Hoy podremos contemplar un fenómeno astronómico poco habitual. Compartí tu foto con rionegro.com.ar: te decimos cómo.
Esta noche podremos observar un fenómeno astronómico podo habitual, la “Luna azul”. A pesar del nombre, una traducción literal del inglés ‘Blue Moon’, nada tiene que ver con el color del satélite de la Tierra, que continuaremos viendo gris perla.
En realidad, se trata de una Luna llena, la segunda de este mes. En general, cada año cuenta con 12 lunas nuevas, una por mes. Sin embargo, en ocasiones tiene una extra, 13, y ésa recibe este peculiar nombre. Pero, ¿por qué hay 13?
El mes lunar o sinódico, que va de Luna llena a Luna llena, tiene una media de 29,5 días; es, por tanto, algo más corto que los meses de nuestro calendario, con la excepción de Febrero. Ese medio día o día y medio extra –el desfasaje entre nuestro calendario y de este astro- se va acumulando a lo largo del año y es lo que acaba propiciando que al final se produzca una luna llena de más (no tiene nada que ver con que se produzcan dos lunas llenas en un mismo mes). De media, es un fenómeno que se suele producir cada 2,7 años. Así que para ver la próxima Luna azul habrá que esperar a enero de 2018.
Y entonces, si no es azul ¿de dónde viene llamarla Luna azul? Según explica la NASA, en 1883 se produjo una erupción sumamente virulenta del volcán indonesio Krakatoa –como una bomba nuclear de 100 megatones- y que vomitó tal cantidad de ceniza a la atmósfera que hizo que durante años el cielo se tiñera de colores extraños: los atardeceres se volvieron rojos chillones y la luna se veía azul. Este filtro de color se debía al hecho de que las luz del Sol y la Luna atravesaban una capa de partículas de humo y ceniza en suspensión en la atmósfera, que les conferían esa tonalidad.
La última Luna azul de verdad se vio en Edimburgo (Escocia), en setiembre de 1950. Fue el astrónomo Robert Wilson del Observatorio Real quien observó el evento y concluyó que tenía ese color porque la luz del satélite de la Tierra estaba atravesando una zona de nubes cargadas con partículas de humo y de ceniza procedentes de los incendios forestales que estaban quemando en Alberta, en Canadá. Las partículas atravesaron el Océano Atlántico y quedaron en suspensión sobre Escocia coincidiendo con el evento lunar. Y eso fue lo que dio lugar al evento espectacular y único. (Agencias y La Vanguardia)