En mayo de 2019, con la soberbia que lo caracteriza, Rogelio Jiménez Pons, director general de Fonatur, y Fabrizio Feliciani, director regional de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), se jactaron de garantizar la máxima pulcritud en las licitaciones correspondientes a los estudios del Tren Maya, que sumaron 547.6 mdp en 2019.
Tan inmenso sacrificio y ardua labor de la UNOPS no fue gratis, nos costó más de 30 mdp en 2019.
Pero algo no anda bien con la vigilancia, porque los resultados preliminares de la auditoría 379-DE Proyecto Tren Maya –ojo, no lo digo yo, sino la ASF– muestran irregularidades por 148 mdp, ya que existieron sobrecostos –sí, así como lo está leyendo– por 67.5 mdp en los contratos C-TM-001/2019 para el servicio de asesoría legal a cargo de Woodhouse Lorente Ludlow, y en el contrato C-TM-002/2019 para la asesoría económico-financiera, adjudicado a Price Water House Coopers, que provienen de haberles pagado sueldos mensuales estratosféricos, como, por ejemplo, de 192 mil pesos a un pasante; de 1 millón 113 mil 600 pesos a un directivo; 307 mil pesos a un analista, o millón 305 mil pesos al especialista en vías.
¿QUÉ VA A PENSAR EL PRESIDENTE AL ENTERARSE QUE EN SU PRINCIPAL PROYECTO NO SE APLICA LA AUSTERIDAD REPUBLICANA?
LOS ‘DURMIENTES’ SE SIGUEN ACUMULANDO, PUES…
En el contrato C-TM-008/2019 para la ingeniería básica, a cargo de Key Capital, la auditoría encontró que existen cargos duplicados e injustificados por 59.1 mdp, que también le pasaron como si nada a la UNOPS en la evaluación de las ofertas económicas durante la licitación. ¿O sería miopía y/o astigmatismo?
En los contratos TMCHI-PL/19-S-01 adjudicado a Ecología y Acción Urbana, y TMYUC-PL/19-S-01, a Enrique Norten Arquitectos, hubo más errores en las ofertas, por 4.3 mdp.
En el contrato C-TM-007/2019, relativo a la identificación y liberación del derecho de vía, a cargo de Bya Barrientos y Asociados, los auditores no encontraron los comprobantes de los servicios realizados, por 13.1 mdp.
La ‘vigilancia’ de la UNOPS sirvió para dos cosas: habiendo cacareado tanto el huevo, resulta que ¡no había gallina!
A Jiménez Pons sólo lo despeinarán un poco.
Es previsible y casi seguro que una vez que se publique el informe definitivo, en alguna de las mañaneras se minimizará y denostarán los resultados, y se hará gala de que el pueblo bueno sabe que todo es honestidad.
De los regaños que vienen con las auditorías al desempeño destacan las recomendaciones para que Fonatur obtenga un papel firmado por la Secretaría de Turismo, para –inhale y exhale– subsanar su carencia de atribuciones para construir ferrocarriles, porque por el momento es ¡INCONSTITUCIONAL!
Así pues, y aunque David Colmenares prometió no buscar resultados mediáticos que al final se diluyeran, como le pasaba a sus antecesores, sus auditorías de la Cuenta Pública de 2019 serán desdeñadas y menospreciadas por los actores políticos.
¿NO ME CREEN?
En este mismo espacio les reporté que los resultados de las primeras auditorías de la ASF de 2019, entregadas en octubre pasado, a pesar de haber supuestos quebrantos por 31 mil 900 mdp, pasaron desapercibidas.
¿LA RAZÓN?
Incluir nuevamente las cuestionables AUDITORÍAS DE DESEMPEÑO a los grandes proyectos de la 4T, no obstante que son sólo preventivas y no vinculantes (simples regaños), en lugar de optar por las AUDITORÍAS DE CUMPLIMIENTO, con las que puede promover responsabilidades, sanciones y resarcimientos.
Un ejemplo de lo inútil de ese tipo de revisiones fue la auditoría 431-DE Desempeño de la CFE, concluida en octubre, que, con todo y los mil y un argumentos y análisis de los auditores, solamente ameritó una recomendación para “mejorar la eficiencia operativa y administrativa”, a pesar del quebranto de 6 mil 836 millones de dólares que pagaremos todos los mexicanos por los errores en la renegociación de los gasoductos, para risas de los laureados Manuel Bartlett y Rocío Nahle.