Las autoridades de todo el sur de Europa luchan para controlar enormes incendios forestales en países como España, Grecia y Francia, donde miles de personas han sido evacuadas en medio de las altas temperaturas.
En España, los helicópteros lanzaron agua sobre las llamas mientras el calor abrasador y el terreno a menudo montañoso dificultan el trabajo de los bomberos.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) emitió avisos de altas temperaturas para el domingo, con previsiones de máximas de 42 grados Celsius en Aragón, Navarra y La Rioja, en el norte.
La AEMET indicó que la ola de calor terminaría el lunes, pero advirtió que las temperaturas seguirían siendo “anormalmente altas”. España lleva casi una semana de ola de calor, con máximas de 45.7 grados Celsius.
En la provincia de Málaga, los incendios forestales se prolongaron hasta la noche, afectando a los residentes locales cerca de Mijas, una ciudad popular entre los turistas del norte de Europa.
Los jubilados británicos William y Ellen McCurdy tuvieron que escapar rápidamente de su casa el sábado. Fueron trasladados a un centro deportivo local junto con otras personas evacuadas.
“Fue muy rápido …. No me lo tomé demasiado en serio. Pensé que lo tenían controlado y me sorprendió bastante cuando parecía que se movía en nuestra dirección y entonces nos dijeron que nos fuéramos. Así que hemos dejado muchas cosas atrás”, dijo William, de 68 años.
Mientras que Ellen sostuvo que “sólo tomamos unos pocos artículos de primera necesidad y echamos a correr, y en ese momento todo el mundo a lo largo de la calle estaba en movimiento”.
En Francia, los incendios forestales se han extendido ya por 11 mil hectáreas en la región suroccidental de Gironda, y más de 14 mil personas han sido evacuadas, según informaron las autoridades regionales el domingo por la tarde
Más de mil 200 bomberos trataban de controlar las llamas, dijeron las autoridades en un comunicado.
En Portugal, los bomberos trataban de controlar cinco incendios forestales y rurales en el centro y norte del país, el mayor de ellos cerca de la ciudad norteña de Chaves.
El Ministerio de Sanidad portugués informó a última hora del sábado de que en los últimos siete días habían muerto 659 personas a causa de la ola de calor, la mayoría de ellas de edad avanzada.