Europa endurece sus medidas económicas ante crisis por el #COVID19

Bruselas.- De los muros que resguardan los comercios de la desolada calle peatonal del centro de Bruselas, Rue Neuve, casi puede escucharse el grito de: “¡Auxilio!”.
Los establecimientos del concurrido y popular corredor de la capital europea colgaron por completo sus cortinas metálicas desde el mediodía del 18 de marzo, cuando Bélgica decidió endurecer sus medidas de confinamiento en respuesta a la pandemia por coronavirus.
Desde entonces la vida comercial y pública quedó aquí suspendida, al igual que en muchos otros puntos de Europa, en donde existe el convencimiento de que estos tiempos extraordinarios requerirán de medidas extraordinarias para amortiguar la crisis económica que heredará la emergencia sanitaria.
El jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, afirma que la Unión Europea (UE) requerirá de un nuevo Plan Marshall para reconstruir el tejido social y económico europeo.
Los ministros de la eurozona volvieron a celebrar este martes una teleconferencia para dar un paso más hacia lo que Mario Centeno, ministro de Finanzas de Portugal y titular del Eurogrupo, adelanta será “el paquete de medidas más grande jamás implementado por Europa para combatir una crisis”.
Como es habitual cuando se trata de dinero, las negociaciones son tensas y graduales en la UE, aunque no hay duda de que al final del camino llegarán a un consenso sobre el fondo de salvamento que será puesto a disposición mediante el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y que ofrecerá créditos por 240 mil millones de euros para amortiguar las secuelas económicas causadas por el Covid-19.
El fondo será un componente adicional de otras medidas comunitarias, algunas de ellas ya adoptada, por ejemplo, el Banco Europeo de Inversiones ha movilizado 40 mil millones de euros para ayudar a las pequeñas y medianas empresas afectadas, el Banco Central Europeo ofrece 750 mil millones de compra de deuda y la Comisión Europea flexibilizó el Pacto de Estabilidad.
Pero ante la magnitud del desafío que se avecina, la respuesta comunitaria en solitario resulta insuficiente. En las capitales europeas prevalece un sentido de urgencia que se está traduciendo en masivos ajustes presupuestales.
El gobierno de Bélgica anunció un plan de rescate que describió como una verdadera bazuca económica. Su mayor distintivo fue involucrar al Banco Nacional y a la banca, bajo la filosofía de payback time, es decir, llegó el momento de pagar el rescate del cual fueron objeto en 2008. Las empresas tendrán acceso a créditos por 50 mil millones de euros.
De arranque el reinado belga hace frente al coronavirus con un incentivo por 3 mil euros para las pequeñas y medianas empresas que continúan trabajando, a pesar de registrar pérdidas por la emergencia sanitaria. El impulso fiscal inmediato está estimado en 3 mil millones de euros.
En la vecina Francia, la administración del presidente Emmanuel Macron creó un fondo de solidaridad por 300 mil millones de euros, conformado con recursos de la autoridad central, el gobierno regional y las más grandes firmas del país. El objetivo es ayudar a las empresas más pequeñas y vulnerables.
Como si fuera un malabarista a punto de caerse, Alemania diseñó una red de seguridad que consiste en una línea de crédito nunca antes vista en época de paz; por lo menos cuenta con 550 mil millones de euros para evitar problemas de liquidez en su tejido empresarial.
“Prometimos que no fracasaremos por falta de dinero y voluntad política. Esto significa que ninguna empresa saludable, ningún empleo, deberá entrar en apuros”, dijo en su momento el ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz.
En tanto que en Holanda las ayudas salpican hasta artistas y compositores que tuvieron que cancelar sus actividades por el coronavirus; para este grupo fue asignada una partida exclusiva por 15 millones de euros.
Del otro lado del Canal de la Mancha, Reino Unido se vacunó ante el desempleo. Las medidas de confinamiento estuvieron acompañadas por la cobertura gubernamental de 80% de los salarios de los trabajadores que padecen desempleo a causa del coronavirus. La cobertura es de hasta tres meses y contempla un tope máximo de 2 mil 500 libras.
De acuerdo con Bruegel, un think tank especializado en economía, hasta el 26 de marzo, 10 países europeos habían adoptado medidas fiscales en respuesta al coronavirus; Dinamarca, Grecia, Italia, Hungría y España, componen el resto de la lista.
Estas medidas incluyen garantías de exportación, mecanismos de liquidez y líneas de crédito a través de bancos nacionales de desarrollo.
“Los gobiernos se apresuran a rescatar sus economías, pero ningún estímulo podrá compensar la pérdida resultante del enorme tamaño de las medidas de contención usadas para combatir el coronavirus, que ha detenido por completo la actividad económica en algunos sectores”, sostiene en un análisis Katharina Koenz, especialista de la firma Oxford Economics.
“Sin embargo, el estímulo masivo sigue siendo crucial para prevenir fracasos comerciales, proteger los empleos e ingresos y mantener la liquidez, requisitos esenciales para un repunte de la actividad económica cuando los gobiernos levanten el bloqueo”, afirma.
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