El PRI se cada vez un cascarón: otra renuncia evidencia la crisis del otrora partido hegemónico

Cynthia López Castro

Cynthia López Castro

CIUDAD DE MÉXICO, 29 de octubre.- La renuncia de la senadora Cynthia López Castro al Partido Revolucionario Institucional (PRI), después de 21 años de militancia, marca otro episodio en la progresiva desintegración del que fuera el partido más poderoso de México, quedándose ahora con apenas 14 escaños en el Senado.

La salida de López Castro, quien inició su militancia a los 16 años, se suma a la reciente expulsión de una figura histórica del partido como Manlio Fabio Beltrones, evidenciando el declive de una institución política que parece reducirse cada vez más a un simple membrete.

El detonante inmediato de esta nueva crisis fue la controversial votación de la reforma constitucional que busca blindar la Carta Magna contra impugnaciones. López Castro abandonó el pleno minutos antes de la votación, inicialmente argumentando problemas de salud, pero posteriormente revelando su verdadero motivo: “Ya no comulgo con el partido. Ya no me siento a gusto”.

La respuesta del líder nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, fue inmediata y refleja la tensión interna que vive el partido. En lugar de analizar las causas de fondo que provocan estas constantes deserciones, optó por la confrontación, declarando que López Castro “está expulsada del grupo parlamentario del PRI” por “actos de indisciplina”, después de que no respondiera en un plazo de cinco días para justificar su ausencia en la votación.

Esta nueva crisis del PRI ilustra la profunda transformación del sistema político mexicano, donde el otrora partido hegemónico parece incapaz de mantener la cohesión interna y de ofrecer un proyecto político atractivo para sus propios militantes. La senadora, quien continuará como legisladora independiente, anunció que seguirá “recorriendo la CDMX para cumplirle a la gente”, evidenciando que la estructura partidista ya no se considera necesaria para mantener el trabajo político.

El debilitamiento del PRI no solo se refleja en números – la bancada tricolor se reduce ahora a 14 senadores – sino en su capacidad de influencia política y en la pérdida de figuras históricas y cuadros intermedios que antes constituían su fortaleza organizativa. La salida de militantes de largo recorrido como López Castro sugiere que el partido está perdiendo no solo poder político, sino también su identidad histórica y su capacidad de representación.

Esta nueva deserción plantea interrogantes sobre el futuro del PRI y su capacidad para mantener relevancia en el escenario político nacional, especialmente considerando que el partido que una vez gobernó México ininterrumpidamente por 71 años parece ahora reducido a un cascarón institucional, con una estructura cada vez más débil y una militancia cada vez más desencantada.

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