Rodrigo Navarro
En Contexto
El Turismo Sustentable y las buenas practicas ambientales (II)
“Está deliciosa. La carne es blanca, suave y no sabe fuerte a pescado como otros peces. Me encantó”, comenta Carol. Llevamos a las personas que vinieron a realizar el documental sobre el trabajo de MARTI-STI en relación al turismo sustentable en el norte de Quintana Roo al restaurante de la Cooperativa Pesquera de Cozumel. Fundada en 1960 por 400 socios pescadores. Actualmente solo quedan 48, los demás han muerto, están retirados y sus hijos se dedican a trabajar en servicios a los turistas.
Es un mito que Cozumel era una villa de pescadores antes que el turismo masivo, primero de buceo y luego de cruceros la pusiera como uno de los principales destinos turístico en nuestro país. Era más bien una villa de agricultores: piña y tabaco a principio del S. XX, caucho en los años 40.
Cuando el Área Natural Protegida, ANP el Parque Nacional Arrecifes de Cozumel, PNAC fue decretada el 19 de junio de 1996, fueron movidos a pescar a la Bahía del Espíritu Santo en la Reserva de la Biósfera de Sian Ka´an, fundaron el campamento Ma. Elena, ya que las reglas del PNAC prohíben la pesca en el ANP. Los mismos pescadores se auto vedaron y pronto se capacitaron y tomaron las ventajas de estar en un área de conservación.
Obtuvieron recursos de un programa, PROCODES para estableces un expendio de pescado y otro al año siguiente de SAGARPA para poner un restaurante, Bahía del Caribe. Ahí comimos con nuestro camarógrafo Kevin Okulolo, Carol Goodstein de STI, Ruth Herrera de MARTI, Cristopher González director del PNAC, mi esposa, y un servidor invitados por la cooperativa y Javier Pizaña director de Grupo Intersectorial Cozumel (GIC).
Comimos pez león en varias de sus presentaciones: ceviche, al mojo, a la plancha, al tikin xic (antigua receta maya). Todo les encantó a nuestros huéspedes. Les pareció hasta ahora la mejor comida del viaje a pesar de estar hospedados en un hotel Grand Turismo.
Tiene el pez león 18 aletas dorsales punzantes que inyectan un poderoso veneno, es un voraz depredador que ha puesto en jaque las pesquerías en todo el Caribe. Al quitarlas la carne no se ve afectada y puede ser consumido. Así que la estrategia fue cazarlo y comerlo. El PNAC convirtió con esta estrategia una amenaza en una oportunidad. Ayudados por la cooperativa y la comunidad, se come el pez león y se exporta a varias ciudades de México y USA. Es el primer proyecto totalmente financiado por MARTI en la isla. Se hicieron concursos de recetas, formas de cocinarlo y de pesca: programas de difusión, sensibilización y educación ambiental.
Cuando se decretó el PNAC la comunidad sintió que le fue “arrebatado” “su” arrecife. “Falló en consensar el decreto, falto un programa de sensibilización a pesar de la gran labor que ha realizado el PNAC en sus 19 años de existencia”, nos dicen los hermanos Zapata, Pedro y Ramón, Pedro Jr. representando a la 3ª generación de prestadores de servicios. Su padre y abuelo Ramón constituyó la primera tienda de servicio de buceo en la isla en los años 50.
“El turismo masivo es una amenaza para el recurso, el parque debe vigilar más, gastar lo que recaudan por conceptos de derechos aquí para la protección de nuestro arrecife”, rematan durante la entrevista antes de esnorquelear en Colombia bajo, un hermoso arrecife bajo en Cozumel que es un acuario. Es el más visitado por los cruceristas. El trabajo de los guardaparques fue valioso. La guía de Diana fue excelente y Diego fue un atento y diligente capitán.
El PNAC recibe un promedio de 50 mil visitantes por mes que reportan una recaudación por 1,525 000 pesos. La capacidad de carga del ANP es de 4 mil visitantes y pagan 1,666. Quiere decir que 2,333 no cumplen con la ley de pago de derechos. Los hoteles y clubes de Playa dentro del ANP no cumplen este requisito a pesar de que la ley los obliga.
“Nuestro ojos y oídos son los marineros, buzos, capitanes y prestadores de servicios. Ellos están diariamente en el ANP y son mucho más que nosotros. Así que su ayuda es fundamental. Cumplir el reglamento de uso del recurso (el arrecife coralino) como todo en la vida de una comunidad se realiza gracias al consenso. Nosotros estamos para que se cumpla, pero dependemos de la voluntad y consenso del usuario. La comunidad de Cozumel, aunque no vaya al arrecife es el usuario principal del parque. Produce las aguas negras, grises y desechos (basura, plástico principalmente) que terminan en el arrecife y causan autroficación (exceso de nutrientes) que afecta la composición del mismo y su supervivencia”, comenta ante las cámaras Cristopher cuando lo entrevisto.
“Las amenazas para el arrecife es el cambio climático (aumento en la temperatura, el nivel del mar, la acidificación de los océanos, los huracanes), la infraestructura en tierra que afecta los ecosistemas asociados como el mangle o la duna, esto produce eutrofización (aumento en nutrientes) que produce algas en exceso, aunado a malas prácticas (alimentar a los peces, tocar, golpear el coral, echar arena encima) del turismo masivo. Todos debemos hacer la parte que nos compete”, nos cuenta Javier Pizaña. Ruth Herrera nos dice que actualmente MARTI en la isla trabaja con los hoteles y ha abandonado un poco la parte más importante de su quehacer, la educación y sensibilización ambiental.
En la tarde tras dejar a nuestro amigos en el muelle de ferries (la necesidad de un transporte eficiente y más barato afecta también la sustentabilidad del destino) mi esposa me comenta: “hasta ahora lo más sencillo y natural: comer pescado fresco, ver nacer a las tortuguitas, esnorquelear el arrecife cozumeleño es lo que más ha gustado a nuestros visitantes”. Un buen punto para reflexionar.
La próxima semana por los senderos y canales de Sian Ka´an.
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