Además del recorte de recursos federalizados que han sufrido los estados en lo que va del año, el gobernador de Tamaulipas, el panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca, revela la problemática que enfrentan por la falta de un nuevo pacto fiscal y la actualización de la Ley de Coordinación Fiscal, ya que de cada peso que le entregan a la Federación, a través de gravámenes, sólo les regresan 14 centavos.
En entrevista, asegura que quienes sostienen a la gestión federal son muchas entidades con sus aportaciones, como los impuestos Sobre la Renta (ISR), Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) y sobre el Valor Agregado (IVA).
Ejemplifica que Tamaulipas da anualmente 275 mil millones de pesos en esos rubros al gobierno central, pero a los estados les regresan 15% del monto, mientras que a los municipios, 5%.
Afirma que muchas administraciones estatales tuvieron que reencauzar sus presupuestos, así como cancelar obras, proyectos de infraestructura y hasta programas sociales para aplicar recursos a una situación extraordinaria, como el combate de la pandemia de Covid-19.
Sin embargo, detalla, les han ido dando mayores obligaciones, que no van acompañadas de más dinero, como la atención del coronavirus o el tema de los migrantes.
García Cabeza de Vaca acusa que no sólo los están estrangulando con esta fórmula de la redistribución, sino que también el gobierno central concentra decisiones políticas y administrativas, hasta los recursos de los fideicomisos, con el propósito de utilizarlos en sus programas sociales y “que pareciera ser más con un fin totalmente electorero”.
Sobre el virus, asevera que ya es difícil escuchar al subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, porque cambia sus criterios de un día a otro y no ha sido asertivo en comentarios ni en su análisis.
Por este motivo, precisa, muchas entidades ya optaron por sus propios semáforos epidemiológicos y piden hablar con el titular de esa dependencia, Jorge Alcocer. Critica que desde el centro se han tomado disposiciones que no han dado resultados ni ayudado en nada.
¿Piden un nuevo pacto fiscal?
—Hay que verificar y analizar la Ley de Coordinación Fiscal, en su conjunto el pacto fiscal. [La normatividad] es obsoleta, tiene más de 40 años, y [se debe] recordar que [en ese entonces] no había Tratado de Libre Comercio —ahora Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Muchos de los estados que hoy son altamente competitivos y productivos manejaban [únicamente] temas agrícolas y ganaderos; son altamente industriales.
El dinamismo nos obliga también a hacer un análisis más profundo, sobre todo ya tener un nuevo acuerdo fiscal, con visión federalista.
Hay que recordar que quienes sostenemos al gobierno central prácticamente somos muchas entidades [que] generamos gran parte de los impuestos del país. Por citar un ejemplo, Tamaulipas es el segundo estado que más recursos aporta vía impuestos, sólo por debajo de la Ciudad de México.
¿Y por qué sale a relucir en estos días o meses esta situación? Porque [con] la distribución que se tiene y la fórmula aplicada nos dimos cuenta que surgen situaciones extraordinarios como la pandemia, y lo que se le pidió a la Federación es: “Necesitamos un fondo especial para poder enfrentar este tema”. Lo solicitamos varios gobernadores [pero] nos respondieron con negativas.
¿Tamaulipas cuánto le aporta a la Federación anualmente?
—[Son] 275 mil millones de pesos y de cada uno que [entregamos] nos regresan 14 centavos (…) Somos el segundo estado que más impuestos aporta —entre ISR, IEPS, IVA y otros más—, sólo por debajo de la capital del país; en tercer lugar está Nuevo León y después, Jalisco.
Se requiere hacer un análisis más a fondo. Por ello, hemos pedido que se convoque a una asamblea nacional hacendaria, misma que inclusive se platicó con el secretario [del ramo] a finales del año pasado. Se le dio a conocer la inquietud que teníamos y que era urgente reevaluar la asignación de recursos.
Entonces, ¿prácticamente los están estrangulando?
—No solamente es en ese sentido. Este gobierno central, y recalco el término “central”, está concentrando, o trata de hacerlo, decisiones políticas y administrativas, pero ha ido más allá, al dejar de mandar recursos a muchos de los programas que aterrizaban en los estados, que tienen que ver con obras de infraestructura, carretera, portuaria, así como del campo.
¿Hay trato diferenciado en la redistribución de los recursos?
