En contexto | Las aves también cambian | Rodrigo Navarro

En la cultura maya las aves eran los intermediarios entre los hombres y los dioses. En la isla de Cozumel existía un santuario que aunque estaba dedicado a todos los dioses alguien decidió  que era exclusivo de la diosa Ixchel.

Cuenta una leyenda (¿urbana?) que Ixchel complacida por el santuario regaló a los itzaes sus aves favoritas, las golondrinas. Es por ello que se nombró a la isla Cuzamil, el lugar de las golondrinas.

Lo curioso del caso es que de las 8 especies que están en la isla, siete son migratorias. Es una buena metáfora de la vocación turística de la isla. Cozumel es tan solo un hotel en camino a lugares más templados. La golondrina manglera es la única especie local. Aunque estas especies migratorias y en general de casi todas las aves migratorias que por aquí pasan, tienen una pequeña población local en la isla.

El 55% de las aves de México (555 especies) están en la Península de Yucatán, de estas el 51% están en Cozumel (286). Nueve de ellas son endémicas. Quince son subespecies endémicas. La mitad de ellas son especies migratorias, Cozumel es un sitio clave para las aves en camino a su hogar de residencia. Miles de aves aprovechan las corrientes marinas para viajar a través de las islas del caribe hacia Centro y Sudamérica. México es el segundo país después de Brasil con mayor número de aves endémicas (que solo existen aquí).

Andalucía el principal destino de observadores de aves en Europa tiene 250 especies distintas de aves. Reciben 25 mil turistas ornitológicos que producen 10 millones de euros al año. Nuestro querido amigo Rubén Arvizu, Director para América Latina de la Fundación Ocean Futures de Jean Michel Cousteau de la que somos representantes en México, alimenta a los mapaches y las aves que llegan cada mañana a su jardín en Atlanta.

Se dice que en EU 70 millones de personas son bird watchers. La cifra se basa en la compra de semillas para alimentar a las aves. La mayoría hace como Rubén, les alimenta. Tan solo un millón de ellos viaja, y de estos ¿cuantos lo hacen a este santuario natural de aves que es la isla de las golondrinas, Cozumel?

Desde los años 70´s una agencia llamada Wings trae turistas a la isla pero no existe una estadística oficial. Hay quince agencias que traen personas a Cozumel para ver aves. El aviturismo tiene un alto potencial para el destino. También los cruceros traen grupos de observadores de aves.

La importancia de las aves radica en sus servicios ambientales. Siembran las selvas (dispersan semillas), controlan las plagas y polinizan las plantas. Son fáciles de observar, son atractivas y son lo que se llama una especie bandera. Para conservarlas hay que conservar su hábitat que generalmente es un conjunto de hábitats. El turismo de aves requiere congruencia. Que las aves no sean cazadas, que no las coloquen en jaulas actividad muy común entre nuestras abuelas, que no exista basura tirada en la selva y sobre todo  respeto a los hábitats. Es una actividad especialmente regulada por una ética estricta debido al perfil de sus practicantes: turistas amantes de la naturaleza que pagan mucho dinero por un servicio honesto, profesional y verdadero.

El principal problema para las aves es la fragmentación del hábitat producida por la urbanización y la infraestructura: los caminos. Caminos con más de tres metros de ancho fragmentan el hábitat, crean barreras físicas (geográficas), Alfredo Cuarón et all, 2004. En un estudio que este académico de la UNAM realizó en la isla durante este año (lleva trabajando en ella por más de 20 años), el 72% de las aves muestreadas no cruzaron hacia los árboles del otro lado con un camino de 3 mt. de ancho. Con un camino como la carretera perimetral, 19 mt. de ancho el 82% no lo hicieron.

El sábado inició el 6º Festival de Aves en Cozumel que tiene la finalidad de atraer la mirada sobre este maravilloso recurso natural de la isla de Cozumel. Se entregó el premio Cuzamal a Bárbara MacKinnon de Montes por más de 40 años de trabajo con aves. Cuenta con el reconocimiento internacional ya que tiene más de 50 artículos publicados sobre las aves y su conservación.

