En Contexto | De visita en el arrecife cozumeleño

Rodrigo Navarro

En Contexto

De visita en el arrecife cozumeleño

Este verano hemos estado muy visitados y activos. Prácticamente las últimas siete semanas hemos tenido a alguien con nosotros. A la mayoría los he llevado a bucear el maravilloso arrecife cozumeleño. Todos nuestros visitantes han salido encantados y tocados en el corazón de por vida por la experiencia de sumergirte en el silencioso y lleno de vida mundo submarino nuestro de cada día.

El encuentro con una tortuga que come una esponja, una morena verde de tres metros, un tiburón gata que nada despreocupado hacia ti, hasta pequeños organismos como cangrejos, camarones, liebres de mar; las estrellas de mar multicolores y los pepinos que descansan perezosos en el fondo; y peces como los ángeles, los cofrecitos, los tamborileros, las damiselas y gobios mantienen la sorpresa del encuentro submarino.

Las selvas tropicales y los arrecifes de coral situados entre los trópicos de Cáncer y el de Capricornio son dos de los ecosistemas más dinámicos y complejos del mundo natural. Ambos presentan una alta biodiversidad que favorece una intrincada red de relaciones entre las especies que los componen y, a pesar de estar localizados en medios diferentes, tienen numerosos vínculos.

Los arrecifes de coral funcionan como una barrera que absorbe la energía del oleaje, lo cual permite el desarrollo de la vegetación en la zona costera. Mientras que la selva y los humedales contienen el flujo de agua dulce, rica en nutrientes, y limita su regreso al mar, contribuye con esto que los arrecifes permanezcan en un medio oligotrófico Mientras que la selva y humedales contiene el flujo de agua dulce, rica en nutrimentos, y limita su regreso hacia el mar, contribuye con ello que los arrecifes permanezcan en un medio oligotrófico (con pocos nutrientes), necesario para el desarrollo de corales y otros organismos.

El Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) es un ecosistema extenso y complejo, con alta biodiversidad, que se extiende entre los países de México, Belice, Guatemala y Honduras. Va desde Cancún a las islas de la Bahía en Honduras.

Aproximadamente un millón de personas de diversos orígenes sociales y étnicos nos beneficiamos de estos valiosos recursos a través de actividades como la pesca, el turismo y el desarrollo costero, y sus servicios, entre otras. Dichas actividades continúan aumentando en la región poniendo diversos niveles de presión en los ecosistemas naturales del SAM, arrecifes de coral y sus ecosistemas asociados: pastos marinos, manglares, dunas y lagunas costeras, los ríos (subterráneos en nuestro estado).

Actualmente, gran parte de los ecosistemas tropicales se encuentra amenazados o deteriorados como resultado  de las actividades humanas, como por la acción de fenómenos naturales (entre ellos el Cambio Climático). Una de las perturbaciones naturales que recibe más atención pública por el caos o el impacto socio económico que producen, son los ciclones. Los ciclones cambian la estructura y función de las comunidades ecológicas en tan sólo unas cuantas horas.

En 2005 el Norte de Quintana Roo sufrió el embate de dos de los huracanes más violentos en los últimos años; Emily y Wilma, ambos de categoría 5, la máxima en la escala Saffir-Simpson la cual mide el daño potencial que puede causar un ciclón, basándose en la intensidad de los vientos máximos y los cambios en la presión atmosférica.

Emily impactó la zona noroeste el 17 de julio con vientos sostenidos de 215 kilómetros por hora y rachas de hasta 260. Wilma, uno de los huracanes más destructivos de los que se tenga memoria, afectó la región del 21 al 24 de octubre. En su punto de mayor fuerza, fue el más intenso en el océano Atlántico, con la presión atmosférica más baja jamás registrada en el hemisferio oeste. Alcanzó la costa de Quintana Roo con vientos sostenidos de 220 kilómetros por hora y rachas de más de 300. El ojo, hasta de 63 kilómetros de diámetro, cubrió en su paso toda la isla de Cozumel, que tiene 54 Km. de largo.

Un estudio realizado por la UNAM encontró que la selva sufrió daño en el 50% de los organismos muestreados, sin embrago en el arrecife se perdió el 80% de cobertura (los modelos espaciales se han utilizado para medir los servicios eco sistémicos, en este caso el más importante: protección contra el embate de los huracanes; la productividad primaria y las pesquerías).

Este año el Parque Nacional Arrecifes de Cozumel, PNAC cumplió 19 años desde su creación y el organismo rector de la política de conservación en nuestro país, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, la CONANP cumple en octubre 20 años de decretada. Ya hemos expresado nuestra preocupación sobre el embate que las ANP´s están sufriendo desde el propio gobierno federal en esta administración.

La gente en Cozumel se sintió invadida y despojada de sus arrecifes por el gobierno federal. Hasta la fecha hay ese sentimiento de despojo y se critica per sé el trabajo, que es excelente, del PNAC por este motivo. A las fuerzas vivas locales les encantaría tener control de este recurso que sostiene la actividad comercial terciaria principal en la isla (el turismo, hemos sostenido que no tenemos turismo de sol y playa sino de arrecifes): lo ven con ojos codiciosos, no con la idea de conservar un recurso para las generaciones futuras y la importancia que sus servicios ambientales tienen para soportar la vida, incluida la humana. Aunque su demagógico discurso lo sostenga, en los hechos no han demostrado acciones reales para la conservación.

Los huracanes son fenómenos naturales y el arrecife se repone, y para nuestra sorpresa a tasas mucho más altas de las supuestas del daño. Lo que las afecta en mayor medida es la presión del turismo masivo: las malas prácticas de prestadores de servicios, guías turísticos, turistas, hoteles y construcciones en tierra, la creación sin cumplir las condicionantes de infraestructura en la costa.

Slow Life from Daniel Stoupin on Vimeo.

Cuando vino de regreso a Cozumel para grabar el documental The Current, nuestro socio Jean Michel Cousteau el hijo del famoso Capitán me lo advirtió, los arrecifes están llenos de algas que es un indicador que hay exceso de nutrientes y por tanto contaminación y pérdida de cobertura. Buena parte de la culpa lo tienen las malas prácticas tanto de guías como de los turistas usuarios del recurso al dar de comer a los peces que debido a ello no se comen las algas. La exclusión de los herbívoros es una de las causas que evitan la recuperación de los arrecifes coralinos. Nosotros con nuestras acciones cotidianas estamos afectando este hermoso recurso que es muy frágil pero preciado para los visitantes. Es nuestra responsabilidad conservarlo para las generaciones futuras.

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