Seguramente ha escuchado del tema hasta el cansancio. Se menciona en la televisión, los radios, las redes sociales e incluso en las pláticas de café. Quizás le parezca que se exagera. En los últimos diez años se ha hablado día y noche del asunto. El calentamiento global, el cambio climático y sus catastróficas consecuencias.
El cambio climático vendrá y destruirá tu casa, se comerá a tu perro y todas tus pertenencias, tu estilo de vida y sufriremos calamidades parecidas a las plagas bíblicas. Huracanes enormes y destructivos, inundaciones, aumento del nivel del mar y desaparición de ciudades enteras; escasez de agua y alimentos y como consecuencia las migraciones masivas, hambrunas y quizás guerras.
Nuestra reacción lógica es hacer oídos sordos, estamos saturados y no podemos hacer nada ante las catástrofes que se avecinan. Pero ¿qué significa esto en realidad, que va a suceder?
La ciencia del clima está muy lejana a ser exacta. Tiene demasiadas variables que no podemos controlar. La principal el vapor de agua que compone el tan sólo el 1% de los gases de la atmósfera terrestre pero es el principal gas de efecto invernadero (más del 90%) aunque nunca se menciona porque no es originado por el hombre. Otra variable es la radiación solar.
¿Debe en realidad preocuparse querido lector? La respuesta es claro que sí. Más bien ocuparse. Como decía Nancy Sinatra la estamos regando en donde no debemos regarla. Estamos produciendo concentraciones masivas de CO2 un gas muy pequeño para el clima pero que ha sido la gota que derramó el vaso.
Los gases de efecto invernadero, GEI (ya dijimos que el principal es el vapor de agua y no lo controlamos, ni lo producimos) producidos por la actividad humana han aceleraron eventos climáticos que sucedían en lapsos de tiempo mucho mayores debido la insensatez y la codicia humana.
No es solamente la producción de estos GEI (CO2, metano, ozono, dióxido nitroso, clorofluorocarbonos, etc.) sino que implican el consumo de recursos naturales, no únicamente el petróleo sino de vegetación (por cambio de uso de suelos) para que crezcan las ciudades y la infraestructura que soporta nuestra forma de vivir. Estamos afectando nuestro soporte de vida: los bosques y selvas, el océano y el aire.
En lo que no se ponen de acuerdo los científicos es que tan grave será el escenario apocalíptico. Incluso podrían suceder todos al mismo tiempo, que sería el peor escenario posible. Hay situaciones que ya están sucediendo debido al cambio climático acelerado por el hombre. Se derriten los polos, se contamina el aire, se acidifica el océano, perdemos biodiversidad sobre todo suelos que producen alimento y soporte de vida.
Todo se ha vuelto muy confuso. Las temperaturas están aumentando pero la NASA dice que nos movemos hacia una nueva época glacial. ¿A quién le creemos? Los científicos serios del clima liderados por John Christy nos dicen que en efecto vamos hacia una nueva era glacial pero en el inter las fluctuaciones de temperatura son cada vez más extremas produciendo climas extremos: con más calor, más frío, más lluvias, más sequías. La temperatura global ha aumentado 0.83 de grados centígrados.
La Tierra es un sistema milimétricamente calibrado y auto regulado que depende de la interrelación entre todos sus componentes: los seres vivos y el ambiente. Y es más compleja y sorprendente de lo podemos entender. Es una obra de arte creado por Dios o el azar (como usted prefiera creer). Y un increíblemente creciente grupo de animales “inteligentes” ha estado cambiando el estado de esta maquinaria perfecta. La composición de su atmósfera, del océano y de los suelos.
Las lluvias vienen cuando no se les espera, ya no se sincronizan con las floraciones de plantas en la selva, los bosques y las planicies; cuando los insectos debieran polinizar las plantas estas no florecen. Y estamos afectando los cultivos naturales, las migraciones de animales y aves, las floraciones de las pesquerías; y los ciclos del agua (y la disponibilidad de esta) y el aire. Podemos ver como un cambio tan pequeño (de menos de un grado) está significativamente afectando la vida en el planeta.
