CIUDAD DE MÉXICO, 25 de septiembre.— El aeropuerto de Tulum causará a corto o largo plazo una crisis en el ecosistema ambiental de la región al tratarse -junto al Tren Maya- de un macro proyecto que costará al medioambiente más de un millón de árboles.
Así lo señala la periodista Isabella González en su reportaje “Aeropuerto de Tulum: la nueva devastación del ejército”, presentado por Carlos Loret de Mola para Latinus.
Se trata de una investigación en la que se acusa al gobierno federal de conocer los riesgos ambientales del macroproyecto y continuar aún así con sus planes de construcción.
Además, se acusa al gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador de “mal vender” o rematar el metro cuadrado de los 604 ejidatarios de Chunyaxché a los que presuntamente presionó para vender sus tierras.
Para la construcción del Aeropuerto Internacional de Tulum, que pretende impulsar el turismo de la región dando un acceso más rápido a las visitas nacionales e internacionales a la zona de la Riviera Maya, se deberá talar al menos un millón 300 mil árboles de 62 especies diferentes que conviven en el ecosistema.
Lo anterior afectará la biodiversidad de la región que alberga 541 especies de fauna silvestre, entre monos, tucanes y jaguares, que serían desplazados desde el inicio de los trabajos para su construcción.
El Gobierno Federal, según expone la investigación de Latinus, conocía los riesgos ambientales ocasionados por la construcción del Aeropuerto de Tulum, pues estos están expuestos en el documento técnico unificado realizado por el Instituto de Ingeniería de la UNAM a solicitud de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
En el mismo documento se expone 43 impactos identificados, siendo 38 adversos contra cinco benéficos. Además, son “36 los impactos capaces de generar cambios que pueden afectar las funciones de los factores a corto, mediano y largo plazo”.
El informe también advierte sobre la permeabilidad de la región al contener cuevas subterráneas, por lo que recomienda el especial cuidado en el manejo de los residuos de la construcción, pero también la inestabilidad en el suelo.
La investigación también detalla el Aeropuerto Internacional de Tulum se ubica a tan solo un kilómetro de los límites la reserva de biósfera de Sian Ka’an, patrimonio de la humanidad por la Unesco, siendo considerado un humedal de talla internacional y que alberga especies en peligro de extinción.
El impacto, advierte el documento y especialistas consultados por Latinus; resultará devastador al iniciar con ello el crecimiento urbano de la región, ya sea de forma organizada o desorganizada, pues como otros proyectos a cargo del ejército, se espera que con el Aeropuerto Internacional de Tulum se construya además un centro comercial, así como hoteles y otros comercios que beneficien y potencien el turismo de la región.
A la devastación ambiental se suma el reclamo de los ejidatarios de Chunyaxché que vendieron sus tierras para construcción de este proyecto, argumentando que el Gobierno Federal los convenció de vender en 40 pesos el metro cuadrado.
Los ejidatarios, 604 en total, recibieron poco más de 700 mil pesos por sus terrenos; sin embargo, se sintieron estafados al conocer que empresas de bienes raíces ya comercializan estas tierras con un valor de más de mil pesos el metro cuadrado.
Los entrevistados por Latinus lamentan lo que consideran un engaño por parte de la administración de López Obrador, pero reconocen que “ya no hay nada que hacer, ya todo está vendido”.
Por si fuera poco, el Gobierno Federal les prometió entregar una zona aledaña a Chunyaxché para que ellos puedan construir sus nuevos hogares, pero de estas tierras ellos no han sabido más. Es decir, aún no tienen donde trasladarse una vez la construcción avance hasta la región.
“Nosotros ya cumplimos, pero ellos también deben cumplir”, señala uno de los entrevistados por Latinus.
En total, el Gobierno Federal habría invertido 422 millones de pesos en la compra de dichos terrenos.