A Ángel Landa.
No más leones saltando dentro de un aro, ni valientes domadores introduciendo la cabeza en las fauces de un cocodrilo, ni siquiera un adorable pony transportando a los felices niños alrededor de la pista, no más fotos compartiendo la sonrisa del delfín después de volar por los aires en saltos acrobáticos. Todas estas imágenes estarán ahora a partir del próximo año, prohibidas en el DF que se suma a otros seis estados: Querétaro, Morelos, Colima, Guerrero, Chiapas y Zacatecas.
La Asamblea Legislativa del Distrito Federal, aprobó el pasado 9 de junio, la ley de Espectáculos Públicos, la cual prohíbe el uso de animales en los circos y espectáculos en la capital del país. Un diputado del PRD Rubén Escamilla intentó que se abriera la discusión para oír a los dueños de los circos y personas que de ello viven pero en la votación perdió 37 contra 20 y no fueron escuchados. La “defensa de los animales” en los circos y en cautiverio se ha vuelto políticamente incorrecta.
Al presentar el dictamen de ley el diputado local por el PVEM Jesús Sesma dijo: “no hay tradición que valga la pena mantener si se utilizan animales para divertirnos a nosotros. No nos hace seres más racionales, sino más primitivos”.
Muchas interrogantes quedaron en el aire. ¿Qué pasará con los animales de los circos, deambularán en circos de tercera por el resto del país? ¿Seguirán los otros estados el ejemplo de estos siete estados? ¿Es más importante defender a los animales en cautiverio que una discusión a fondo por parte del PVEM (y los demás partidos) sobre los daños ecológicos que causará la extracción de petróleo y gas con la técnica del fracking, la contaminación del agua y del aire en la capital del país? ¿El daño a los bosques del Nevado de Toluca que llevan el 30% del agua que llega al DF? ¿Por qué propone la senadora por el (PVEM) Ninfa Salinas Sada (hija de Ricardo Salinas Pliego) la creación de la Agencia Nacional de Seguridad Nacional y Protección al Ambiente sector Hidrocarburos que traslapa atribuciones con SEMARNAT y el gobierno federal se la otorga?
Esta semana me enteré de la muerte de mi querido amigo Ángel Landa. Tuvo una amplia carrera en parques de diversiones: Reino Aventura, Atlantis en Chapultepec y posteriormente una granja de animales. Fue mi jefe en Atlantis cuando trabajé como etólogo de los delfines. Fundamos la clínica de Nado, Buceo y Terapia con Delfines. Realizamos investigación científica.
Así que siempre he expresado que es un tema muy difícil de balancear. No solo por mi relación con mi querido y entrañable amigo, el equipo humano que conformamos que éramos como una familia, sino porque el trato que fomentó hacia los animales era de una humanidad impresionante. Primero no cobrábamos nuestro salario antes de afectar la calidad de vida de los animales. La manera como tratamos a los animales demuestra nuestro grado de humanidad era la premisa.
Lo he discutido miles de veces con Jean Michel Cousteau que tiene una muy bien definida trayectoria en contra tener en cautiverio animales en circos, acuarios y zoológicos. Le digo que el Dr. Randall Wells el científico que más conoce sobre delfines dice que sin los delfinarios no sabría ni el 20% que ha estudiado sobre estos cetáceos. La biología se construyó en base a colecciones vegetales y animales que dieron origen a zoológicos y jardines botánicos. No todos los niños crecieron como él en el Calypso persiguiendo ballenas y manadas de delfines en su medio natural. La mayoría requieren asistir a un acuario o zoológico para conocer a los animales.
Llegué hace 32 años a Atlantis llevado por mi amigo y compañero de la Universidad Lorenzo Rojas Bracho. Me quedé observando delfines durante 22 años. Después de 16 años llegó Ángel Landa y su equipo a humanizar el trato y la idea sobre el cautiverio. En su momento, ya que lo construyó Marineland, Atlantis era un acuario de vanguardia, después se quedó corto. Nuestro sueño era dotar de un ambiente, unas piscinas adecuadas, a los delfines. Ángel lo persiguió durante toda su vida.
Finalmente llegó un inversionista y le apostó a los delfines y la definoterapia. A la mitad de este proceso sucedió que se vuelve políticamente incorrecto tener animales en espectáculos ¿Qué va a pasar con los lobos marinos y delfines de Atlantis? La experiencia nos enseña que liberarlos no es posible ya están domesticados. ¿El sueño de Ángel se quedó trunco con su muerte y con la ley aprobada por la Asamblea legislativa de DF?
Al respecto, la empresa encuestadora Parametría se dio a la tarea de investigar el tema en la opinión pública, contrastando las respuestas de los entrevistados en el Distrito Federal y a nivel nacional, para poder registrar si había o no diferencias en las mismas.
