Por: Periodistas de Cancún
NO FALTA MUCHO tiempo para que el PRI desaparezca definitivamente, por primera vez en la historia de Quintana Roo, del Congreso del Estado.
Lo adelantamos demasiado en este mismo espacio, pero es un hecho que Carlos Hernández Blanco, el solitario representante del tricolor en la actual Legislatura, de un salto sustancial hacia la bancada del PAN.
La medida le dará un espacio más cómodo de operación política para convertirse en interlocutor con los candidatos panistas y contribuirá también a reforzar al grupo albiazul en el Congreso, toda vez que les toca presidir la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo), a partir del último año, el de cierre, de este trienio.
El PAN, que en algún momento se dirigía con cierto rumbo en este proceso electoral, necesita refuerzos y una más atinente estrategia del uso de sus recursos políticos, pues tiene dos frentes que empezaron a hacer agua.
En Tulum, donde apostaban con la balanza ligeramente inclinada a su favor, ahora ven barruntos de tormenta con la designación de Marciano Dzul como candidato de Morena a la Presidencia Municipal, avalado por el tránsfuga del neojoaquinismo, Jorge Portilla. Esa tormenta en ciernes ya le espantó de plano los sueños reeleccionistas a Víctor Mas Tah.
En Solidaridad, Lily Campos no tiene el panorama nada favorable con el alejamiento de Cristina Torres, quien muy probablemente haga campaña codo a codo con Laura Beristain.
Y para rematar esta debacle panista, en Isla Mujeres se confabulan los actores políticos para diluir la mega-alianza (que en los hechos nunca existió) PAN-PRI-PRD.
Atenea Gómez Ricalde, sin luz propia, pues todas las negociaciones y acuerdos de su ruta política los siguen viendo su progenitora, Alicia Ricalde, y ahora sobre todo su tío, Julián Ricalde, se va a ver lanzada a una aventura fallida.
La salida de Juan Carrillo y de Fernando “Chato” Bacelis, para jugar del lado de Morena, coloca a este proyecto del PAN isleño en un triángulo de pérdidas, junto con Solidaridad y Tulum.
Quizás el arribo de Carlos Hernández al PAN llega demasiado tarde. (Antonio Callejo)
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NI PONIENDO SU imagen en los billetes de Lotería para promoverlo como destino turístico de clase mundial, ni sirviendo de sede para la Reunión Regional de la Mesa de Seguridad, Tulum repunta un ápice en ninguno de los dos rubros.
Ausente de sus verdaderos compromisos por estar más metido en su campaña de reelección, el alcalde Víctor Mas ha perdido el control en casi todo y varios sucesos vergonzosos han trascendido más allá del patio doméstico esta semana.
Aunado a los tiroteos y ejecuciones que son el pan de cada día en el joven municipio, un comerciante fue baleado -en supuesto “cobro de piso”- en plena plaza comercial en la entrada a la zona arqueológica, uno de los puntos más visitados por el turismo internacional. Como siempre sucede, la Policía llegó tarde y ningún delincuente fue capturadoEn otro caso, cuyas víctimas difundieron el vídeo de las cámaras de seguridad llenos de enojo e impotencia, un hotel boutique fue asaltado por hombres empistolados que a plena luz del día y con plena impunidad llegaron, atracaron y huyeron sin que nadie los atajara. En Tulum, por lo visto, el hampa puede hacer lo que quiera.
Pero en otro hecho a la inversa, donde la Policía sí se apareció rauda y en montón, un grave caso de discriminación en un destino que presume ser ‘gay friendly’ fue denunciado en redes sociales. Por el gravísimo “delito” de “faltas a la moral”, tres turistas extranjeros fueron detenidos por una nube de uniformados que muy celosos de su deber pero ignorantes de las leyes, los “descubrieron” besándose en una playa. Está de más suponer que la extorsión era el único objetivo.
Y así, mientras el alcalde Víctor Mas está más entretenido en ver cómo convence a los sufridos tulumenses de que lo elijan otros tres años por su buen trabajo, los empresarios hacen esfuerzos denodados para controlar las fiestas masivas que la autoridad municipal autoriza a cambio de muchos billetes, pues son focos inmensos de contagio del Covid, lo cual no importa cuando la mente y el oído están puestos en el sonido del timbre de la caja.
El sector empresarial de Tulum ha propuesto recientemente que se tipifique como delito en el Código Penal la realización de fiestas multitudinarias, pues los contagios y la mala promoción les afecta más que la pandemia misma. Pero hasta ahora, la negligencia y la ambición van ganando, junto con los sueños de perpetuarse en el poder de un hombre que resultó un fiasco como presidente municipal y quien ahí va, por la segunda vuelta. (Jorge Castro Noriega)
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NO HAY CASO: Morena no ha cambiado ni cambiará… ni desea hacerlo.
