A través de SpeceX Elon Musk ha logrado mucho. Se convirtió en la primera empresa privada en llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional; ha colocado cientos de satélites para brindar internet de alta velocidad; ha lanzado cohetes autodirigidos que regresan a la Tierra ahorrando millones de dólares. Pero el verdadero sueño del empresario es llevar humanos a Marte para colonizar el planeta rojo, meta que están enfrentando importantes retos.
Las primeras pruebas para llegar a Marte se están realizando utilizando un prototipo de cohetes que, en sus primeras misiones, han estado llenas de problemas. El ejemplo màs reciente de ello es el SN9 cuyos vuelos fueron reprogramados en varias ocasiones. Incluso, tras semanas de retrasos, SpaceX y Musk se enfrentaron a la Federal Aviation Administration (FAA).
El pasado jueves, SpaceX pasó por el proceso de carga de combustible para el SN9 en preparación para un lanzamiento en sus instalaciones de la Costa del Golfo de Texas. Pero la FAA no dio su aprobación para que se realizara el vuelo.
Entonces Musk expresó su frustración a través de su red social favorita: Twitter. “A diferencia de su división de aviones, que está bien, la división espacial de la FAA tiene una estructura regulatoria fundamentalmente rota. Sus reglas están diseñadas para un puñado de lanzamientos desechables por año desde unas pocas instalaciones gubernamentales. Bajo esas reglas, la humanidad nunca llegará a Marte”.
En respuesta al comentario de Muks un portavoz de la FAA declaró: “Continuaremos trabajando con SpaceX para resolver problemas de seguridad pendientes antes de aprobar el próximo vuelo de prueba”.
A pesar de que finalmente la agencia otorgó el permiso para que SN9 realizara su vuelo inaugural el martes 2 de febrero, aprovechó para recordar, a través de un comunicado, que el lanzamiento de SN8, el cohete predecesor en esta misión y que fue lanzado en diciembre de 2020, no contaba con todos los permisos de la FAA.
Lo anterior explicó las razones de las rencillas que han tenido SpaceX y Musk con la FAA
Prueba fallida
Después de todos los problemas que tuvo que enfrentar, finalmente esta semana el cohete SN9 inició su misión. Sin embargo, el segundo vuelo del prototipo del cohete Starship de próxima terminó en una explosión el martes pasado.
El cohete, que ha sido desarrollado pensando en la posibilidad de realizar viajes a Marte, había respondido muy bien. Su lanzamiento y elevación habían sucedido sin contratiempo, hasta que tuvo que aterrizar y terminó en llamas.
De acuerdo con SpaceX, el cohete de tres motores voló a una altitud de 10 kilómetros apagando sus tres motores en secuencia a medida que ascendía. Luego comenzó una larga caída a la Tierra, como lo hizo su predecesor SN8 durante un vuelo de prueba en diciembre.
No obstante, cuando llegó el momento de realizar, el SN9 ejecutó una función con la intención de orientarse verticalmente y, aunque parecía que todo estaba bajo control, al parecer cayó con tanta fuerza y en una posición que provocó su explosión debido al impacto, tal como sucedió con el SN8.
La FAA anunció después del vuelo que la agencia abrirá y supervisará una investigación sobre el “accidente de aterrizaje” de SN9. La agencia explicó que: “Aunque este fue un vuelo de prueba sin tripulación, la investigación identificará la causa principal del percance de hoy y las posibles oportunidades para mejorar aún más la seguridad a medida que se desarrolla el programa”, dijo un portavoz de la FAA en un comunicado.
Aun así hay que decir que SpaceX considera que la prueba fue un éxito y anunció que continuará recopilando datos para futuros vuelos de prueba para, eventualmente, llevar esos prototipos a la órbita.
“Tenemos que trabajar en ese aterrizaje”, dijo John Insprucker de SpaceX durante la transmisión en vivo del vuelo.