Lo primero es que contaminamos el aire, se han tomado medidas como regulaciones a la industria y automóviles (el hoy no circula, los convertidores catalíticos, las gasolinas sin plomo, impuestos a la electricidad, etc.) que han venido sucediendo en las últimas tres décadas. El CO2 en el aire ha causado el aumento de la temperatura del planeta, la contaminación de la atmosfera que respiramos (pregúntenle a los habitantes de Beijín, Nueva Dehli, Pakistán, la ciudad de México y Bangladesh), y sus habitantes se ven además cotidianamente atrapados en un intenso tráfico vehicular que afecta su forma de vida y su salud.
El aumento en la temperatura de la atmósfera ha causado el derretimiento de los polos en tasas históricas y ha causado el aumento del nivel del mar, la liberación de patógenos como bacterias antiguas retenidas en el hielo, de CO2 atrapado en el océano que empeora el escenario. Como bien lo dijo la Casa Blanca al presentar en abril pasado su Plan de Acción Climática, el CC no es algo lejano y que solo afecta a los osos polares. Miami y Cozumel estarán bajo el mar asunto que a los corales y a los pulpos les va a encantar.
La contaminación del aire ha acidificado el mar porque es el principal captador de CO2 y ha afectado las floraciones de algas, ha causado mortandad en peces, afectado la capacidad de los corales para fijar carbonato del agua. No olvidemos que el océano y las algas que habitan en su superficie y dentro de los corales producen la mayor cantidad de oxígeno presente en la atmosfera y son el principio de la cadena alimenticia. Los grandes transformadores de energía solar en energía química que nos alimenta.
Las temperaturas extremas del planeta han causado un aumento en la demanda por energía (y por tanto más liberación de CO2 gracias a la utilización de combustibles fósiles) más aire acondicionado, más calefacción. Electricidad cada vez más cara y escasa. De los siete mil millones de personas que han actualmente en el mundo no hay una sola que no quiera comer, tomar agua y respirar aire. Si se producen, y es altamente posible, hambrunas y sequías habrá guerras y migraciones masivas hacia donde los recursos existan (los EU por ejemplo), ¿le suena conocido querido lector?
Pero las vacas, su perro, los pepinos de mar no tienen calefacción ni aire acondicionado. Los estamos afectando, igual que a las personas que no tienen suficientes ingresos para estos lujos. Pero si el destino nos alcanza y aumentamos en tres grados la temperatura del planeta, aún lugares buenos para vivir como el centro de California (la economía más fuerte del planeta) será un verdadero infierno para vivir. Esto según los no muy confiables estudios climatológicos sucederá para el 2100. A los países como el nuestro, aún en los escenarios Light, nos afectará en gran magnitud.
En México hemos perdido el 30% de los bosques en los últimos 10 años (95% de los bosques tropicales, y 50% de los bosques templados), el 50% de nuestros ecosistemas en los últimos 30, casi todos por cambios de uso de suelo.
Diariamente escuchamos de personas desplazadas o que huyen por falta de condiciones que les den sustento. También miles de centroamericanos huyen día a día hacia EU pasando por nuestro territorio en busca del sueño americano. El destino ya nos alcanzó y el Apocalipsis es ahora. No tenemos que esperar al futuro.
En este proyecto creemos que hay esperanza mientras existan personas preocupadas y ocupadas. Usted puede hacer la diferencia empezando por pequeñas pero significativas acciones en su propia casa. Separar la basura, apagar y desconectar los aparatos eléctricos cuando no se utilicen. En vez de prender el aire acondicionado o la calefacción todo el tiempo aísle su hogar, prenda por lapsos de dos horas y circule el aire. Utilice su bicicleta y camine, es benéfico a su salud. No contamine el agua con aceite, no tire las pilas y baterías a la basura, cierre las llaves de agua cuando se enjabone o lave los dientes o los platos de la comida, arregle sus fugas, no sea indolente. No sabemos a ciencia cierta que nos sucederá pero no será algo bueno, piense en las futuras generaciones. Salvo su mejor opinión.