CANCÚN, 26 de julio.- La Zona Hotelera de Cancún, uno de los destinos turísticos más importantes de América Latina, está experimentando un preocupante deterioro de su imagen urbana. Esta decadencia se manifiesta en la presencia cada vez más frecuente de inmuebles abandonados y áreas que alguna vez prosperaron, pero que ahora contribuyen al declive del destino.
El problema afecta tanto a la Zona Hotelera como al primer cuadro de la ciudad, lo que resulta en la devaluación de las propiedades circundantes. Hoteles, antiguos centros comerciales y otros lugares que en el pasado vivieron épocas de esplendor hoy se encuentran en un estado de abandono que se extiende a lo largo de los 25 kilómetros de la Zona Hotelera.
El mantenimiento de la avenida Kukulcán y otras áreas públicas ha sufrido debido a la continua disminución del presupuesto federal. Además, los servicios básicos, como el suministro de agua potable y el tratamiento de aguas negras, están rebasados.
El presidente de la Asociación de Centros Comerciales, Eduardo Galaviz Ibarra, destacó que, aunque el Ayuntamiento de Benito Juárez cuenta con un presupuesto de 4,500 millones de pesos, gran parte de estos recursos se destina a gastos corrientes y apenas 300 millones a obra pública. Aseguró que si el ayuntamiento asumiera la responsabilidad de la Zona Hotelera, la situación empeoraría aún más.
El problema del deterioro urbano se ve agravado por la existencia de instalaciones comerciales abandonadas, que también se han convertido en focos de inseguridad.
Al menos cuatro hoteles, entre ellos el Caribbean Princess, el Holliday Inn en Pok Ta Pok, El Pueblito y las Villas Juveniles del extinto CREA (hoy CONADE), están en condiciones de abandono por diversas razones, incluyendo disputas legales. Estos hoteles suman aproximadamente 600 habitaciones, con un valor potencial de casi mil 500 millones de pesos en la actualidad.
Además de los hoteles, varios centros comerciales, como La Plazita, Quetzales, Plaza Zócalo, Plaza Flamingos, Costa Blanca y gran parte de Plaza Caracol, también se encuentran abandonados. Restaurantes reconocidos, como Mare Nostrum, Pepe’s Tigre, Margarita Ville, Steak House y Jalapeños, forman parte de este desolador paisaje urbano.
Incluso lugares que una vez fueron emblemáticos, como las discotecas La Boom, Palazzo, Cristine, Dazzan, Basic y Casino Play Boy, ahora han caído en manos del vandalismo, al igual que el complejo del campo de golf Pok Ta Pok.
Eduardo Galaviz Ibarra refiere que no existe un inventario claro de inmuebles abandonados en la zona de playas de Cancún, pero considera el problema grave. Muchos de estos edificios están involucrados en disputas legales y carecen de los permisos adecuados, lo que impide su demolición o cualquier esfuerzo para mejorar su imagen.
Dicho deterioro urbano representa una preocupante problemática que debe abordarse con prontitud. Es necesario que las autoridades tomen medidas para revitalizar estas áreas abandonadas y recuperar la belleza y esplendor que una vez las caracterizó. Asimismo, se requiere una mayor inversión en infraestructura y servicios para garantizar la sostenibilidad y atractivo de la ciudad turística más importante de México.