En su afán de poder, el partido seguirá buscando y recibiendo gente con el suficiente capital político que pueda garantizarle triunfos electorales en cualquier trinchera, sin la menor preocupación por la pulcritud de sus carreras o que procedan de plataformas ideológicas diametralmente opuestas, ni siquiera que, con el paso del tiempo, hasta se quieran adueñar de la casa.
Es de recordarse cuando, durante una entrevista con el periodista Carlos Pérez Zafra, el actual senador y en aquel entonces líder de Morena en Quintana Roo, José Luis Pech Várguez, admitió sin pelos en la lengua que si era necesario darle un “besito al diablo” se lo darían, con tal de ganar una elección. Hoy en día, en las cúpulas del partido siguen aplicando la misma óptica. Para ellos lo primordial es ganar, sin importar las repercusiones sociales que pueda tener su desbocada ambición mal disfrazada de pragmatismo.
Es así como, hoy en día, Morena puede ufanarse de tener en sus manos la posibilidad de pintar con sus colores la mayoría de los 11 municipios de Quintana Roo, lo que representaría una dolorosa estocada para los partidos que ungieron al actual mandatario estatal, Carlos Joaquín, quien a lo largo de su gestión no acertó a construir un sucesor que encabece con la fuerza que se requiere la alianza que antaño lo llevó a la Casa de Gobierno, y ya no tiene tiempo para ello.
Por ende –y hablando de pragmatismo–, lo más cómodo, en tan endebles circunstancias, será apechugar y alinearse con quien gobierna el país, pues a final de cuentas no le costará nada económicamente ni políticamente. Es más: incluso será recordado como un ejemplo, como el primer gobernador democrático del país.
Y no lo digo yo, lo dice AMLO. (Joaquín Pacheco Cabrera)
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LA POLÍTICA LA hacen hombres y mujeres de carne y hueso, no ángeles ni demonios. Por eso es ilusorio buscar políticos impolutos. No lo hay ni los habrá. No los hay aquí ni en ningún lado.
Los candidatos de Morena a presidentes municipales y en los próximos días a diputados federales, son los que cuentan. Son los viables para ganar y son también a los que hay que hay que enfrentar con todo.
En Benito Juárez, Mara parece tener el camino despejado. Sin embargo, ‘Chucho’ Pool podría crecer si se le suman morenistas desplazados, priistas inconformes y quizá también seguidores de Maribel Villegas.
En Solidaridad, todo indica que Laura Beristain tiene asegurado el triunfo, sobre todo si se le suma Cristina Torres. Sin embargo, Lily Campos está armando un buen equipo de campaña.
No hay victorias anticipadas pero pudiera haber derrotas previsibles, sobre todo si la soberanía se apodera de algunos candidatos y candidatas.
El 21 de abril comienzan las campañas municipales. El tiempo de campaña es breve, lo que es bueno. Ganarán no el mejor proyecto de gobierno ni la más íntegra, que no las hay, sino la que tenga mejor aceitada la maquinaria electoral y disponga de los recursos necesarios para pagar bajo el agua a su clientela política. (Jorge González Durán)
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LA SENADORA MARYBEL Villegas Canché y su esposo Jorge Parra Moguel, secretario general de Morena en Quintana Roo, ya tienen hasta la coronilla a los jerarcas morenistas.
De hecho, la actitud de confrontación de ambos ya está siendo analizada por la Comisión Nacional de Honor y Justicia.
Este órgano interno nada podrá hacer en contra de la senadora, porque ésta no es militante, pero sin duda alguna Marybel Villegas ha emprendido un viaje sin retorno hacia un rompimiento definitivo, como el que ha tenido recurrentemente en todos los partidos políticos por los que ha pasado.
Pero a su esposo Jorge Parra la rebeldía y confrontación podría costarle el puesto y la expulsión, aunque no hay que descartar que de pronto alguien se de cuenta finalmente que su afiliación a Morena, la que le permitió ser dirigente, es apócrifa y con ello en automático pierda todos sus derechos como presunto morenista.
Oscar Cantón Zetina, delegado de Morena en el sureste de México, dijo recientemente que la pareja Villegas-Parra miente, manipula y distorsiona la realidad.
Que Marybel aceptó competir por la candidatura a la Presidencia Municipal de Benito Juárez bajo unas reglas que conocía a profundidad y no se puede decir sorprendida.
Así las cosas, dentro de un año seguramente veremos a Marybel Villegas en su sexta transformación partidista. (Julio César Silva Cetina)