Mauricio Góngora Escalante, el virtual candidato del PRI a la gubernatura de Quintana Roo, es un político sui géneris, un dirigente ajeno a los estereotipos de los líderes tradicionales que suelen destacar en sus partidos.
Su formación, su pensamiento o filosofía se vincula más con el de un líder con perfil ciudadano. Y no es que sea ajeno a su partido, que desconozca los hilos que mueven a la estructura del PRI o que no tenga relación con los líderes seccionales o de colonias que dan soporte a la agrupación política del que surgió.
Góngora Escalante logró fabricarse una imagen más allá del PRI, una muy cercana a la sociedad civil y quizá, junto con el bagaje adquirido a lo largo de su trayectoria, inclinaron la balanza a su favor en tiempos en los que el voto duro ya no es suficiente para ganar una elección.
La sociedad civil mexicana toma fuerza cada vez más y por eso los políticos deben tener una formación que no se limite a su entorno partidista, que sean capaces de atraer las simpatías de aquellos divorciados de los partidos políticos que buscan líderes más parecidos a ellos, que no se aíslen de su comunidad, que formen parte de ella, que convivan con sus vecinos y no se sientan como dioses que tratan con cierto desprecio a sus gobernados.
Góngora Escalante logró amalgamar ambas facetas, la consolidación de su vida partidista y su vinculación con una sociedad civil actuante que se refleja en su pensamiento.
“Las mejores decisiones son las que se toman de la mano de los ciudadanos”, dijo en una reciente entrevista.
Y como parte de la sociedad civil sabe qué le molesta al ciudadano y por eso el domingo pasado, cuando solicitó su registro como precandidato ante los órganos de su partido, dio el primer paso para pedir a todos los actores de la vida pública quintanarroense elevar del debate político, lo que implica hacer de lado las descalificaciones que atentan contra la estabilidad social.
La democracia se fortalece cuando se eleva el nivel del debate, se respeta la pluralidad y se superan dogmas para lograr acuerdos. A ello invita Mauricio Góngora.
Los mexicanos hemos padecido las consecuencias de la polarización y quienes aspiren a cargos de elección popular en el actual proceso electoral quintanarroense deben asumir su responsabilidad y evitar caer en ello.
Cada candidato a gobernador, presidente municipal, diputado o regidor tiene la obligación moral y legal de hacerse notar no por su estridencia o fotografía, sino por su propuesta. Quien no lo haga así no merece el cargo al que aspira.
Como el resto del país, Quintana Roo merece voces que, a pesar de sus intereses, de sus diferencias ideológicas, generen propuestas y empujen éstas a la discusión pública.
Ese es el reto que plantea Mauricio Góngora.
Platea
Todo parece indicar que la alianza que conforman el PAN y PRD tendrá que seguir buscando a su candidato o candidata a la presidencia municipal de Benito Juárez, pues la posibilidad del ex alcalde Julián Ricalde Magaña se vino abajo por el peso de los “negativos” del personaje.
También ya fue descartada Marybel Villegas Canché y aunque sigue en veremos, no se ve con buenos ojos la opción de la senadora Luz María Beristain.
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