Cancún.- Tal como ha empezado a ocurrir en Yucatán, ya comienzan a verse en Quintana Roo casos de personas que se enferman de COVID-19 y de dengue de manera simultánea, peligrosa condición que agrava los síntomas de ambas enfermedades, conocido informalmente como “covidengue”.
Puede sonar como algo insólito, pero es muy real, señala Paloma, una mujer de 47 años que se recuperó de esta doble dolencia, aunque todavía quedó con secuelas. De su viacrucis de salud y económica, ella culpa únicamente su irresponsabilidad.
En entrevista, Paloma indica que comenzó a sentir cansancio, por lo que se le ordenó hacerse la prueba de COVID-19, resultando negativa, entonces se le revisó por dengue y resultó estar contagiada de esta enfermedad de vector.
“Me mandaron a reposo y de forma irresponsable seguí trabajando, mis plaquetas bajaron mucho y se acumularon síntomas”, narra; en una segunda visita al médico, se le volvió a hacer la prueba de coronavirus y resultó dar positivo.
Todos los días descubría un síntoma nuevo, desde fiebre intensa, dolor de huesos “al triple” de cuando era solo dengue, dolor de cabeza, dificultad para respirar, cansancio constante, voz delgada, una fuerte infección urinaria y hasta la vista borrosa.
Posiblemente por estar en su peso y frecuentemente hacer ejercicio, Paloma sigue del lado de los vivos, pero señala que todavía tiene secuelas, como mucho cansancio y la vista debil, que ignora cuánto durará.
“Traté de resistir, pero la falta de aire me quebró”, comenta ella. “Todavía ando con mucho miedo y angustia”.
De acuerdo a autoridades sanitarias en Yucatán, la coexistencia del dengue y el coronavirus en la misma persona es un cuadro sumamente complicado, pues los síntomas pueden confundirse, dificultando el diagnóstico. A ello, se añade el que los medicamentos que se usan para el dengue son contraindicados para el COVID-19.
Como es sabido, el dengue adelgaza la sangre, en casos graves pudiendo llegar a generar hemorragias. Por el contrario, el COVID espesa la sangre, generando trombos con efectos incluso mortales. Recetar un medicamento antiplaquetas, para cuidar el COVID, agravaría el dengue, y vice versa.
Paloma dice haber aprendido su lección y ahora, ya recuperada y con exámenes que la confirman en negativo, toma todas las precauciones necesarias. Incluso, lleva consigo varios cubrebocas, que se dedica a regalar a quienes vea sin esta indumentaria.
“Muchos lo toman a mal, lo que no me importa, pero la mayoría sí lo acepta. Ahora que lo sufrí puedo exhortar sin pena a los demás a que se cuiden, es mi contribución”, afirmó. “La gente debiera estar más consciente, pues este mal sí existe y cuando te toca, pones en jaque a tu familia, porque no sabes cuándo lo contraíste o si ya los contagiaste”.
Todavía dice que siente el rechazo de sus compañeros de trabajo, temerosos al saber que padeció coronavirus, pero dice no tomárselo a pecho, pues es una reacción entendible, por ello procura mantener su distancia.
Aunado a sus sufrimientos, también tuvo que pagar una fuerte suma, por los tres exámenes de COVID-19 y la prueba y tratamiento por dengue.
De acuerdo a autoridades de la Secretaría estatal de Salud, actualmente se vive un año con potencial epidemiológico y ya se han detectado algunos “focos” de posible proliferación del mosco vector en la zona norponiente de Cancún.