla Mujeres y Puerto Morelos, que también son triunfadores.
Sin embargo, su presidente René Sansores parece estar de vacaciones, está más que ausente como lo estuvo en la campaña, dejando mal parada a la CROC, la central obrera de la que forma parte y a la que debe rendir cuentas.
La situación es contrastante en Puerto Morelos, donde el líderazgo y aportación de Ignacio Sánchez en el PRI fue premiado con la dirección de Obras Públicas.
Quienes integran actualmente la cúpula del PRI tienen el reto de demostrar su liderazgo.
En tiempos de bonanza cualquiera se dice líder, pero en las circunstancias actuales es cuando se debe demostrar esa capacidad de convocatoria y credibilidad para convertirse en guía de la reorganización.
El PRI navega en aguas procelosas y no encuentra aún el faro que lo guíe a buen puerto, al menos eso se ve desde afuera, porque desde adentro la visión es totalmente diferente.
El viernes el presidente estatal priista, Raymundo King de la Rosa, afirmó que “hay claridad y rumbo”.
“Ni los pleitos internos, ni las críticas harán que se titubee en el mando. Toda aportación ayuda y el PRI somos todos. Lo importante es trabajar y trabajar. Las críticas seguirán, pero en política ¿Alguna vez no han existido? Hay que incorporar a todos y escuchar. Buscar un equilibrio de experiencia y juventud sin denostar a nadie, y mucho menos, creer que se tiene la razón absoluta”, agregó.
“En una nueva etapa, ante una nueva historia y nuevo rumbo que incumbe a todos no hay futurismo y nada para nadie, sino sólo trabajo, unidad y construcción del partido más fuerte del Estado”, señala.
“No seremos comparsa de nadie, y mucho menos, satélite de un grupo. Tampoco extendemos un cheque en blanco al gobierno estatal sin que, de manera clara, y con mayor oficio político por parte de sus integrantes sepamos a dónde va, sin intentar fracturar o acordar en lo oscuro.
La única posición de nuestra relación propositiva con un gobierno distinto al nuestro lo dará el CEN PRI y su militancia, de manera abierta, sin intereses escondidos. ¡La carta está abierta para trabajar en serio por nuestro partido!”, concluye King de la Rosa en una actitud que busca conciliar y tender puentes.
Las expresiones de Raymundo King parecen expresar una continuidad bendecida desde el Centro, pero para consolidarlo a nivel local necesitará asumir con plenitud el timón del barco priista, tomar decisiones por sí solo, que demostrar que se ha cortado el cordón umbilical y con sus actos convencer y demostrar a quienes siempre lo han considerado una extensión de Roberto Borge que tiene capacidad y talento suficiente para encabezar al PRI por lo menos hasta el 2018.
No importa quien dirija al PRI rumbo a las próximas elecciones: los pronósticos no son positivos y objetivamente así se ve desde adentro.
Luneta
Ángel Rivero Palomo, rector de la Universidad de Quintana Roo, fue nombrado comisario para el período 20016-2008 en la nueva directiva del Consorcio de Universidades Mexicanas que celebró este viernes su segunda sesión de trabajo del año en Chetumal.
Sin duda, el nombramiento es un reconocimiento a la trayectoria y potencial de Rivero Palomo, pero también a la importancia y protagonismo cada vez mayor que tiene la Uqroo entre las universidades más importantes del país.
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