El PRI acató ayer, sin crítica de por medio, una resolución del Tribunal Electoral del Estado que por todos lados tiene mensajes claros, precisos. Por la vertiente del instituto político, su respeto a las instituciones y por el lado del TEQROO, una demostración de absoluta independencia que debe dar certeza a la oposición que manifestó sus dudas en ese sentido, cuando las resoluciones judiciales no le fueron favorables.
El sábado pasado el TEQROO ordenó al PRI modificar la lista de sus candidatos a diputados por el principio de mayoría relativa, debido a que no cumplía con la cuota de género, que es de cuando menos del 40%. Hubo fallos similares hacia otros partidos.
De los 15 distritos electorales, el PRI, PVEM y Panal postularon en coalición a ocho candidatos a diputados de mayoría que corresponden al municipio de Benito Juárez, de los cuales dos son compartidos con Isla Mujeres y Lázaro Cárdenas. En esas demarcaciones la coalición “Para que tú ganes más” postuló a seis hombres y dos mujeres, de tal manera que la proporción de género es de 75% y 25%, respectivamente.
Debido a ello, el PRI optó por retirar al que quizá era su mejor candidato a diputado para Benito Juárez, Mario Castro Basto y, de manera sorpresiva, poner en su lugar a la ex perredista y ex panista Marybel Villegas Canché, quien hace apenas unos días recurría todavía a las instancias judiciales para que el PRD le dejara ser candidata. Con el cambio, la proporción es de 62.5-37.5%.
La decisión priista podría tener todos los calificativos, pero en principio es dolorosa para Castro Basto, sorpresiva para la sociedad y una muestra de pragmatismo en el PRI, porque independientemente de cualquier cosa que se pueda decir con razón sobre la trayectoria política de Marybel, tiene un caudal de votos importante que, sumado a la estructura diseñada, amalgamada durante años por Mario, puede potenciar el proyecto priista para Cancún.
Pero no deja de sorprender que el sacrificado haya sido Mario Castro, quien se convertiría en cuestión de horas en el nuevo presidente del PRI en Benito Juárez, pues como candidato a diputado era quien más aportaba al objetivo de recuperar Cancún.
En el escenario quizá había otros que, ellos sí, merecían el sacrificio, como Remberto Estrada, quien es prácticamente inexistente como candidato a diputado en el Distrito IX. Está colgado de la campaña que realiza Paul Carrillo, no aporta nada, pues está seguro que será diputado, ya que si no gana por el principio de mayoría relativa con la alianza “Para que ganes más”, formará parte del Congreso como primero en la lista plurinominal del PVEM.
Al respeto a las instituciones del PRI y a la demostrada independencia del Teqroo, hay que sumar la disciplina de soldado de Mario Castro.