Esta canadiense es una licenciada en Ciencias Políticas que se especializó en Economía. Vino a México hace 42 años, se casó y vendía bienes raíces. La muerte de un periquito al que quería mucho, (“era mi compañero, yo no hablaba español y me enseñó las primeras palabras, nunca pensé que podías relacionarte así con un ave”), le hizo querer saber más sobre las aves y este hecho le cambió la vida.

Hoy día es reconocida como la persona que más conoce sobre aves en Yucatán. Ha publicado  una guía para la observación de aves: Yucatán, Sal a pajarear. Ella es socia fundadora de Amigos de Sian Ka´an la primer ONG del estado y pionera en trabajos de la Sociedad Civil. Actualmente es su presidenta honoraria.

En entrevista con nuestro proyecto Comunicar para Conservar que cada semana amablemente alberga José Cárdenas, dijo que los más importante de esta sexta edición del Festival era ver a seis organismos (El Parque Marino PNAC, La Fundación de Parques y Museos de Cozumel FPMC, Amigos de Sian Ka’an, Cozumel Birding Club y Cozumel Country Club y el gobierno local) trabajando en conjunto para promover una actividad sustentable en la isla.

El festival tiene una serie de actividades como una exposición fotográfica, la proyección de películas sobre el tema, excursiones para la observación de aves en el campo y talleres y juegos para niños (educación ambiental) en el marco esplendoroso de un cenote recuperado dentro de la ciudad y convertido en un centro de interpretación ambiental.

Un espacio verde y natural muy necesario e irónicamente escaso en una ciudad rodeada por la selva, es quizás por ello que las autoridades que has desarrollado la isla no planean a futuro dejando espacios verdes dentro de la ciudad si la selva se encuentra a escasos 10 minutos. La historia nos enseña que la selva cada vez estará más lejana y escasa.

“¿Te gusta el agua?” Me inquiere Bárbara en cuánto le abordo. “¿De dónde viene el agua que tomas? De la lluvia y no llovería aquí tanto si no hubiera selva y no habría selva sin las aves. Ellas son las sembradoras de la selva. Ningún ser humano se toma tanto trabajo. Las aves sí, además los humanos no somos tan eficientes”. Una imagen poderosa, como las que buscamos en este proyecto de comunicación y una historia de éxito, la de Bárbara que merece ser difundida.

“Cozumel es increíble hoy fuimos al campo y observamos en un solo árbol como 20 especies diferentes de aves. Estuvimos observando durante una hora. Comían no solo frutos sino también gusanos. Las aves controlan las plagas. Y no solo eso también nos alimenta. La península de Yucatán es uno de los principales consumidores de pollo en el país, y el pollo son también… aves. Con el guano se fabrican fertilizantes, hasta las plumas se utilizan”. Nos cuenta esta apasionada mujer madura quién ha enviudado y es muy consciente de su papel como educadora del público. Fue premio Nacional a la Conservación, otorgado por la SENARNAT en el 2006.

Las aves son un maravilloso recurso natural, el aviturismo se ha incrementado año con año en nuestro país y en nuestro estado. Es una magnífica oportunidad de negocios, Así comenzó la observación de Tiburones en Playa del Carmen y del Tiburón Ballena en la Reserva de la Biósfera del mismo en Q. Roo. En 2010 produjo más de 6 millones de dólares esta actividad para la zona.

La secretaría de Turismo calculó (el método es indirecto) que para 2006 hubo 80 mil observadores de aves en nuestro país que produjeron una derrama económica por 24 millones de dólares (El dinero que vuela, Cantú y Gómez de Silva 2011. defenders.org)

Cuando vivía en Jalisco se murió mi periquito, ahora sé que no hay que tener aves silvestres en cautiverio, pero en ese entonces fue un shock para mí. Quería saber porque, y todo sobre las aves. De ahí fuimos a Sonora, Conseguí un par de binoculares y empecé a salir al campo en 1973. Y así empezó todo. Al año siguiente llegué a Q Roo. La aves cambiaron mi vida, las aves también cambian vidas”, remata.

Le digo que voy a usar su frase como título y me bromea que tengo que pagarle regalías. “Es parte de mi autobiografía que aún no acabo de escribirla, así que tendrás que pagarme por ello”, me cuenta divertida. Este fin de semana las aves nos tocaron el corazón a los asistentes al 6º Festival del tema en la isla de las golondrinas.

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