—En la medida que vemos que se han frenado todos los proyectos de infraestructura que se tenían para el país, [los cuales] generan riqueza, impuestos y empleos.
El gobierno central, una vez más, [ha tomado decisiones para] concentrar todo el recurso incluso aquellos fideicomisos que se tienen para hacer más competitivo a nuestra nación, como es el caso de las aduanas, que era para mantenerlas siempre con alta tecnología, hacer las adecuaciones [para volverlas] más competitivas [no obstante] ya desaparecieron ese monto.
Hay otro fideicomiso, no menos importante: el de los puertos. De igual forma, atraen todo ese dinero cuando el espíritu de éste es seguir modernizándolos, más ahora que contamos con el T-MEC.
Hoy requerimos esos recursos como nunca, no para que lleguen directamente a los gobiernos de las entidades.
Ojo con eso, porque después quieren argumentar: “Es que los estados quieren esos recursos”. ¡No! Lo que buscamos es que lleguen obras de infraestructura, porque permiten ser más competitivos.
Se abre el T-MEC y no hay dinero para modernizar aduanas ni los puertos marítimos, ¿entonces por dónde llegará la mercancía, se va a exportar y a importar? Es una incongruencia total el querer centralizar todos esos fideicomisos y esos recursos, que es de todos conocido que tienen otro propósito: utilizarlos precisamente para programas sociales y que pareciera ser más con un fin totalmente electorero.
¿Va mejor la coordinación en la pandemia del Covid-19?
—Ya es difícil poder escuchar al subsecretario [Hugo López-Gatell], porque cambia sus criterios de un día a otro, no han sido asertivos sus comentarios ni sus análisis.
Es por eso que muchos estados hemos hecho nuestros semáforos [epidemiológicos], actuado con base al comportamiento de la pandemia, y tomado en cuenta situaciones que [las autoridades federales] no toman en cuenta, como en Tamaulipas, el estado fronterizo más importante del país.
Lo digo por el número de cruces y 40% del comercio que se da entre México y Estados Unidos pasa por territorio tamaulipeco.
El epicentro [del brote] en el mundo no está en Europa ni en Asia, sino en la Unión Americana, y casualmente, en el sur de Texas.
¿Tomaron eso en cuenta cuando le pedimos al gobierno central que frenaran los cruces no esenciales?, ¡no! ¿Llevaron apoyos para evitarlos?, ¡no!, los tuvimos que hacer nosotros, los estados.
Por eso, estas reuniones que tuvimos con los mandatarios, [estas uniones] que hemos hecho —la Alianza Federalista y la Asociación de Gobernadores de Acción Nacional (GOAN)— han ayudado en gran medida para sumar capacidades, criterios, esfuerzos, talentos, experiencias e incluso recursos regionales para enfrentar situaciones como el brote de coronavirus.
Eso es lo que nos ha dado resultado, más allá de los análisis y decisiones centrales que poco o nada han ayudado, porque hemos tenido que entrarle al quite.
Por ejemplo, en Tamaulipas, donde hay una muy buena coordinación con el IMSS e ISSSTE, la realidad es que se quedaron muy cortos y tuvimos que ayudar con camas y monitores. Con recursos propios, nos adelantamos y construimos ocho hospitales de 40 camas cada uno, lo que nos ha permitido amortiguar esta situación.
Hay que hablar con claridad: sí ha habido un aumento muy fuerte en el número de contagios; mucho tiene que ver con la vecindad que tenemos con Estados Unidos.
¿Entonces ya no le harán caso a López-Gatell, sino a su propio semáforo epidemiológico?
—Le hicimos una petición para tener una reunión formal con el titular de Salud y con el director del IMSS, Zoé Robledo, porque en ningún momento el subsecretario López-Gatell puede sustituir lo que es el Consejo de Salubridad.
Todo aquello que él pueda hacer o decir, pues al final del día no trae el respaldo legal para hacerlo.
Si éste hubiera acertado en sus pronósticos y fuera una lumbrera, yo voy de acuerdo, pero si lejos de eso le ha dicho a la población que no hay necesidad de usar cubrebocas ni de la sana distancia, en su momento, que podía salir durante los confinamientos, entre otras cosas. Ya vemos las realidades.
Yo creo que lo mejor es ya hablar directamente con el secretario de Salud [Jorge Alcocer] y tomar las medidas correspondientes.
¿Ha fallado López-Gatell?
—Los números están ahí, qué puedo decir.