Entre el antes y el después

Al asumir como décimo cuarto presidente municipal electo de Benito Juárez, Paul Carrillo se confesó profundamente emocionado por la distinción que le dio la sociedad al elegirlo. No sé si se emocionó de más o estaba plenamente consciente de los compromisos que asumió el lunes pasado, porque aterrizar todo el planteamiento que hizo en su discurso de toma de posesión implicaría un parteaguas en la historia de Cancún.

Desde Carlos Cardín Pérez, en aquel ya lejano 10 de abril de 1993, cuando en su toma de posesión lanzó severas críticas a su antecesor priista, Arturo Contreras Castillo, quien terminó en la cárcel acusado de peculado, ningún otro alcalde entrante había lanzado al saliente reclamos tan claros y contundentes como lo hizo Carrillo de Cáceres el lunes.

“Estoy convencido de la necesidad de cambiar la realidad de desigualdades, de enconos e ineficiencias que hoy nos laceran y nos lastima a todos”, subrayó el nuevo alcalde.

“Tenemos todos el común denominador de que no queremos seguir viviendo en crecimiento y marginación, crecimiento con desorden y con corrupción”, agregó.

Pero no se limitó a señalar errores, omisiones y corruptelas del administración de Julián Ricalde Magaña, sino que en su discurso Paul Carrillo, el primer alcalde que crece y se forma en la ciudad que gobierna desde el lunes, tuvo también una dosis de autocrítica hacia lo que hicieron otras autoridades municipales, incluso de su partido.

“Los ciudadanos estamos hartos y cansados de identificar la tarea de los funcionarios públicos con el oportunismo del bienestar personal y la corrupción”, afirmó.

Y decide establecer un antes y un después.

“Hoy daremos inicio a un gobierno municipal que sabrá honrar su palabra, y hará realidad una manera diferente de gobernar. A partir de mi gobierno, los ciudadanos conocerán el nuevo rostro de un Ayuntamiento con propuesta, inspirado en hacer las cosas bien y con la convicción de rendir cuentas de sus actos de total forma transparente”, aseguró.

Censura al pasado e invita a regresar a la emoción con la que inició todo en Cancún, a retomar la mística del cancunense pionero y fundador y se propone como el líder que hace mucho no tiene esta ciudad.

Hacía mucho que un presidente municipal no se ocupaba de la principal actividad económica del municipio, el turismo. Hacía mucho que los empresarios del sector iba cada quien por su lado, sin nada que los cohesionara.

“El motor de todo nuestro municipio es el turismo, y al turismo hay que volver, hay que volver para recuperar la senda y la vocación de nuestro destino”, subraya.

¿Pero será capaz Paul Carrillo de aterrizar esa visión? ¿Podrá influir para restablecer el orden perdido en muchas cosas? ¿Tendrá la fuerza suficiente para detener el relleno de un manglar, para mandar demoler una construcción sobre densificada? ¿Podrá ser ese líder que le falta a la ciudad?

Por el bien de los habitantes del municipio, ojalá sí lo sea. Ojalá que pueda marcar el antes y después.

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