El secretario de Educación Pública defendió la política de liberación de gasolinas, que ha causado malestar entre la población
El titular de la Secretaría de Educación Pública, Aurelio Nuño, aseguró que no haberse liberado el precio de las gasolinas entonces se tendrían que haber cerrado escuelas e incluso habría recorte presupuestal en los planes de becas para niños y jóvenes.
De esta manera, dijo el funcionario, se mantiene el presupuesto de más de 10 mil millones de pesos para 25 mil escuelas de tiempo completo, y se destinarán 50 mil millones de pesos para arreglar 33 mil planteles en todo el país, con Escuelas al CIEN.
De acuerdo con Nuño Mayer, de mantener el subsidio a las gasolinas se anunciaría el cierre de escuelas; se quitarían becas a niños y jóvenes, y disminuirían los programas de planteles de tiempo completo y de rehabilitación de inmuebles escolares.
Aunque dijo entender el malestar por esta medida, defendió la decisión por corregir “una mala política económica que durante muchos años afectó de manera directa a la educación en México”.
“Aquí va a suceder como sucede en Estados Unidos, que, entre otras cosas, durante muchísimos años hubo la demanda de por qué no éramos como en Estados Unidos, en donde había muchas marcas de gasolina que competían entre ellas; que cada una fijaba el precio, dependiendo de cómo estaba el mercado, y que aquí lo teníamos regulado, que no podía haber competencia entre gasolineras, y ahora hoy la vamos a tener”, comentó.
Nuño sostuvo que al entrar a este proceso de liberalización, se tendrá un ajuste diario, que puede ser en algunas ocasiones a la baja, otras a la alza. “Es lo sucede en Estados Unidos; es lo que sucede en Europa; es lo que sucede en otros países de América Latina como es el caso de Chile o de Brasil; es decir. No estamos frente a nada extraordinario, sino al contrario, antes estábamos en una situación extraordinaria, que lo tienen muy pocos países”, refirió el funcionario.
El secretario de Educación también se refirió a países como Venezuela donde, dijo, son consecuencias de subsidiar y quitar recursos de las escuelas y a los hospitales para mantener un precio bajo artificial de la gasolina, mientras que “la liberación de las gasolinas genera estabilidad”.