El PRI, un viejo buque con riesgo de naufragio

Iván Hernández Pacheco

Iván Hernández Pacheco |
Iván Hernández Pacheco |

El viejo buque sobreviviente de mil tormentas, se encuentra en situación desesperada.
En medio de un intenso huracán en mar abierto, sufre los embates del viento y los golpes de la marejada. Sus velas se rasgan y sus maderos crujen amenazando con descuadernarse.
El barco ya estaba muy viejo, muy estropeado y requería entrar a puerto para hacerle las reparaciones necesarias para una nueva travesía, pero los dueños del barco, en vez de la cordura, tomaron la decisión temeraria de mandarlo a la mar embravecida, con un joven capitán con carácter impetuoso y vestido de arrogancia, ansioso de ganar gloria con sus hazañas.
Muchos marineros, prefirieron no abordar la nave que sabían navegaría hacia el desastre y se contrataron con otras navieras más seguras o que tenían menos riesgos que su viejo navío.
Los viejos capitanes que antes condujeron el barco, murmuraron por lo bajo, pero prefirieron resguardarse en tierra firme, disfrutando los beneficios de las viejas épocas de abundancia, pero también evitando que se discutiera o se les señalara por el desastroso estado del buque que ellos mismos propiciaron.
Lo cierto, es que ahora el barco enfrenta la tormenta con un capitán que le grita al viento y trata de mantener a la poca tripulación que tomó el reto de este viaje, que era desde el principio un desastre anunciado… Pero también auspiciado por quienes podían haberlo evitado.
Ahora que el buque hace agua, que se inclina peligrosamente en su costado y tiene sus velas y timón dañados, desde tierra, se escuchan los señalamientos de quienes NO PRESENTAN NINGUNA PROPUESTA PARA SALVAR EL BARCO, pero sí elevan la voz, ahora claman, asignan culpas y dictaminan como única solución reiniciar el viaje… comenzar de cero. Cambiar de capitán y de tripulación… y se olvidan que el barco NO PUEDE REGRESAR A PUERTO, porque está en medio del temporal.
Si en un navío el capitán pone en peligro a la tripulación o al navío, hay que RELEVARLO, incluso con un motín… NO CON UNA ASAMBLEA!!!
Si eso no es posible, habrá que ACOTARLO y acompañarlo en acciones de seguridad y rumbo.
Pero pretender desde tierra llamar a consultas para decidir si es o no conveniente cambiar al capitán y a los tripulantes y además pretender hacerlo mientras el barco naufraga, parece una insensatez.

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