Entrevistaron 800 personas en el DF y el interior del país con un nivel de confianza del 95%. En el DF el 81% de los entrevistados ha ido alguna vez al circo, 91% al zoológico, 68% a un Acuario, 42% a los toros y 34% a las carreras de caballos. En provincia fue alrededor de diez puntos más abajo. Solamente el rubro palenques fue no significativo en el DF y 16% a nivel nacional. A nivel nacional el 65% piensa que se maltrata a los animales y en el DF solo el 43%. Los acuarios son los más bajos en maltrato con 21% a decir de los encuestados.
Y como ahora las preguntas pudieran tener el sesgo de ser políticamente correctas se preguntó a los encuestados si se debiera prohibir o hacer que las autoridades hicieran valer normas y reglamentos para evitar el maltrato animal. El 61% (69% DF) opinó que así debiera ser y solo el 37% opinó que debiera prohibirse. El 43% en el DF opinó que debiera de permitirse usar animales en los circos y el 42% que debería prohibirse. Como puede observarse la opinión está dividida. El resto no tiene una postura al respecto.
Esto revivió la polémica sobre el trato que reciben los animales en cautiverio. Es un sinsentido que se prohíba en circos pero no en zoológicos o en acuarios (delfinarios), opinó uno de los entrevistados.
En España se prohibió el uso de animales en Cataluña en 2013. La asociación de Profesionales del Circo se defendió, el uso no implica el abuso (maltrato) hay reglas para evitarlo, y también hay buenas prácticas expresó su presidente Albert Fort. En el tratado de la Unión Europea sobre el tema se reconoce a los animales como capaces de sentir y sufrir así que reglamentan con cinco derechos inherentes: ambiente adecuado, una dieta sana y apropiada, oportunidades de expresar conductas naturales (por ello la museografía de zoológicos ha tendido hacia los espacios abiertos pero en la noche para controlar variables los encierran en espacios confinados); protección contra el maltrato, el miedo y los estados angustiosos; y finalmente protección contra el dolor, daños o enfermedades.
Salvo contadas excepciones Cataluña; Dinamarca, Holanda y Austria, no se prohíbe su exhibición y los espectáculos con animales. Cuando vino Dorina Reichel que es austriaca tenía curiosidad e interés de conocer la industria de los delfinarios en Cozumel. Se la mostré y se fue con una mejor opinión que con la que llegó.
A pesar de que crecí en una familia muy taurina no me gustan las corridas de toros, ni estoy de acuerdo con los delfines en cautiverio. Mi abuelo Manuel que era un ser humano pacifista pero muy aficionado a la fiesta brava, me explicaba a los seis años que después de matar a los toros, sentado en su regazo viendo los toros por televisión y narrados por Paco Malgesto, “no los matan, se los llevan y les dan cuerda. Vuelven a salir”. Y al rato veía feliz que regresaba el toro. No me sentí decepcionado cuando crecí y descubrí el engaño. Él solamente trataba de hacerme amable su costumbre de ver las corridas por TV cuando su salud y edad ya no le permitieron ir a la plaza como lo hizo toda su vida enfundado en su boina.
¿Entonces que motivó al PVEM presentar esta ley y a los demás legisladores a apoyarla? Se ha vuelto políticamente incorrecto apoyar el uso de animales, se considera una práctica “ambiental” incorrecta. De los 20 legisladores que votaron para abrir el debate en la votación del debate final 11 se abstuvieron y nueve cambiaron su voto a favorable.
Bien escribe Luz Emilia Aguilar Zinzer, “Un partido que se autodenomina Verde Ecologista de México debería garantizar una batalla responsable e intensa a favor de los derechos ambientales de los mexicanos, sobre todo si recibe anualmente más dinero que el que se destina a las sustantivas labores del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático de la Semarnat.
¿Qué propone el PVEM en este delicado contexto? La carta más fuerte de este partido político es prohibir los animales en los circos. Nada mejor han encontrado para simular que trabajan por los derechos ambientales”.
¿Y el fracking, y las tasas de pérdida de biodiversidad en nuestro país que son del 50% en los últimos diez años, la destrucción de nuestras selvas en Quintana Roo para apoyar al Dragon Mart, la destrucción del Sistema Arrecifal Veracruzano, las amenazas sobre Holbox y Cabo Pulmo, la decisión de SEMARNAT para permitir sacar materiales para construir la ampliación de puerto de Veracruz en la Reserva de los Tuxtlas, el cambio de categoría al Nevado de Toluca para permitir la explotación de especies maderables y la construcción de predios, etc., etc., etc.? Nada mejor encuentra el PVEM que hacer que el imperativo ético de rechazar el maltrato de los animales en los circos. Salvo su mejor opinión.