Su encomienda es admirable y, a la vez, terrible: tienen que lavar los cuerpos de las víctimas mortales del coronavirus Covid-19 en Irán.
Son conocidas como las “coronadamas” y trabajan como voluntarias en la ciudad iraní de Qom para cumplir con la antigua tradición islámica de bañar a los muertos antes de enterrarlos.
Irán tiene el mayor número de fallecidos por coronavirus en Medio Oriente.
Es extremadamente complicado obtener información precisa de lo que realmente está sucediendo en el país, pero muchas publicaciones en línea sugieren que las morgues están repletas.
La filas para el lavatorio
Se supo de la existencia de las “coronadamas” luego de que se hiciera viral un video en el que se veían cuerpos tendidos en el suelo, en fila para ser lavados.
El hombre que lo grabó aseguraba que algunos de los cadáveres habían estado allí durante cinco o seis días.
Los cuestionamientos en redes sociales generaron una fuerte censura de las autoridades en un inicio (el hombre fue arrestado), pero luego el gobierno buscó estrategias para calmar a la opinión pública.
Lavar a los muertos antes del entierro es parte de la tradición islámica.
Y es que las publicaciones se multiplicaron luego de que muchos usuarios cuestionaran que los cuerpos de las víctimas de covid-19 no recibieran un entierro digno, algo muy importante en la cultura musulmana.
Fue entonces cuando las autoridades religiosas empezaron a hablar oficialmente de las “coronadamas”, como una manera de tranquilizar a los ciudadanos, mostrando que se estaban haciendo cargo de los cuerpos de sus seres queridos fallecidos por el coronavirus.
Las fotos de las “coronadamas” aparecieron entonces en varios sitios web del gobierno, retratadas como mujeres valientes que estaban asegurando a los muertos el último rito islámico, el Ghosl-e Meyyet.
La tradición
Según la ley islámica, los seres queridos deben ser enterrados poco después de su fallecimiento.
Antes de eso, sin embargo, es un requisito legal que el cuerpo se limpie con agua tres veces.
Para la primera limpieza, el agua contiene extracto de cedro, para la segunda, alcanfor, y finalmente se lava el cuerpo con agua corriente.
Después es cubierto por sudario blanco y así queda listo para las oraciones y el entierro.
Los videos que circulaban en las redes mostraban las morgues repletas.
Pero ¿qué tan seguro es este proceso cuando involucra a víctimas de Covid-19?
Los problemas con el rito
Cuando comenzó la actual crisis, la recomendación sobre cómo proceder con los difuntos fue muy confusa, tanto a nivel internacional como dentro de Irán.
Inicialmente, el gobierno desaconsejó lavar los cuerpos con agua, sugiriendo una versión seca del rito.
Pero a principios de marzo, el líder supremo declaró que los cadáveres de las víctimas de Covid-19 debían ser tratados exactamente como los de cualquier otra persona: lavados, envuelto en sudarios y con una oración antes del entierro.
Sin embargo, agregó que quienes atendieran a los muertos debían prestar atención a las pautas de salud y seguridad.
Las pautas
Si bien no se cree que el coronavirus pueda trasmitirse desde un cadáver, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja una “gran precaución” porque se desconoce mucho sobre el patógeno.
La OMS recomienda que quienes estén en contacto con los muertos usen equipo de protección personal completo, incluidos guantes y máscaras.
En Italia, por ejemplo, las autoridades de salud dicen que, aunque los fallecidos no pueden transmitir el virus, este puede sobrevivir en la ropa, por lo que los ataúdes se sellan de inmediato y las familias tienen prohibido ver los restos de sus seres queridos.
Los estudiantes del seminario de Mashhad también lavan los muertos.
A pesar de los riesgos desconocidos, las “coronadamas” continúan trabajando las 24 horas en Irán.
Son tres equipos, que hacen turnos de siete horas para intentar suplir la demanda de su servicio.
Las mujeres utilizan una serie de invocaciones religiosas y cantos para ayudarse en su trabajo.
Pero no son las únicas que lo hacen: en el seminario de Mashhad, los estudiantes también lavan los cuerpos en sus horas de almuerzo.
Miedo y cifras del coronavirus
El retraso en el lavado de los cuerpos no solo se debe al temor de los trabajadores de la morgue, sino al alto número de muertes que tiene el país.
Las estadísticas señalan que alrededor de 4.600personas han muerto (hasta el 14 de abril).
Pero un grupo de investigadores iraníes en Estados Unidos cree que las cifras reales son mucho mayores.
Dos de ellos son Hazhir Rahmandad, profesor asociado de dinámica de sistemas del Massachusetts Institute of Technology, y Navid Ghaffarzadegan, profesor asociado del Virginia Tech.
Ambos, en lugar de depender únicamente de las estadísticas gubernamentales, desarrollaron un modelo dinámico que simula la propagación de la enfermedad.
La proyección incluye datos sobre viajeros iraníes contagiados que dieron positivo en el punto de entrada a otros países, así como numerosas estimaciones de la comunidad médica para calcular lo que consideran una cifra más precisa.
Calcularon que, desde el 20 de marzo, más de 15 mil personas habrían perdido la vida y el número de infecciones podría estar cerca de un millón.
Signos en la tierra
Si bien este es solo un estudio y es posible que nunca sepamos el verdadero alcance de la crisis en Irán, algunos indicaciones del número de muertes en el país pueden verse en la tierra.
En lugar de enterrar a los muertos en tumbas individuales, los cuerpos de algunas víctimas se colocan uno al lado del otro en zanjas.
Un médico de la región norteña de Mazandaran, que pidió no ser identificado, le dijo a la BBC que se habían enviado expertos en seguridad pública para controlar el proceso de envolver, enterrar y cubrir las tumbas con cal (que según las autoridades se usa para ayudar desinfectar y prevenir la propagación del virus).
Las tumbas son cubiertas con cal.
El médico asegura que a pesar del hecho de que los certificados de defunción señalan un paro cardíaco o la gripe como causas de muerte, la participación de estos expertos indica que en realidad pudo haber sido Covid-19.
Varias familias aseguran que no tienen información sobre el paradero de los cuerpos de sus seres queridos.
Les han dicho que los detalles se les comunicarán una vez que la crisis haya terminado, para que puedan visitar las tumbas.
Mientras tanto, los líderes religiosos están tratando de tranquilizar a los familiares y afirman que los fallecidos están siendo tratados con respeto y enterrados de acuerdo con todos los ritos islámicos apropiados.